Finca de la Granjilla- Antigua Fresneda

Otro nombre del bien: Casas del Rey y los Frailes de La Fresneda
Municipio: El Escorial

Código: CM/0054/059
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 406089, UTM-Y: 4492286 / Longitud: -4º06´34´´, Latitud: 40º34´33´´

Nivel de protección: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Uso Agropecuario y recreativo Los canales y compuertas se encuentran en mal estado así como los puentecillos, y otras obras. Deberían ser restaurados para que no se perdiera un bien cultural. Bien de interés cultural -BIC- (incoado); Monumento; Declaración de Bien de Interés Cultural de LA GRANJILLA. ANTIGUA FRESNEDA – 30/10/03; ; ; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Agropecuario, recreativos

Localización: Polígono 16 Parcela 9,
Acceso: Desde la M-505 en la rotonda situada en su km 27, donde confluye con la Avenida de la Constitución y la Avenida Felipe II. Se toma el camino de arena denominado Camino Real de Madrid paralelo a la M-505 en dirección sureste. Actualmente se encuentra cerrado por una valla que impide el paso con un cartel de propiedad privada, aunque se trata de una vía pecuaria, se cree que ha sido cerrado por los propietarios ilegalmente. Se continúa por el camino durante 200 m. Se atraviesa una puerta y se sigue durante 1,1 km hasta llegar al estanque junto a la casa. En la bifurcación de caminos continuar por el camino de la izquierda unos 50 m.
Superficie: 1486570 m2

Cronología: 1563-1569
Historia del bien: Antecedentes históricos: La finca de La Fresneda, también denominada La Granjilla, se sitúa en la parte sudoriental del término municipal de El Escorial, a unos 3 km del casco urbano por la carretera M-505. Sus edificios principales fueron encargados por Felipe II al arquitecto Gaspar de Vega entre 1563 y 1569, que aprovechó diversos elementos de una antigua puebla para crear las Casas del Rey y de los Frailes. Con una superficie actual de 148 ha, en esta finca se ubica un pequeño enclave que contiene la Casa del Rey ¿en referencia a Felipe II-, la Casa de los Frailes, la iglesia, diversos edificios auxiliares y un conjunto de actuaciones en el territorio que incluye varios estanques y un sector ordenado en el entorno de las principales construcciones. Su creación estriba, dada su proximidad al Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en establecer un lugar de alojamiento y recreo para la familia real y los monjes jerónimos a cargo del vasto edificio durante su construcción, que se demoró veinte años. La amplia heredad se originó en una puebla segoviana de escasa población y edificaciones que compró el monarca, escrituró en 1563 y convirtió en dehesa cerrada y acotada dos años después. Felipe II, que adquirió posteriormente más terrenos, mandó demoler la mayor parte de las construcciones existentes, incluso el hospital, pero respetó la iglesia de San Juan Bautista, la casa de Francisco de Avendaño, por su solidez, y parte de la casa de Alonso de Osorio de Cáceres, que se integró en la propia vivienda del rey. El conjunto residencial se integra, entonces, por dos elementos principales: la Casa del Rey, discreta construcción de dos plantas y mampuesto de piedra que se une mediante diversas edificaciones rurales a la Casa de los Frailes, interesante edificación en planta de U que, por efecto de la pendiente, presenta dos niveles en el sector más alejado de la residencia real, a la que se abre con una sola altura. Gravitan a su alrededor, además de la iglesia, una serie de edificaciones auxiliares de diversas épocas. La Casa del Rey, de planta rectangular, se componía originalmente de una crujía con tres ámbitos, todos ellos con luces a las dos fachadas principales y salida a la parte posterior en el central, que es el zaguán; este espacio distribuía la estancia norte, con chimenea, dos ventanas y otra puerta lateral al exterior y, al sur, la antigua casa de Osorio de Cáceres asumida en el volumen, que contenía la escalera a la primera planta y otra estancia de menor tamaño y forma irregular que se destinó en principio a cocina con una salida en el alzado lateral simétrico y otros dos huecos, abocinados como los demás. En la planta superior se repetía el