Contexto histórico

El Territorio Histórico de Felipe II es una delimitación artificial que se ha visto afectada por diferentes vicisitudes históricas previas y posteriores a su creación. Desde el punto de vista territorial, varios hitos importantes nos ayudan a comprender la articulación territorial de este espacio a lo largo del tiempo:

  • Primeros pobladores (prehistoria, protohistoria e historia antigua)
  • El período segoviano (edad media)
  • La construcción del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Los Austrias (edad moderna)
  • El inicio del crecimiento urbano de San Lorenzo de El Escorial. Los borbones (edad moderna)
  • Las desamortizaciones y la fragmentación territorial (edad contemporánea)
  • El desarrollo residencial ligado a la expansión de la segunda residencia (edad contemporánea)
  • La integración territorial en el área metropolitana de Madrid (edad contemporánea)


Bibliografía:

  • AA.VV (1998) Arquitectura y Desarrollo urbano. Comunidad de Madrid. Tomo IV. Dirección General de Arquitectura. Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. pp 51-52.
  • Canto, A. «La Silla de Felipe II en El Escorial: un mito que se renueva». Revista de Cantoblanco, nº 7, Mayo, 1999, Universidad Autónoma de Madrid.
  • Canto, A. «Silla de Felipe II: Un posible altar prerromano a Marte». Historia de Iberia Vieja nº 2, Verano 2005.
  • Geanini Torres, A (1991) Carta Arqueológica El Escorial. Trabajo inédito depositado en la Dirección General de Patrimonio.
  • Jiménez Guijarro, J. (1998) «La Neolitización en la cuenca alta del Tajo». Nuevas propuestas interpretativas para el Neolítico en la Meseta». Complutun, 9, pp. 27-48
  • Jiménez Guijarro, J. (2005) «La Neolitización de la Comunidad de Madrid». P. Arias et alii (Coord.), III Congreso del Neolítico en la Península Ibérica. Santander.
  • Jiménez Guijarro, J. (2004) «Los epígrafes regios del Canto Castrejón» (El Escorial, Madrid). Estudios de Prehistoria y Arqueología Madrileña. 13, 2004, pp. 87-107.
  • Jiménez Guijarro, J. (2003-2004) «Los epígrafes regios del Canto Castrejón (El Escorial, Madrid) y la leyenda Laurentina de la Silla de Felipe II». Estudios de Prehistoria y Arqueología Madrileña. 98.
  • Libro de cuentas del Monasterio186-I-2. Libro de actas. 495-3 y 505-4. Real Bilioteca del Monasterio de El Escorial.
  • López Martinez, M.L. y Martín Alonso, J. (2014) Las Zorreras un yacimiento de la Edad del Hierro en El Escorial.
  • López Martinez, M.L. y Martín Alonso, J. Monesterio. San Lorenzo de El Escorial.
  • Major González, M (2003): Sector 1 Ensanche de El Escorial. Expediente Prospección 137/03. Trabajo inédito depositado en DGPC.
  • Major González, M (2012): Informe preliminar. Sondeos arqueológicos. Camino del Canto de Castrejón. Expediente 137/03. Trabajo inédito depositado en DGPC.
  • Major González, M (2014): Actuaciones arqueológicas en el Ensanche de El Escorial: Camino del Canto de Castrejón». IX Jornadas arqueológicas de Patrimonio Arqueológico de la Comunidad de Madrid (2012). Consejería de Empleo, Turismo y Cultura. pp 247.
  • Rodriguez Morales (2013) «Imagen y realidad de las calzadas romanas». El Nuevo Miliario, 16 de octubre de 2013, pp 3-29

Historia Antigua

En lo que se refiere al mundo antiguo destacan tres elementos poco conocidos y valorados que contribuyen a la interpretación del poblamiento del sur de la Sierra de Guadarrama y, concretamente, del territorio escurialense.

  • Época romana
    • Los Lavajos (EE-ES27) – Época romana
    • Las Radas – Las Radas del tercio (EE-ES32) – Época romana
    • Villa romana (SLE)

La tercera viene siendo realizada por un conjunto de arqueólogos que trabajan en la definición del Itinerario de Antonino. Destaca la aportación del arqueólogo Carlos Caballero que trabaja en la definición del itinerario de Antonino. En su artículo sobre «La mansio Miaccum, entre Beneficio y Monasterio» (2016) concluye que con el nombre de mansio Miaccum podrían conocerse dos enclaves, próximos entre sí, asociados a caminos romanos y que comparten características cronológicas y funcionales. «Una de las posadas (Monesterio) daría servicio a la ruta 24 y la otra (El Beneficio) serviría a un ramal desprendido hacia el este para recorrer el piedemonte de la Sierra en su cara sur».

