Jardines de Terreros

Otro nombre del bien: PASEO DE TERREROS
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/173
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: A1-63
Georeferencia: UTM-X: 403285, UTM-Y: 4494015 / Longitud: -4º08’34», Latitud: 40º35’28»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – . : . Otra figura:
Estado actual: SE DESCONOCE QUE ELEMENENTOS SE CONSERVAN DEL PROYECTO DEL SIGLO XIX.

Localización: INFANTES,
Acceso: CALLE INFANTES C/V CALLE REY C/V CALLE JUAN ABELLÓ PASCUAL C/V CALLE MADRE CARMEN SALLES.
Superficie: 12601 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: JARDINES Y PASEO. SIGLO XIX.

Descripción del bien: JARDIN HISTÓRICO. CONSTRUIDO A MEDIADOS DEL SIGLO XIX POR EL AYUNTAMIENTO. ¿EN 1852 EL MUNICIPIO SOLICITA A S.M. PERMISO PARA PLANTAR LOS PRIMEROS ÁRBOLES EN LO QUE SERÁ EL PASEO DE LOS TERREROS (¿)¿ «ARQUITECTURA Y DESARROLLO (1998)», PÁGINA 201.

Bienes muebles:

Justificación: «ARQUITECTURA Y DESARROLLO (1998)»: 1852.
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

Otro nombre del bien:
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/023
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: I-8
Georeferencia: UTM-X: 402943, UTM-Y: 4493603 / Longitud: -4º08’48», Latitud: 40º35’15»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural- BIC- (declarado); Monumento; ; Declaración de bien de interés cultural de PALACIO MONASTERIO Y JARDINES – 03/06/31; Estatal; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Religioso, Docente, Institucional, representativo.

Localización: Avenida Juan de Borbón y Battenberg, 1
Acceso:
Superficie: 319017 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Monasterio 1562-1584: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera siglo XVIII: Juan de Villanueva Felipe II concibe construir el Monasterio por el reconocimiento por la victoria de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557 y el deseo de erigir un mausoleo en memoria de sus padres y de él mismo, puesto bajo la advocación de San Lorenzo. También son conocidas las motivaciones que llevó a Felipe II la elección del lugar: la proximidad a la Corte en Madrid, la adecuación del entorno físico a las normas vitruvianas y por último, las condiciones que exigían los frailes jerónimos. El monasterio se plantea según un eje principal este-oeste y en el lugar donde los vientos dominantes no azotan directamente. Basándose en los deseos expresos de Felipe II, Juan Bautista de Toledo, nombrado arquitecto real, proyectó un edificio integrado por un palacio, una iglesia y un convento con capacidad para albergar inicialmente 50 religiosos, dividido en tres sectores. En el meriodional se sitúa el convento, organizado alrededor de un patio y claustro principal y de otros cuatro pequeños. En la parte central, tras el gran patio de acceso se dispone la Basílica y abrazando la cabecera, en el extremo oriental, las estancias privadas del palacio con los aposentos reales. Y finalmente , en el tercio norte, se sitúa la zona de palacio distribuida entorno a un gran patio principal y cuatro de servicios. Es decir, inicialmente no se contó con el colegio y el seminario, ni tampoco con las dependencias hospitalarias ni de servicio. En el proyecto inicial el edificio presentaba dos alturas diferentes, planteándose menor altura en la mitad occidental que en la oriental. El aspecto monacal se rompía con la ubicación de las dos torres palaciegas en los extremos de la fachada principal, mas bajas que las otras dos orientales. En cuanto al templo, Toledo lo concibió centralizado, con cinco cúpulas y flanqueado por dos torres. Sobre este modelo y trazas de 1562 Felipe II pidió consejo a varios arquitectos. Tras el fallecimiento de Juan Bautista de Toledo, en 1567, Juan de Herrera, su ayudante, es nombrado arquitecto real, aportando cambios en el sistema constructivo y en la organización, con innovaciones que acelerarían el ritmo de las obras. En 1571 llegaron al Monasterio el rey con su corte y parte de los religiosos y en 1583 se habían terminado las obras en la Basílica y Jacome da Trezzo comenzaría los trabajos de labrado del tabernáculo y las relacionadas con el marco arquitetónico del retablo mayor que Pompeo Leoni completaría con sus figuras de bronce. En 1584 se colocaba la última piedra del monasterio.