esquema de la de acceso, con dos cuartos mayores, y bajo cubierta se disponía un desván, al que se llegaba con escalera de madera. Construida la residencia real en mampuesto careado de piedra granítica, los huecos se realizaron de sillería del mismo material, como la cornisa y refuerzos de esquinales. Destaca la interesante portada de acceso en el eje de simetría, que tiene el carácter rústico que señalaba el tratado de Serlio, con pilastras fajeadas de orden toscano y un arquitrabe con su friso de triglifos y goterones, interrumpido por un arco adintelado con dovelas resaltadas; se remata con un frontón triangular, dos flameros que prolongan la verticalidad de las pilastras y una ventana con simples recercados de piedra que refuerzan la simetría. Unas cadenas indican que en la casa han pernoctado reyes . Inmediato a su derecha aparece cegado un arco de piedra con fuerte dovelaje, probable ingreso a la casa de Alonso de Osorio de Cáceres. El resto de los huecos se trazan sencillamente, con piezas enterizas de granito, balcones en primera planta y ventanas en la baja. El alzado posterior, hoy en parte oculto por una construcción de mediados del siglo pasado, es similar, pero con una portada sencilla y balcón sobre ella. La cornisa se dispone sobre una hilada de piedra de sillería para recibir el escaso vuelo de la cubierta, a dos aguas y de pizarra; no es la original, que era más inclinada, pues se quemó en 1860 y fue reformada, según Pilar Martín-Serrano, por el arquitecto Cabrera. La fuerte pendiente inicial requiere unos elevados testeros construidos de ladrillo con escalonamientos al modo flamenco, que le proporcionan un aire pintoresco a la edificación, como en Valsaín, carácter que apoya la escalonada chimenea, también de fábrica de ladrillo, similar a las de la Casa de los Frailes. Las fachadas laterales tampoco tenían huecos originalmente, a excepción de sendos óculos en los desvanes. El edificio, al parecer exento en origen, presenta hoy varios añadidos que desfiguran su primitivo volumen: por un lado, en la fachada posterior se añadió a mediados del siglo pasado una crujía ya citada, de una sola planta con una terraza que se comunicaba con las tres estancias iniciales y se componía por un salón y un comedor separados por un vestíbulo de salida a la terraza, prolongación del zaguán original; en la parte occidental se amplió un cuerpo de dos niveles con el ancho de la crujía de la Casa del Rey, similar al trazado en la parte oriental, que se quiebra ortogonalmente y avanza hacia otra edificación posterior que une la residencia real con la de los frailes. Estas edificaciones, de construcción más tosca, utilizan también mampostería de granito y, en este caso y en su mayor parte, cubiertas de teja curva. Por efecto de la pendiente, que cae hacia el norte con un cambio de cota de seis metros, se disponen tres niveles en la organización de este conjunto edilicio: el más alto, correspondiente a la Casa del Rey; uno intermedio, que conecta con la planta alta de la Casa de los Frailes, y un tercero, el del nivel inferior de esta residencia conventual, con una altura más, por tanto, en su sector septentrional. A una cota menor que la Casa del Rey y enfrentada a ella se sitúa esta Casa de los Frailes, destinada al recreo de los monjes jerónimos que habitaban el cercano monasterio. La planta está compuesta por tres cuerpos o cuartos de una crujía, dispuestos ortogonalmente en forma de U abierta hacia la Casa del Rey y conectada, como se ha dicho, con la antigua torre de Francisco Avendaño, que rompe con la poderosa regularidad de la planta; en el punto de engarce entre ambas se sitúa la interesante escalera que permite la comunicación de los dos niveles y que sirve también a la casa superviviente. Se dispusieron originalmente veinte celdas con dos capillas, dos refectorios y cocina, distribución hoy muy transformada. La planta superior organiza un clasicista claustro ejecutado en granito con tres pandas porticadas con columnas de orden toscano y sencillo entablamento más cornisa con modillones que sostienen el vuelo del alero, y en el cuarto lado, con idénticos órdenes incluido el entablamento, se dispone el pórtico pero se elimina el corredor