Está villa se localiza en la ruta romana que atraviesa el Sistema Central por el puerto de la Fuenfría. Se trata de un conjunto de yacimientos poco conocidos, pero de los que se han extrayendo piezas muy valiosas. En las últimas excavaciones ha aparecido una pieza que se usaba para calentar termas o una residencia que permite afirmar la presencia de un importante asentamiento romano desde la República hasta la época del Bajo Imperio. También se ha encontrado una necrópolis romana en la que apareció la tumba saqueada del niño Vitulino, cuya estela funeraria forma ya parte de los fondos del Museo Arqueológico de la Comunidad de Madrid. También se han cimientos de una necrópolis medieval.

Junto a este recinto se encuentran además los restos de lo que fue el Pabellón de Caza de Felipe II junto con otros pertenecientes a un monasterio renacentista.

Arias, Gonzalo. «El secreto de Antonino». El Miliario extravagante nº 2 y 3. Paris. 1963.

Arias, Gonzalo. «Madrid histórico nudo de comunicaciones». Repertorio de Caminos de Hispania romana.

Blazquez, Antonio. «La vía romana del puerto de la Fuenfría». Boletín de la Real Academia de la Historia. 1911.


Edad Media

Las primeras alusiones históricas referidas a estos territorios se remontan al S.XII cuando pobladores segovianos, impulsados por la reconquista y la necesidad de tierras, colonizan la vertiente meridional de la Sierra del Guadarrama, acotando y adehesando para el ganado diferentes enclaves entrelazados por la red de vías pecuarias cuyo eje principal era la Cañada Real Leonesa.


Siglo XVI

En 1561, Felipe II, coincidiendo con el traslado de la capital del reino a Madrid, adquiere entre otros los terrenos de la Herrería, la Fresneda, el Campillo, Monesterio y El Escorial, sobre los que erigirá el Monasterio, de cuya fundación encargará a los monjes jerónimos. En los aledaños se construyen edificios que albergan oficios y dan alojamiento a los trabajadores que participan en la gran obra.

En 1583 se levanta la Casa de los Doctores y Catedráticos y poco después las Casas de Oficios (1587-1596), el allanamiento de la Lonja (1586) y el paredón del Plantel que delimita el espacio del Monasterio (1593).

De finales de siglo son los edificios de la Compaña (1590), la casa de las Pizarras y la Casa de las Parrillas (utilizada por Juan de Villanueva en el siglo XVIII como referencia urbanística de la localidad y hoy desaparecida).


Siglo XVII

En 1690, con Carlos II, se realizarán las Caballerizas Reales y Regalada (actualmente “El Parque”, última promoción de los Habsburgo en el Sitio Real.


Siglo XVIII

Felipe V, primer monarca de la dinastía borbónica, construye La Granja de San Ildefonso en Segovia por la que sentirá una especial preferencia. No obstante ordena la realización de loa Cuarteles para las Reales Guardias de Infanterías Españolas y Valonas en 1717 para cubrir las necesidades de la Corte.

Con Carlos III los Reales Sitios se convierten en capitales de una Corte itinerante en función de la época del año (los otoños los pasará en San Lorenzo de El Escorial).

En 1767 promulga la Cédula Real que contiene el Reglamento para la fábrica de Casas en el Real Sitio de San Lorenzo, el acta fundacional que establece las prerrogativas de la Corona en cuanto a la concesión de licencias, derechos de tanteo, calidad e higiene de las construcciones y prohibición de su ocupación de las Casas fuera de las Jornadas Reales.

El arquitecto Juan Esteban velará por ellas y proyectará un trazado urbano que continua el trazado ortogonal impuesto por el Monasterio, adaptándola a la topografía del terreno y a las irregulares manzanas preexistentes. A él se deben obras como la Casa Grande del Común (en el solar del actual Ayuntamiento), la Real Ballestería, la Casa de los Perros, el Hospital de San Carlos (1771), la Casa para arrendar de Felipe Díaz Bamonte (1771), las Cocheras de su Majestad (1772).

Otro arquitecto, Jaime Marquet se encargará de las obras del Real Coliseo Carlos III en 1770, cuya rehabilitación fue galardonada en 1980 con el Premio Nacional de Restauración.