Descripción del bien: Monasterio 1562-1584: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera siglo XVIII: Juan de Villanueva El monasterio presenta una planta rectangular (207 x 162 m), siendo sus fachadas mayores del naciente y las del poniente. El acceso principal se encuentra en la fachada oeste del edificio. A esta fachada se abren tres puertas: el pórtico principal en el centro, resaltado por un frontispicio, y dos puertas laterales, a la derecha la del convento que es realmente la entrada a las cocinas, y a la izquierda, la del colegio de Alfonso XII. El pórtico principal consta de dos cuerpos o pisos claramente diferenciados. El inferior enlaza la cornisa de su entablamento con la general el edificio. Sobre la cornisa, a ambos extremos, se disponen dos parejas de pirámides rematadas con bolas, apoyadas sobre pedestales, situadas en la misma vertical de las columnas inferiores. El conjunto de la fachada oeste aparece flanqueado por las torres de la Botica en su extremo meridional, y del colegio. Las dos puertas laterales situadas a ambos lados de la puerta principal están enmarcadas por pilastras adosadas. La fachada norte, enmarcada por la torre de las damas y la del colegio, presentan dos pisos y esta articulada mediante pilastras superpuestas, al igual que la del poniente. Sus tres puertas adinteladas son del mismo tamaño, siendo la del extremo oriental la puerta principal del Palacio, la central la del acceso a las cocinas, y las mas occidental la comunica con el patio de servicios del colegio. La fachada oriental del monasterio se encuentra delimitada por la torre del prior en el ángulos sur, y la torre de las damas en el norte, dominados en el centro por la cabacera de la Basílica y la cúpula; al igual que en la fachada sur, de imponente dimensión horizontal, el arranque, como una fortificación, es en talud y a él se abren las ventanas de los sótanos. El monumento esta asentado sobre una plataforma, haciéndose mas evidente en las fachadas sur y este, en donde muestra su muro de contención, el Muro de los Nichos, construido con fábrica de sillería. Sobre ella y rodeando las zonas del Convento y Palacio, las mas privadas del Monasterio, se organizan los jardines, de los Frailes y del Palacio, y en los lados norte y oeste la Lonja o atrio de acceso al edificio. Las alas de mediodía y levante se apoyan en las bóvedas que cubren las cantinas iluminadas por las 99 ventanas dispuestas a los largo del talud de arranque de las fachadas. El jardín se comunica con la huerta por medio de tres escaleras, de dos tiros y tres tramos de gradas, situadas en cada uno de los lados, construidas en piedra berroqueña, coincidentes con ejes principales del edificio. En el ala oeste tras pasar la puerta principal se accede a un pórtico, cubierto con una bóveda escarzada de sillería presenta en sus testeros la puerta de entada a la Biblioteca, al patio del colegio, al claustro de la hospedería y al patio del convento. Desde aquí y atravesando una arquería de tres vanos de medio punto se accede al patio de los Reyes, verdadero atrio de la Basílica. La Biblioteca, consta de dos salones superpuestos, estructurada a base de pilastras, molduras y arcos fajones, y cubierta con una bóveda de cañón. El patio de los Reyes, delimitado por los muros del Convento y el Colegio, por el que se accede a aquella mediante siete gradas que remarcan la jerarquía del espacio siguiente. La fachada de la Basílica, la constituye un cuerpo central, flanqueado por dos torres en cada ángulo. Lo integran dos niveles decorados con columnas, uno inferior, hexástilo y dórico, y otro superior de orden toscazo, rematado con un frontón triangular. El espacio basilical se organiza en tres naves, la central mas ancha que las laterales. La jerarquía del crucero, como parte mas importante, queda remarcada por la utilización del orden dórico, de mayores proporciones, incluso que el de la fachada. Cuatro pilares torales constituyen el núcleo sobre el que se asienta la cúpula. Y delimitado por cuatro machones achaflanados en sus vértices exteriores con pilastras pareadas. Sobre el crucero propiamente dicho se asienta una cúpula, cuyo tambor en el que se abren ocho ventanales de medio punto, enlaza con la bóveda mediante pechinas, mientras que la semiesfera de la cúpula se organiza en gajos, rematándose con un óculo y una linterna. El presbiterio, destaca del resto de la iglesia por su ornamentación y materiales utilizados. Se accede a el mediante dos tramos de escalinatas, llegando por una tercera hasta el retablo mayor. Se organiza en torno a un claustro principal alrededor del patio de los Evangelistas y a otros cuatro patios mas pequeños en torno a los cuales se disponen los diferentes servicios. En su parte baja se agrupan la portería, de planta rectangular, cubierta con una bóveda escarzana de tres tramos; la iglesia vieja, también rectangular de otros tres tramos definidos por arcos rebajados y cubiertos con bóvedas vaídas; y la escalera principal, que es una de las piezas mas importantes del monasterio desde el punto de vista arquitectónico. Es de tipo imperial, siendo el tiro de ida mas ancho que los dos laterales de vuelta. Su iluminación se produce a través de vanos termales que enlazan mediante lunetos, con la bóveda. En la planta inferior, en la panda mas oriental del claustro, y unida a la Basílica, se encuentra la sacristía, precedida de un vestíbulo. Cubierta con bóveda rebajada y profusamente decorada, es una de las piezas mas lujosamente tratadas del convento. El claustro, consta de dos pisos de planta cuadrada, cubiertos con bóvedas rebajadas con lunetos, y rematándose en las esquinas con bóveda de aristas. En el piso inferior la bóveda es de fábrica de cantería mientras que en el superior esta hecha con ladrillo y enlucida con yeso blanco. Presenta dos órdenes de arquería de medio punto peraltadas, el inferior dórico, y el superior jónico, separadas mediante una cornisa, resolviéndose las esquinas mediante un cuarto de columna. En su centro se levanta un templete de planta cuadrada con los ángulos achaflanados, cubierto con una cúpula asentada sobre un anillo de modo de tambor. En el sector sureste del convento se abren los cuatro patios chicos, alrededor de cuyos claustros se alojan las celdas y dependencias de los frailes, cuyo nexo de unión lo constituye el patio de luces del convento, siendo éste el centro de iluminación de la zona. Los cuatro patios de servicios constan de tres pisos; las cubiertas de los corredores inferiores se resuelven mediante bóvedas vaídas, mientras que los superiores se cubren con techados de viguería de madera y entrevigado de yeso, solucionándose las esquinas mediante arcos perpiaños. Cada uno de ellos tiene siete vanos por panda, los cuales se marcan mediante arcos rebajados apoyados sobre pilares que en las esquinas toman forma cruciforme. Sobre las cubiertas se alinean dos hileras de buhardillas y en el centro de cada patio se dispone una fuente. En el tercio norte del Monasterio se disponen el Colegio, el Seminario, y el Palacio. El colegio y el seminario ocupan la mitad noroeste y presentan cuatro patios: el del seminario, junto a la torre de los Doctores; el primer y segundo patio del Colegio, lindando con el patio de Reyes, y un cuarto patio dividido a su vez en dos: uno de servicios y otro conocido como el patio del Peladero. Al colegio se accede por la puerta norte del nártex basílical, y su organización en muy semejante a la del convento. El seminario cuenta con su propio refectorio y aula en el oeste, desde donde se puede acceder a la biblioteca. En el Palacio se pueden distinguir dos zonas claramente diferenciadas, el palacio público en el sector noreste, y otra, el palacio privado con los aposentos del Rey, alrededor de la cabecera de la Basílica. Lo único de todo el conjunto palaciego que continua casi intacto es la Sala de las Batallas. Construida por una galería abovedada, con nueve ventanales. Todas las cubiertas del Convento, colegio y Palacio fueron reformadas, cambiando las armaduras de madera. La Biblioteca posee uno de los fondos bibliográficos más valiosos del mundo, no por la cantidad ya que hay alrededor de 50.000 volúmenes, sino por su calidad, siendo especialmente valiosas sus colecciones de manuscritos árabes, hebreos y latinos. La sala abierta al público es una galería abovedada de 54 metros de longitud por 9 de ancho. Está decorada con pinturas de Tibaldi y Carducci, del siglo XVI. El programa iconográfico es muy interesante, en el testero norte está representada la Filosofía, en el opuesto la Teología y entre ambos las siete Artes Liberales: la Gramática, la Retórica, la Dialéctica, la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astronomía. El Panteón de Reyes está ubicado justo debajo del Altar Mayor, en él están enterrados prácticamente todos los reyes de España a partir de Carlos I, excepto Felipe V, Fernando VI y Amadeo de Saboya. El Panteón es una sala octogonal, en uno de sus lados está la entrada y en el de enfrente se sitúa un altar con un Cristo en bronce dorado de Domenico Guido. La estancia está decorada con mármoles granates y grises y bronce dorado a fuego. El Panteón de Infantes se realizó a mediados del siglo XIX, en el reinado de Isabel II, y finalizaron las obras en 1886. Construido en mármol blanco de Carrara, está compuesto por nueve salas. En la primera está la escultura en bronce de Isabel II, en actitud orante. La tumba que más destaca de este panteón es la de don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V. En otra de las salas hay una gran tumba colectiva en forma de tarta donde, están enterrados algunos de los niños de las familias reales que murieron antes de la Primera Comunión. Los Palacios ocupan parte de la fachada Norte y de la Este, además del saliente de la basílica. Las estancias palaciegas del siglo XVI fueron ocupadas por Felipe II. La primera de ellas se conoce como la Sala de las Batallas, decorada con pinturas realizadas por artistas genoveses: Oracio Cambiaso, Fabricio Castello, Nicolás Granello y Lázaro Tavarone. Se representan escenas de batallas, entre ellas las de la Higueruela y la de San Quintín. En otra de las habitaciones se puede ver la silla litera que transportaba a Felipe II al final de su vida, cuando, por culpa de la enfermedad de la gota apenas podía andar. La Sala de los retratos, la de Cartografía y la del Trono nos llevan hasta el dormitorio donde murió el Rey, caracterizado por su sencillez. El Palacio de los Borbones está decorado a finales del siglo XVIII, con Carlos III y su hijo Carlos IV. Juan de Villanueva interviene en la fachada norte para dotar de acceso a la parte del Monasterio que los borbones habilitan para residencia real, consistiendo principalmente en la apertura de una nueva puerta y en la escalera de comunicación. En el interior destaca la influencia del gusto francés en el estilo de los muebles, porcelanas, lámparas y todo tipo de objetos decorativos. Lo más importante de estas habitaciones es la colección de tapices cuyo diseño está realizado por artistas como Goya, Bayeu y Tenniers, entre otros.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Real Sitio de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II