cubierto; este ligero pórtico, que separa el claustro del resto del conjunto, se flanquea, entonces, por los hastiales de los dos cuerpos paralelos de la U, que se formalizan, como los de la Casa del Rey, con escalonamientos graníticos que ocultan la inclinación de la cubierta, al modo flamenco. Al parecer, una reja de hierro dispuesta entre los fustes de las columnas independizaba el patio de la lonja ajardinada. Este patio se pavimenta con grandes losas de piedra berroqueña en disposición de impluvium y, en el par de gradas que llevan al paseadero, se horadan unos huecos rasgados horizontales que permiten la iluminación de la planta inferior vaciada, así como otros con rejilla en el enlosado para los cuartos interiores. En la cubierta, de menor pendiente que la vecina de la Casa del Rey, se emplea también la pizarra, de la cual surgen las magníficas chimeneas de ladrillo. La simétrica y rígida fachada posterior, que comunicaba con el jardín de los frailes, se construye de mampostería, con los ordenados huecos de piezas enterizas de sillería, como los esquinales, la línea del forjado y el sencillo alero; una escalera triple lleva a la portada, ornamentada con una gran cartela granítica donde se representa el escudo del Monasterio de El Escorial, con roleos laterales sobre el dintel, que no restan la imagen medieval contrastada con el fuerte clasicismo del claustro superior. En la planta baja de la Casa de los Frailes se organizan unas espléndidas bóvedas pétreas de cañón que sostienen los corredores del claustro superior y se iluminan desde el patio; en los cuerpos septentrional y oriental se añade otra crujía abovedada, esta vez rebajada, vaciada bajo el patio y que sirve de muro de contención de tierras. Aparte de unas sencillas construcciones de similares rasgos que las anejas a las casas principales destinadas a dependencias agropecuarias, destaca la ermita de San Juan Bautista, iglesia de la antigua puebla, que fue anexionada a la de El Escorial en 1563; construida hacia finales del siglo XV, fue derruida la nave y se mantuvo la capilla mayor para uso de los frailes, que la cercaron para evitar el paso de animales. Juan de Herrera en 1570 reconstruyó la cubierta y ejecutó las columnas toscanas del atrio, el cuerpo de campanas sobre la sacristía y los huecos de la capilla. De planta cuadrada y construida con mampuesto careado, el templo se cubre con bóveda de arista y aloja un retablo atribuido a Fernando Rincón; se accede al atrio al traspasar la alta cerca pétrea por un pórtico enlosado cubierto con armadura de madera y pizarra ¿como en el edificio, a cuatro aguas-, sostenida por las columnas herrerianas. Fue la capilla bendecida en 1856 tras su restauración por orden de Isabel II. Si bien se han conservado en un aceptable estado las construcciones de La Fresneda, los jardines han desaparecido casi por completo, restando diversas actuaciones en la posesión que muestran el interés del tratamiento territorial. Felipe II nunca dejó al azar la ordenación del entorno de sus residencias, que fueron siempre concebidas integradas en una naturaleza artificial que se iba desestructurando progresivamente hasta alcanzar el paisaje exterior, presumiblemente intacto. Además de la organización propia de La Fresneda, esta heredad estaba incluida en las grandes dehesas que rodeaban y formaban parte de la ordenación del Monasterio de San Lorenzo, pues, junto a La Herrería, Campillo y Monesterio, constituía una de las fases del gradiente canónico entre Arquitectura y Naturaleza que requería un edificio renacentista ubicado en el medio rústico, idea que en las actuaciones de Felipe II cobró gran impulso. Entonces, y como se ha señalado más arriba, el inclinado terreno requiere una organización aterrazada al modo clásico, con la Casa del Rey en la parte superior, rodeada por una plaza de acceso y una lonja posterior sostenida por un muro con su escalera adosada y, en esta cota inferior, otra lonja de acceso a la Casa de los Frailes, como se ha visto. El desnivel se absorbe, en este tercer nivel, mediante la edificación gracias a un relleno sostenido por las bóvedas de la planta baja. Enfrentado a la portada de la Casa del Rey se desarrolla un eje ¿no perfectamente