En 1768 el arquitecto real Juan de Villanueva realiza la Casa del Cónsul. Otras obras del autor son las del Palacio del Marqués de Campo Villar (1769), la Casa de los Infantes D. Gabriel, D. Antonio Pascual y D. Francisco Javier (1769), la Casita del Infante (1771) y, probablemente, los Cuarteles de Inválidos y Voluntarios a Caballo (1774).

Sucedió en el cargo a Juan Esteban y elaboró en 1782 las Adiciones a la Real Cédula Real perteneciente a la fábrica de casas en el Sitio de San Lorenzo. A él también se deben la Tercera Casa de Oficios (1785), la Casa del Duque de Medinacelli (restaurada en 1985), la Casa de las Columnas o de las tiendas (1787), la reforma del Palacio de los Infantes D. Carlos María y D. Francisco de Paula, actual Euroforum, la ampliación del Mercado Público (1797) y otras numerosas obras en la localidad.

El 1792 se declara el Real Sitio de San Lorenzo como población nueva por Cédula otorgada por Carlos IV en Aranjuez, señalándose los términos y dotándola de jurisdicción civil, criminal y administrativa y término propio.


Siglo XIX

La invasión francesa en 1808 abrirá un período de decadencia y desolación en la ciudad (el Monasterio fue expoliado y se quemaron importantes edificios antes de abandonar la ciudad). Ello ocasionó el distanciamiento de las Jornadas Reales, hasta entonces fundamento económico del Real Sitio.

A mitad del siglo XIX el Ayuntamiento comienza a embellecer una ciudad que poco a poco va transformándose en el lugar de veraneo de las clases altas y de la burguesía madrileña. A ello contribuyen la construcción del ferrocarril y la desamortización de los bienes de la corona que adquiridos por particulares para construir numerosos hoteles estivales, impulsarán el resurgir de la economía local. A este impulso contribuirá la localización por esas fechas de la Escuela Superior de Ingenieros de Montes.

En 1885 Alfonso XII encarga la conservación del Monasterio a la Orden de San Agustín y organiza el Monasterio dividiéndolo en tres partes diferenciadas: el Palacio, el Convento y el Colegio que desde entonces adoptará su nombre.

San Lorenzo de El Escorial se ha convertido ya en una ciudad veraniega por excelencia en la que comienzan a aparecer urbanizaciones que satisfacen la demanda de la burguesía madrileña. Alfonso XIII realiza la designación de San Lorenzo de El Escorial como cabeza de partido judicial, convirtiendo a esta pequeña ciudad en el centro neurálgico de la zona oeste de la provincia de Madrid.


Siglo XX

La población no para de crecer, al mismo ritmo que un crecimiento urbanístico que da respuesta a las dos poblaciones que se dan cita en la localidad: la permanente y la de temporada. En esta evolución surgen diversos centros de enseñanza como el Centro de Estudios Superiores María Cristina, y los colegios de la Inmaculada Concepción y de las Carmelitas Descalzas.

A la conclusión de la Guerra Civil se concibe en el paraje de Cuelgamuros el Valle de los Caídos (1940), obra magna del régimen franquista en un entorno de gran belleza natural.

El reconocimiento de los valores que se dan cita en la localidad ha sido constante a lo largo del tiempo. La importancia y majestuosidad del Monasterio y su entorno se reconoce en 1931 con la declaración de Monumento Histórico-Artístico, reconocimiento que en 1984 se magnifica con la declaración de la UNESCO en 1984 como Patrimonio de la Humanidad.

Otros edificaciones de la localidad también se han hecho merecedoras de la declaración de Bienes de Interés Cultural, destacando la Casita del Infante, … En 1971 el Casco Urbano de San Lorenzo de El Escorial es declarado Conjunto-Histórico Artístico, con el objeto de conservar los valores que le son propios.

No queda atrás en estos reconocimientos su entorno natural. En 1961 el Pinar de Abantos es declarado “Paraje Pintoresco” y en 1995 la Herrería como bosque de especial interés ecológico, reconociéndose así el carácter exclusivo de los valores de la localidad.

La riqueza del patrimonio arquitectónico, la belleza de sus paisajes, el carácter de sus fiestas y la intensa actividad cultural desarrollada, hacen de San Lorenzo de El Escorial uno de los rincones más privilegiados de la región, que anualmente visitan mas de un millón de personas que se sienten atraídas por los encantos de una pequeña gran ciudad.

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