Otro nombre del bien:
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Santa María de la Alameda, Zarzalejo

Código: CM/0000/093
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 406269, UTM-Y: 4495353 / Longitud: -4º06´28´´, Latitud: 40º36´13´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Sitio o Territorio Histórico. Declaración: Decreto 52/2006, de 15 de junio, por el que se declara bien de interés cultural, en la categoría de territorio histórico, el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II. (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid de 21 de junio de 2006). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización:
Acceso: El Real Sitio de El Escorial se encuentra sobre una pequeña loma cerrada por el río Aulencia de un lado, y el arroyo de Lavar por otro.
Superficie: 98015719 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: Desde el primer momento, Felipe II tuvo la intención de dotar al monasterio de recursos propios, al mismo tiempo que deseaba crear un entorno agradable con la finalidad de que fuera un lugar de reposo donde pudiera retirarse y practicar la caza, una de sus aficiones preferidas; en ese sentido, el lugar escogido reunía las condiciones de riqueza paisajística y cinegética requeridas. Con esa intención, el monarca comenzó a comprar tierra y fincas de los alrededores desde muy pronto, antes incluso del inicio de la construcción del monasterio. La primera de estas fincas fue «La Herrería», a la que siguirían «La Fresneda», «La Granjilla» (formando parte de la Granjilla) , Campillo y Monesterio, completándose el conjunto con la agregación del núcleo poblacional de El Escorial: Estos cinco elementos formaban el señorío de abadengo que regían los jerónimos. El territorio resultante, como suma de todas estas propiedades, evidencia la complejidad del sistema jurisdiccional de esta época y su enorme diversidad geográfica, que se encontraba perfectamente delimitado y protegido por una Cerca que aún conserva en gran parte su trazado

Descripción general: Real Sitio de El Escorial: ámbito delimitado por los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial, El Escorial, y una pequeña parte de Zarzalejo y Santa María de la Alameda. S XVI-XVIII

Descripción del bien: El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial está constituido por un territorio histórico bien delimitado por la Cerca propiamente dicha , comprendiendo la casi totalidad de los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, y una pequeña parte de Zarzalejo y Santa María de la Alameda. S XVI-XVIII La elección de Felipe II de este paraje en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama para levantar un conjunto que sirviera de monasterio y residencia real en conmemoración de la batalla de San Quintín, dió lugar a todo un programa de infraestructuras de manera que el monasterio no se concibe como un elemento aislado en el paisaje, si no que pasase a ser la pieza principal de un complejo sistema al que pertenecen, tanto las numerosas edificaciones relacionadas con el conjunto principal, como las estructuras viarias que comunican, ya sea las diferentes áreas que componen el sistema escurialense entre sí, ya sea éstas con Madrid. Este gran territorio destinado al monasterio abarcaba las grandes fincas de La Herrería, La Fresneda o Granjilla, Campillo, Monesterio y el núcleo poblacional de El Escorial, y se justificaba por la intención de Felipe II de dotar al monasterio de recursos propios, y de un entorno agradable, que fuera un lugar de reposo donde pudiera retirarse y practicar la caza. EL MONASTERIO: En 1563 comienzan las obras del monasterio, que se convertirá en el eje central de todo un complejo y vasto entramado de posesiones que contribuían al mantenimiento y solaz de la corte. El proyecto del complejo del palacio y el monasterio fue planteado por Juan Bautista de Toledo en 1563, fecha en que también se coloca la primera piedra, en 1586 se terminaban las obras con el concurso de Juan de Herrera tras la muerte de Juan Bautista de Toledo. El diseño corresponde a una planta que toma como modelo la parrilla donde recibió martirio San Lorenzo. El estilo con que realizó la obra creó escuela, pasando a conocerse como estilo herreriano. El espacio se organiza en base a patios interiores y queda dividido simétricamente por el cuerpo de la iglesia y el gran patio que la precede, lo que permite situar a un lado la residencia del rey, y al otro las dependencias del Monasterio. Este complejo queda rodeado por jardines y huertas y un amplio estanque. Paralelamente a la construcción y ornato, el Rey se preocupó de dotar de importantes infraestructuras que permitieran la comunicación y un buen nivel de abastecimiento. Hasta la llegada de Carlos III no se intervino en el Real Sitio desde la perspectiva del urbanismo, quien vio la necesidad de dotar al asentamiento de un trazado urbano y de un reglamento que permitiera la construcción de edificios residenciales aptos para satisfacer la demanda de alojamiento de una población creciente. Para ello, el Rey recurrió al arquitecto Juan de Villanueva, quien, partiendo del esquema que ya hubiera creado Juan de Herrera en las casas de oficios, creó un ingenioso entramado de plazas y calles que jugaban con el desnivel del terreno. Villanueva tomó también el modelo herreriano para la arquitectura doméstica y monumental, de manera que el resultado ha sido totalmente armónico con el conjunto del monasterio. EL ENTORNO DE LA CERCA: Según una antigua descripción, el muro de la Cerca abarcaba 10 leguas de circunferencia (unos 55 kilómetros) y de 10 a 12 pies de alto (entre 3 y 3,5 metros). Está realizada en piedra seca, y en ella se abrían 10 puertas que comunicaban el terreno acotado con el entorno, algunas de las cuales estaban reservadas sólo para el monarca. El monarca se quedaba para su único disfrute la riqueza cinegética del señorío, mientras que la comunidad de religiosos detentaba la explotación agrícola y ganadera, aunque no podía acrecentar su patrimonio adquiriendo más terrenos. Todo ese territorio estaba perfectamente delimitado y protegido por una Cerca que aún conserva en gran parte su trazado. El perímetro acotado se extendía desde las Navas, situada encima del Batán, siguiendo por la cañada hasta el arroyo del Cascajal, de aquí se dirigía hacia la sierra, llegando al Barracón, para subir hasta cerca del Risco Benito, coronando la cumbre por la cuerda hasta la Naranjera y, tras hacer un quiebro, llegar a la Portera del Cura y al Pico de Tres Cruces. De aquí bajaba en línea recta hasta la carretera de Guadarrama y continuaba por el llano separando los términos de Guadarrama y Villalba del de El Escorial, llegando al Puente del Herreño, desde donde se dirigía a las Zorreras y Navalquejigo, encaminándose después hacia el Tercio, para, desde aquí, ir hacia el camino de Valdemorillo, el Chicharrón, Prado de los Reyes y los Ermitaños, subiendo finalmente a Entrecabezas y, tras hacer un quiebro, cerrar el coto en el Batán. ELEMENTOS QUE COMPONEN Y COMPLETAN EL REAL SITIO Se considera que también forman parte del Territorio Histórico cuantos bienes inmuebles componen el rico patrimonio arqueológico existente. Aunque no estén directamente relacionados con el complejo escurialense. Especialmente relevante se muestra el conjunto de yacimientos de la finca Monesterio, situado en la ribera norte del río Guadarrama. Han aparecido restos diversos de cronología romana, algunos de carácter monumental. Se conocen además, asociados a la calzada del ¿Camino de Monesterio¿ o ¿Colada de Villalba¿, numerosos restos arqueológicos, o elementos relacionados con el complejo escurialense. En el interior de este perímetro se localizan, el propio monasterio con sus espacios y edificaciones anejas: la Lonja, el Salón, la Botica, la Galería de Convalecientes, el Paso a la Compaña, la Compaña y las Casas de Oficios, la Casa de los Doctores, la Casa de Jacometrezo y los cerramientos y puertas de los jardines y huertas del S.XVI, los jardines de los Frailes y del Palacio, el Estanque Grande, la Cachicanía y el Pozo de nieve, todo lo cual data del S.XVI, y, la Casa de Infantes, de la Reina y la Tercera Casa de Oficios, La Cantina, la Casa de las Pizarras y la Casa de los Infantes hijos de Carlos IV, del S. XVIII. Conjuntos anejos del S.XVI: la finca de La Herrería con sus puertas, casas de Guarda, puentes, fuentes, Batán y Molinos, Ermita de la Virgen de Gracia, ¿Silla de Felipe II¿ y ¿Púlpito¿; la finca Granjilla ¿antigua finca Fresneda- con sus cerramientos de puertas, Iglesia de San Juan, Casa del Rey, Casa de los Frailes y construcciones auxiliares, puentes, jardines y estanques,; la finca Campillo con las ruinas de la casa principal, Torre-Palacio (caballerizas, fuente y Ermita de Santa Filomena), La Solana y La Pizarra, y la finca Monesterio con su construcción principal, la portada del antiguo Palacio y el Molino de Papel en Monesterio. También los elementos, hitos y construcciones del Real Coto de Caza: el Mirador del Rey, el Mirador de la Reina y el Canto de Castejón. Conjuntos anejos del S. XVIII: la Casita de Arriba o del Infante y La Casita del Príncipe o de Abajo, con sus parques y elementos principales. En los núcleos urbanos de San Lorenzo de El Escorial con su conjunto histórico y El Escorial se encuentran otros bienes de interés cultural: la Colonia Pinar de Abantos, el Teatro Real Coliseo de Carlos III la Casa Peláez o del Infante, la iglesia parroquial de San Bernabé y el Monasterio de Prestado. Así mismo, se encuentran las construcciones auxiliares de abastecimientos de aguas de los siglos XVI y XVIII. Traída del S.XVI, Canal de El Escorial con dos viajes: Viaje Arca de San Juan-Arcadel Romeral y Viaje del Arroyo del Romeral; y traída del S.XVIII: Presa vieja del Romeral y Arca de Carlos III, Presa del Infante, Viaje y Acueductos y Presa del Batán. Aparte de estas construcciones se deben señalar los tres pozos de nieve en Cuelgamuros, el pozo de nieve de la Pizarra, el de Santa María de la Alameda y Batán y molinos. De igual modo, los Caminos del Sitio Real con los elementos que los constituyen que se encuentran dentro del ámbito de la Cerca: el Camino de Madrid a El Escorial y al Monasterio, por Torrelodones, S. XVI-XVII, el Camino de Madrid a El Escorial y al Monasterio, por Brunete y Valdemorillo, S. XVI-XVIII, el Camino del Monasterio a Campillo y Monesterio, S. XVI-XVIII, el Camino de Madrid a El Escorial y San Lorenzo, por Las Rozas y Galapagar, S.XVIII y el Camino del Real Sitio de San Lorenzo al Real Sitio de San Ildefonso, S. XVIII.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casita del Príncipe de Asturias o Casita de Abajo, los Jardines

Otro nombre del bien: Casita del Príncipe o de Abajo de El Escorial
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/131
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403580, UTM-Y: 4493429 / Longitud: -4º08´21´´, Latitud: 40º35´09´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización: Avda Reyes Católicos, 1
Acceso:
Superficie: 449727 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Casita del Principe. Neoclasicismo. 1771-1784. siglo XVIII Juan de Villanueva La Casita del Príncipe o de Abajo y sus jardines fueron construidos para el futuro Carlos IV por el arquitecto Juan de Villanueva entre 1771 y 1784, a unos 750 m al sudeste del Monasterio en unos terrenos de fuerte pendiente. El conjunto se ordena mediante el gran eje longitudinal que, desde los pabellones de acceso, recorre el jardín delantero, la Casita y el jardín trasero, con su tratamiento aterrazado, para entroncar por el norte con el viario de acceso desde el Monasterio. El palacete se construyó en dos fases: entre 1771 y 1773. A la primera fase corresponde el cuerpo principal, de planta rectangular y con una única altura, excepto en su núcleo central, donde hay dos. Éste integra un pórtico de cuatro columnas dóricas y cornisamento, sobre el que descansan una balconada y dos pequeñas columnas dóricas, que dan forma a la elegante fachada principal, orientada al este. En la segunda etapa, Villanueva ideó un eje perpendicular, que, partiendo de la cara posterior del citado núcleo central, se prolonga hacia el oeste, configurándose una planta con forma de T invertida. La ampliación supuso integrar dos nuevas dependencias, denominadas Salón Grande y Sala Ovalada, y un pórtico con dos columnas jónicas. Los jardines, responden a la traza de Villanueva que recupera el tipo aterrazado del Renacimiento italiano, ayudado en una primera etapa por el florentino Luis Lemmi en calidad de jardinero mayor. Se distribuyen en dos zonas: la primera de ellas se extiende alrededor de la fachada principal, orientada al este, e integra una plaza circular, decorada con una fuente, de la que parten ocho calles radiales. La segunda, realizada durante la segunda fase se sitúa en la parte posterior del edificio, al oeste, y presenta un trazado hipodámico, estructurado a partir de un gran estanque.

Descripción del bien: Casita del Principe. Neoclasicismo. 1771-1784. siglo XVIII Juan de Villanueva El conjunto, en un terreno en fuerte pendiente segregado de la Dehesa de la Herrería, se compone de cuatro partes diferenciadas, cada una de ellas dispuesta en una terraza: el jardín focalizado con los pabellones de acceso desde la carretera de Madrid, el palacete y dependencias de servicio con el jardín posterior de cuadros con arbolado, otro jardín de cuadros bajo la alberca o reservado y el jardín superior ¿estos dos últimos dentro de un mismo ámbito, el nuevo jardín de poniente. La Casita de Abajo, que sustituyó a unas barracas existentes en ese punto, fue construida para el futuro Carlos IV por su arquitecto Juan de Villanueva entre 1771 y 1784, en dos fases sucesivas: la primera, entre 1771 y 1775, en la que se erigieron el cuerpo principal y las dependencias de servicio, así como la ordenación primitiva del entorno, y de 1781 a 1784, la segunda, con el salón posterior y los jardines definitivos. Su composición arquitectónica recuerda al Museo del Prado en Madrid. En el acceso principal se disponen los pabellones de entrada y unas garitas con fuentes y pórticos laterales que enmarcan el ingreso, con una puerta de rejería que permite el paso al primer jardín de trazado radial de cuadros bajos ¿con coníferas de plantación posterior- y fuente circular en el eje longitudinal, que lleva a una terraza o lonja donde se encuentran las edificaciones principales; dos puertas de hierro de doble hoja de carácter monumental permiten el acceso lateral a dicha lonja y constituía la oriental la entrada más habitual al conjunto. El cambio de nivel se salva con un muro de contención que incorpora unos magníficos canapés de granito y rampas italianas. El palacete original organiza, de forma transversal al eje de entrada, un cuerpo de configuración ternaria y simétrica: una parte central de dos alturas más dos laterales con una y ático, prolongadas mediante dos pequeños pabellones adintelados con columnas toscanas que sirven de paso a las dependencias de servicio extremas y, a su vez, conectan la lonja de acceso con el jardín posterior; estas edificaciones laterales presentan una sola planta sobre un terreno en pendiente descendente hacia las puertas del jardín. Se accede a la residencia por la parte central de más altura a través de un pórtico tetrástilo de orden toscano dispuesto sobre unas gradas; dicho pórtico sostiene una terraza con barandillas de hierro que sirve a la planta alta, rematada con una cubierta de cinc de ligero carácter rococó que enfatiza el eje principal. La puerta de entrada se acompaña de dos huecos rehundidos con un pequeño banco, mientras que en planta alta, como en la vecina Casita de Arriba, introduce el arquitecto dos columnas jónicas dispuestas in antis. En los cuerpos laterales y de forma simétrica aparecen dos huecos con guardapolvos y alféizar de granito, material utilizado en la totalidad de la fachada, y, sobre la imposta que separa el ático, se abren pequeños huecos de sencilla factura similares a los de las dependencias secundarias. La planta de la Casita, como se ha dicho, responde a una organización tripartita y tiene forma de ¿T¿ invertida: el área central, con el pórtico de acceso que contiene el vestíbulo y un paso hacia la ampliación, comunicado a su vez con la escalera de mármol que lleva a la primera planta ¿preparada en Madrid y trasladada y montada en El Escorial- y, continuando por el eje de entrada, se dispone el nuevo salón de baile y una saleta ovalada que sirve de vestíbulo al ingresar desde el pórtico posterior del jardín; a ambos lados del sector central se desarrollan los dos cuerpos laterales, de carácter privado y destinados a las habitaciones independientes del príncipe y su esposa, cada uno compuesto de dos habitaciones rectangulares y otra menor cuadrada, más una correspondiente a la escalera en el lateral norte. Desde el nivel superior, de planta simétrica, se accede a la terraza desde la sala principal. El cuadrilongo original realizado en la primera fase fue incrementado, entonces, con el cuerpo perpendicular del salón de baile formando dicha figura de ¿T¿, por lo que se trasladó el pórtico primitivo de salida al jardín trasero -que aparecía encajado en el edificio y hoy es una habitación de paso-, hasta la fachada posterior tras el vestíbulo ovalado. La planta, relacionada con la obra de Palladio, parece tener una clara conexión con la del edificio corintio que representa Robert Morris en su publicación Select Architecture. La superposición de las dependencias de servicio formando un amplio cuerpo transversal con alzado de disposición triangular proviene, asimismo, de las villas palladianas, esquema utilizado ya en el palacio de la Zarzuela. De exquisita decoración, estos interiores responden al estilo Carlos IV de fin del siglo XVIII combinado con rasgos pompeyanos; requirió un importante trabajo de canteros y marmolistas, así como pintores -los techos están ejecutados por Maella, además de Juan Duque, Jacinto Gómez y Felipe López-, mueblistas y todo tipo de artesanos, así como se introdujo una rica colección pictórica y de objetos ornamentales, muchos perdidos en la Guerra de la Independencia. Además, el famoso decorador Dugourc realizó una serie de proyectos para tres salas de la Casita del Príncipe en 1786. En la parte trasera, un cuerpo de una sola altura que contiene un amplio salón de baile más una salita y pórtico también in antis de órdenes jónicos se adosa al bloque de dos niveles y se introduce en el jardín posterior; ocho huecos laterales se abren a los cuadros de vegetación, más otros dos que acompañan la puerta con arco de medio punto que sirve de salida al exterior, ya dentro del pórtico. El resto del palacete original incluye huecos similares a los de la fachada de acceso. Los alzados en el casino se realizan de cantería granítica, de gran tamaño en los zócalos, con un cuidado trabajo en las cornisas y huecos; en los pabellones de servicio, la piedra berroqueña se utiliza para el zócalo, esquinales, cornisas, impostas y recercado de huecos, con los entrepaños enfoscados. JARDINES: El conjunto, que presenta una extraordinaria unidad, se ordena mediante el gran eje longitudinal que, desde los pabellones de acceso, recorre el jardín delantero, la Casita y el jardín trasero, con su tratamiento aterrazado, para entroncar por el norte con el viario de acceso desde el Monasterio de El Escorial. Los jardines, uno de los principales ejemplos de la recuperación en España del tipo aterrazado del Renacimiento italiano, presentan una dualidad fomentada por la disposición central de la casa, hecho inaudito en España, pues se introduce un jardín anterior en vez de la típica plaza de acceso. Ésta debió ser la disposición original: un ámbito de entrada con la casa y un pequeño jardín trasero, sin el añadido aterrazado; al ampliar el salón se ajardinaría la plaza de acceso, se añadía la parte en ladera y reordenaba el jardín posterior primitivo. Por tanto, el conjunto ajardinado se divide en dos fragmentos unidos por un único eje longitudinal: el primero en la parte anterior y de trama, focalizada y otro ortogonal en la posterior, que se prolonga estrechándose para integrarse mejor con el entorno boscoso donde se asienta. Recursos de carácter hispano ¿entradas quebradas, rupturas axiales- y rasgos de carácter paisajístico enriquecen el complejo trazado del jardín. El jardín posterior, ejecutado en la segunda fase a la misma cota que la edificación, se organiza mediante una malla ortogonal de intervalos irregulares que contrasta con la planta focalizada del jardín de acceso. Los cuadros bajos se jalonan con árboles frutales, hoy tristemente secundados por las inevitables coníferas decimonónicas; una plaza con fuente circular indica el punto medio del pórtico de salida al jardín y el siguiente elemento, la pequeña terraza con la fuente del Mascarón. De formalización regular, pero barroca, se delimita esta plataforma por dos rampas que suben hacia la parte posterior y un fuerte muro de contención que no es más que el dique de la alberca superior, aprovechado para introducir dicha fuente del Mascarón, granítica y de carácter rústico. Este sector, que sube por la pendiente hacia el Monasterio de El Escorial, presenta un ancho de un tercio respecto a los jardines inferiores, y se remata, tras la alberca, con otro jardín de cuadros bajos de dinámico trazado que forma un hemiciclo con una puerta central que dirige el recorrido, por un brazo del tridente dibujado por Villanueva, hacia la lonja del monasterio; la construcción de muros de cerramiento de escasa altura permite la máxima relación entre el jardín y la dehesa aneja. El autor fue Juan de Villanueva, arquitecto del Real Sitio y del príncipe de Asturias y los infantes, que proyectó y dirigió la obra, además de, seguramente, trazar los jardines, donde trabajó en una primera etapa el florentino Luis Lemmi en calidad de jardinero mayor. Declarado Monumento Nacional en 1931, fue restaurado en los años sesenta del siglo pasado por el arquitecto de Patrimonio Ramón Andrada, que también intervino en los jardines y pabellones de acceso. Una actuación reciente de Pedro Moleón ha permitido recuperar varios elementos del conjunto

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Finca El Campillo

Otro nombre del bien:
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/138
Referencia catastral: 2942503VK0924S0001FU
Referencia del catálogo urbanístico: I-7
Georeferencia: UTM-X: 407516, UTM-Y: 4498267 / Longitud: -4º05´36´´, Latitud: 40º37´48´´

Nivel de protección: – . Incoación: Resolución de 30 de octubre de 2003.. Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural -BIC- (incoado); Monumento; Declaración de Bien de Interés Cultural de FINCA «CAMPILLO» – 30/10/03; ; Comunidad de Madrid; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Residencial-Agropecuario

Localización: Polígono 4 Parcela 13 – El Campillo.,
Acceso:
Superficie: 76574 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Finca Campillo siglos XV; XVI; XVII La finca de El Campillo, situada al noroeste del San Lorenzo en el límite con El Escorial, es atravesada por la colada de Villalba. Al igual que Monesterio, fue uno de los pueblos integrados en el Real Manzanares, adquirido mediante permuta por doña Leonor de Guzmán en 1346. El conjunto ¿El Campillo¿ está compuesto por una ermita, un palacete- torre del siglo XV, unas caballerizas del siglo XVI y una fuente del siglo XVII (fuente de la colada del camino Villalba). En 1370, las villas de Campillo y Monesterio se segregaron del Real, pasando a manos de Enrique IV y posteriormente a la Casa de Mendoza hasta que Felipe II decide anexionar estos lugares a la corona en 1595. Tras lo cual, y una vez despobladas, quedarían integradas ambas villas dentro del Territorio Real. Sus edificaciones fueron demolidas, quedando solo aquellas que pudieran ser de utilidad al rey, conservándose solo la torre fortaleza y la iglesia de la Trinidad. Felipe III ordena en 1613 adornar la casa del Campillo y ejecutar importantes reformas bajo la dirección de Juan Gómez de Mora. Sería en esta fecha cuando se construiría la fuente-abrevadero levantada junto a la colada de Villalba.

Descripción del bien: Finca Campillo siglos XV; XVI; XVII Juan Gómez de Mora En la actualidad el conjunto arquitectónico de Campillo está compuesto por la torre-fortaleza, la iglesia de la Santísima Trinidad, y las Casas de Oficios y Caballerizas. La torre-fortaleza, de planta cuadrada y cinco plantas, realizados en mampostería concertada con refuerzo de sillares en las esquinas y recercados pétreos e sus huecos de fachada, presentando una cornisa del mismo material. La cubierta es de teja curva a cuatro aguas. Sus cuatro fachadas presentan una idéntica disposición de huecos. Su principal acceso se efectúa mediante una puerta de medio punto y potentes dovelas, remarcadas por un alfiz, situada en la fachada sur del edificio. Hacia 1950, se adosó por su fachada oeste, `un cuerpo de dos alturas y planta en forma de L, con un torreón poligonal situado en el ángulo que forma los dos brazos, que alberga dos viviendas; su fábrica es de mampostería y su cubierta plana. Muy próxima a la fortaleza, frente a su fachada norte, se encuentra la casa de oficios y la s caballerizas del campillo. La construcción, de una sola altura, presenta planta en forma de U y dos crujías en el lado más largo. Su fábrica es de mampostería concertada vista. Los brazos mas cortos de la U ocupados viviendas, mientras que el mas largo albergaba las caballerizas en la primera crujía y los almacenes en la segunda. Se cubre el edificio con teja curva a dos aguas. Abriéndose en las alas laterales buhardillas dispuestas pareadas. Actualmente el sitio de las caballerizas, ha sido destinado para otros usos. El tercero de los edificios singulares del conjunto es la iglesia de la Santísima Trinidad, situada frente a la fachada sur de la fortaleza. Templo de una sola nave, y capilla mayor cuadrada, construido en mampostería tosca encalada en su origen, aunque actualmente se presenta vista, se cubre con teja curva a dos aguas en la nave y cuatro en la capilla mayor. Un poco mas alejado de estos edificios se levanta un pabellón formado por una nave de proporciones rectangulares de considerable longitud y otra mas pequeña adosada a ella, la primera dedicada a pajar y la segunda a cuadra; construidas en mampostería tosca, y cubierta de teja curva a dos aguas. Completa el conjunto una fuente-abrevadero, levantada junto a la colada que cruza entre las edificaciones frente a la iglesia, y un ajardinado, buscando plena integración del paisaje. La fuente está realizada en sillares graníticos. consta de un pilón rectangular separado en dos partes. El primero se encuentra bajo el cuerpo central de la fuente, formado por grandes sillares de granito ligeramente rehundidos, a él vierten agua dos caños ubicados en un paño liso, coronado por un sencillo frontón de tímpano ligeramente rehundido. el otro pilón se encuentra exterior al cuerpo de la fuente y a él vierte sus aguas el primero. este último está rematado por sillares de sección triangular para poder ser utilizado por el ganado con mayor facilidad, por su constitución podría haber sido añadido con posteridad a la fuente y al primer pilón.

Bienes muebles:

Justificación: GÓMEZ DE MORA, Juan (1586-1648)
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casita del Infante o de Arriba, los Jardines

Otro nombre del bien: Casita de Arriba
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/010
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 402077, UTM-Y: 4493284 / Longitud: -4º09’25», Latitud: 40º35’04»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización: Carretera Robledo, 2
Acceso:
Superficie: 87871 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: ESTA PORTADA PODRÍA ESTAR VINCULADA AL CLUB DE GOLF, DATADO A MEDIADOS DEL SIGLO XX. CLUB DE GOLF: «ASIMISMO EN 1950 SE PROYECTA EL CAMPO DE GOLF DE EL ESCORIAL EN TERRENOS CEDIDOS PARA ELLO POR PATRIMONIO NACIONAL; EN UN PRIMER MOMENTO SE ADJUDICARON 30 HA. LINDANTES CON LA TAPIA DE LA CASITA DEL PRÍNCIPE, LA LÍNEA DEL FERROCARRIL, EL ARROYO AULENCIA Y LA CARRETERA QUE VA AL CAMPAMENTO DEL BUEN AIRE, LO QUE SUPONÍA UN 10% DE LA EXTENSIÓN DE LA HERRERÍA. NO SE SABE CON CERTEZA PORQUÉ SE CAMBIÓ LA LOCALIZACIÓN PREVISTA A OTRO LUGAR DE LA FINCA, EN CONCRETO A LA ZONA NOROESTE, JUSTO AL LADO OPUESTO, PERO LO CIERTO ES QUE EN 1967 SE CONSTRUYE EL CLUB EN EL NUEVO EMPLAZAMIENTO, CUENTA CON UN CAMPO DE GOLF DE 18 HOYOS, ASÍ COMO UN EDIFICIO PARA CLUB SOCIAL. ESTE ÚLTIMO, PROYECTADO POR RAMÓN ANDRADA, JOSÉ LUIS MARTÍN Y MARIANO BAYÓN. ES UN SENCILLO EDIFICIO, A DECIR DE SUS AUTORES «SIN MAYORES PRETENSIONES, CON UNA ARQUITECTURA DE NUESTRO TIEMPO, EN UN COMPROMETIDO AMBIENTE ESCURIALENSE, CON UN EJEMPLAR EMPLEO DEL GRANITO, DE LA PIZARRA, DEL HIERRO Y DEL PLOMO, SIN CAER EN LA PIRUETA O EN EL BOBALICÓN FLORKLORE «. UN DATO CURIOSO SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO ES QUE LOS SILLARES DE GRANITO USADOS EN ÉL SON LOS DE UN PUENTE SOBRE EL ARROYO DE TROFAS, EN EL MONTE DEL PARDO, QUE SE ARRUINÓ A CAUSA DE UNA RIADA Y FUE SUSTITUIDO POR OTRO DE HORMIGÓN. ASIMISMO Y SEGÚN INFORMACIÓN DEL HISTORIADOR DE PATRIMONIO NACIONAL, JOSÉ LUIS SANCHO, LA PUERTA DE ACCESO AL CLUB FUE CONSTRUIDA EN ESA MISMA ÉPOCA CON PARTE DE LOS CITADOS SILLARES (VER FICHA CM/0131/014).» «ARQUITECTURA Y DESARROLLO URBANO (1998)», PÁGINA 287.

Descripción general: Palacete neoclásico: 1771-1773 Juan de Villanueva Jardines: 1774 Juan de Villanueva, Luis Lemmi La Casita del Infante (conocida también como la Casita de Arriba) es un edificio neoclásico, construido en el último tercio del siglo XVIII, en un promontorio al sur del Monasterio de El Escorial. Debe su nombre al infante Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III, que la concibió para albergar conciertos de música de cámara, una de sus grandes aficiones. Se llevó a cabo entre 1771 y 1773, a partir de un diseño de Juan de Villanueva, el mismo arquitecto que trazó la Casita del Príncipe o de Abajo, que se encuentra en sus inmediaciones, dentro del término municipal de El Escorial. Tiene jardines de estilo italiano en terrazas descendentes y era posible escuchar la música desde el interior y el exterior. La decoración original se perdió y la que puede observarse corresponde a los reinados de Carlos IV y Fernando VII. Vicente Gómez pintó la bóveda con un fresco de Las Cuatro Estaciones. Su gestión corresponde a Patrimonio Nacional, organismo estatal del que dependen los bienes del Estado a disposición de la Corona Española.

Descripción del bien: Palacete neoclásico: 1771-1773 Juan de Villanueva Jardines: 1774 Juan de Villanueva, Luis Lemmi Construida por Juan de Villanueva, arquitecto real, entre 1771 y 1773, la Casita de Arriba -destinada al infante don Gabriel de Borbón, hermano del futuro Carlos IV- se localiza en el entorno del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, a escasos 800 m del mismo en la carretera que se dirige a Robledo de Chavela. La Casita de Arriba se extiende sobre una ladera de fuerte pendiente en orientación noroeste-sudeste, con la vivienda en la cota más elevada, a 1.025 m, y acceso en este punto desde la carretera de Robledo; los jardines, desplegados en varias terrazas a sus pies, constituyen un magnífico belvedere del cercano monasterio. Su erección formaba parte de una amplia operación que comprendía la creación de un conjunto de edificios de recreo en torno a los Sitios Reales destinado a los dos varones primogénitos de Carlos III, que permitían una relajación de la etiqueta cortesana al alejarse de la residencia permanente; se rodeaban de jardines y carecían del aparato edilicio habitual, pues sólo contaban con pequeños pabellones de servicio y escasos cuartos, generalmente sin dormitorios, dada la cercanía al núcleo principal y su carácter de recreo o descanso eventual. Compañera de la colindante Casita del Príncipe o de Abajo, su origen es común, tanto en su destino real, autoría -Juan de Villanueva, arquitecto de los infantes-, y construcción, pues son estrictamente contemporáneas y realizadas entre 1771 y 1773 ¿aunque la de Abajo sufrió una ampliación-. La fachada de acceso presenta, por primera vez, la solución vilanovina después vista en El Pardo y el Museo del Prado consistente en un oscuro hueco de entrada en el eje de simetría contrastado con las columnas jónicas in antis que lo flanquean entre pilonos, partes laterales de un cuerpo discretamente adelantado respecto de la línea de fachada en el cual se horadan, además, dos pequeñas puertas con arco de medio punto; otras dos ventanas, con su guardapolvo, completan la pétrea fachada. Toda de granito, con zócalo y cornisamento, hoy están revocados los paños centrales de los cuerpos laterales, como en el resto del edificio, aunque no son originales. Se remata con un ático y dos pequeños torreones que permiten la iluminación de la planta superior y óculo central que rasga la cúpula del salón principal. La compleja cubierta ¿hoy de pizarra- se eleva con tres grupos de faldones: el inferior, de pendiente curva, con huecos; el intermedio y el que cubre el espacio central. En la parte trasera el arquitecto repite el mismo esquema triangular y el plano ligeramente avanzado con su puerta de medio punto y frontón superior, dos pequeñas ventanas laterales, y los huecos extremos con sus guardapolvos, similares a los de la fachada principal. Los alzados laterales, sin retranqueos, tienen una puerta central también adintelada y dos sencillas ventanas a cada lado. El edificio, desarrollado básicamente en un nivel, presenta un pequeño ático perimetral. La planta baja, prácticamente cuadrada y de fuertes resonancias palladianas, se organiza en tres bandas longitudinales, más ancha y larga la central al ser la principal, donde se ubica el acceso in antis con su profundo atrio y la escalera de caracol que comunica con la primera planta, un salón central cupulado sobre pechinas ¿que propician el paso del cuadrado de la planta al octógono de la cúpula- que alojaba a los oyentes de las veladas musicales y otra sala, seguramente el comedor, abierta al jardín posterior, que constituyen las estancias más públicas y representativas; en las dos bandas laterales se disponen las habitaciones privadas para el infante don Gabriel y su esposa, cada una con su desarrollo independiente, con dos cuartos y una salida central al jardín, correspondientes a las puertas de las fachadas laterales. Si bien funcionalmente las habitaciones se agrupan en estas tres bandas paralelas, visualmente existe una relación transversal de otras tres franjas con el jardín: entre las habitaciones septentrionales y el acceso, el salón central y las dos salidas al jardín y entre los tres cuartos meridionales, que Sambricio denominó ejes de luz. Esta compacta planta se repite en el piso superior alrededor del gran hueco del salón central ¿excepto en el vestíbulo, con una terraza-, rodeado por pequeños cuartos con bóveda de cañón que se abren a dicho espacio y que permitían albergar a una pequeña orquesta de cámara. El interior, aunque variado en parte, conserva todavía su espléndida decoración ¿menos elaborada que la de la Casita de Abajo-, entre la que destacan los frisos pompeyanos con motivos musicales de la cúpula principal. Ha sido considerado este conjunto como el ejemplo máximo del Neoclasicismo español, en referencia a un grupo de obras que recuperan los principios renacentistas italianos de la jardinería de Felipe II en la España de la segunda mitad del siglo XVIII en franca contraposición al modelo francés imperante. Pero estos jardines, tradicionalmente atribuidos al propio Villanueva, presentan, además de dispositivos de proyecto clásicos, fuertes rasgos hispanos que tienden a la fragmentación del conjunto y a la ruptura de la visión perspectiva: mientras que un importante eje longitudinal ordena todo el conjunto, incluido el acceso, el casino y la terraza superior ajardinada, el arquitecto dispone dos jardines de cuadros simétricos y paralelos a este eje central, de mayor longitud pero a una cota más baja; estos dos desarrollos laterales compiten con la axialidad principal y genera recorridos acodados típicos del mundo español; además, el habitual gradiente entre Arquitectura y Naturaleza, tan desarrollado en la jardinería renacentista en nuestro país, se perturba al eliminar el selvático entre el jardín de cuadros y el bosque de caza, pues el huerto se introduce lateralmente. Tras la transformación de este coto de caza en parque para la reina María Josefa Amalia desde 1824, el edificio y jardines cayeron en una etapa de decadencia, hasta que fue arrendado a la Escuela de Ingenieros de Montes en 1878, época en la que se plantaron las coníferas y sufrió el jardín importantes cambios. En 1931, cuando era la Estación de Ensayo de Semillas, fue declarada Monumento Histórico-Artístico junto a los jardines y tuvo que ser restaurada tres años después por el arquitecto Miguel Durán tras sufrir un incendio; de nuevo intervino en ella Fernando Chueca en 1947 y en 1960 Ramón Andrada, esta vez para albergar la residencia del entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. Los jardines de la Casita del Infante: Los jardines, terminados un año después, en 1774, fueron plantados por el florentino Luis Lemmi sobre la traza de Villanueva. El conjunto se compone de cuatro partes asociadas a diferentes niveles y unidas por un eje de simetría longitudinal: una primera de acceso, la de mayor cota, que contiene dos pabellones de servicio, separados por una exedra con dos garitones anejos donde se abre la puerta de entrada; la segunda, que alberga la residencia, desplazada hacia el norte para favorecer el desarrollo del jardín en la terraza meridional superior; la tercera, con unos jardines dispuestos en un plano inferior que rodea por tres de sus lados a la anterior, y, por último, el soto de caza. En la prolongación de este eje principal se desarrolla la terraza superior del jardín; en ella de dispone un elegante comedor pétreo al aire libre, rodeado de cuadros bajos ¿todas las coníferas son posteriores y ajenas al proyecto inicial-, rematado con una fuente que organiza un hemiciclo introducido en la terraza inferior y a la que se llega mediante una escalinata. Otros dos pequeños grupos de peldaños laterales llevan en el eje transversal de la Casita a dicho plano aterrazado, compuesto por dos franjas asimismo de cuadros bajos con sencillas fuentes romboidales que discurren paralelas al eje longitudinal y que terminan en un amplio espacio enarenado abierto con una barandilla de hierro al soto de caza; esta barandilla, que rodea toda la terraza inferior, se abre también lateralmente para alcanzar la naturaleza exterior. La Casita de Arriba constituye un espléndido ejemplo de implantación de la arquitectura en su entorno inmediato, donde la integración entre la residencia y los jardines aterrazados que le acompañan refleja una coherencia y unidad de ambos hechos arquitectónicos conjugados en la villa, la Arquitectura y la Naturaleza artificial, manifestadas a su vez en la organización jerárquica tanto de la casa como del jardín en bandas paralelas al eje principal.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

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