coaxial con el de la edificación- que se cubre con una pérgola de granito y arcos de hierro y cruza, elevada, un área destinada a huerta, irrigada por unas interesantes regatas de granito herencia de los sistemas hidraúlicos musulmanes; acompañan estos canales un antepecho con albardilla de granito que cierra la lonja de acceso a la residencia real. La interesante fuente inmediata a la Casa del Rey fue incorporada al conjunto tras su desvinculación de la familia real. Además, y según los escritos del padre Sigüenza, esta lonja superior rodeaba toda la casa y en la parte posterior se disponían unos jardines hoy desaparecidos y denominados movedizos, pues se empleaban tiestos y maceteros para albergar la vegetación; se organizaban cuatro canales de piedra en cruz que repartían el agua desde una fuente central, imagen también de claros ecos hispanomusulmanes. Un antepecho sobre el muro de contención protegía del desnivel. Por unas escaleras adosadas a este muro de mampostería, también de tres tramos y construidas según ¿orden y forma¿ de Pedro de Tolosa, aparejador del Monasterio de San Lorenzo, se descendía a la lonja superior de la Casa de los Frailes, donde existía otro jardín, esta vez plantado y trazado por Juan Bautista Cabrera con la ayuda de Juan Inglés en 1569; contenía un estrecho viario enlosado que separaba tres cuadros prácticamente cuadrados con compartimentos y lazos más una fuente en el punto central de cada uno de ellos. Tras la Casa de los Frailes existía un jardín cercado de piedra con cuadros y laberintos de plantas aromáticas -sin frutales ni parras- y con una fuente rústica adosada al muro cubierta por un pabellón y celosías de madera. Constituye esta sucesión de ámbitos libres una interesante muestra de la introducción de la articulación perspectiva italiana en los jardines renacentistas españoles, sucesión espacial de gran riqueza que aúna la tridimensionalidad, con tres terrazas comunicadas por escaleras, y una sugerente variedad de tipos que incluye un novedoso jardín movedizo de recuerdo musulmán. Se accedía al conjunto desde el monasterio, cercado por un muro de mampostería de 12 pies, a través de un paseo de álamos negros que circundaba uno de los estanques para llegar a la Casa de los Frailes. El enclave de La Fresneda se ejecutó contemporáneamente al del Monasterio de San Lorenzo como lugar desde donde vigilar el seguimiento de las obras; por ello, incluso se guardaron en ella las trazas de la obra y se alojó la comunidad jerónima a cargo de El Escorial, se comenzó la biblioteca del monasterio y se proveyeron materiales ¿ladrillo, teja y piedra- para la magna obra. Así, desde 1563 hasta 1569 se trabajó en la Casa del Rey, al parecer dirigidos por Gaspar de Vega, que realizó la vecina de los Frailes, finalizada también en 1569; en este año se construyó la escalera de piedra que comunicaba la lonja de los frailes con la que rodeaba la casa. En 1562, antes de la compra de la finca, ya estaba trabajando en los jardines de La Fresneda Fray Marcos de Cardona, que había ejecutado los de Yuste, trazando calles y replantando la antigua huerta de Osorio; fueron ampliados entre 1566 y 1568 por orden de Felipe II, ayudado Cardona posteriormente por el jardinero Juan Inglés. Los estanques también se planificaron desde el inicio de las obras, pues en 1563 ya estaba el holandés Petri Janson en La Fresneda preparando el terreno para la construcción de dos de ellos, ejecutados por Pedro de Tolosa; posteriormente se trazaron otros dos, todos comunicados por canalizaciones y surtidos por el río Aulencia. El más cercano a la casa es el menor y los dos siguientes doblan a los anteriores, y el cuarto es todavía mayor; todos ellos se formaron mediante magníficos paredones de piedra con fuentes y otros artilugios para el recreo de los monarcas y monjes, hoy desaparecidos. Hay que destacar la isla cuadrada y el puente de losas de granito tras una puerta para acceder a ella en el estanque tercero, que contenía un cenador cubierto con chapitel de pizarra dentro de un laberinto, hoy desaparecido. Se rentabilizó la heredad, cerrada con cerca de mampostería en 1585, con el establecimiento de tejares y canteras para la obra del monasterio y el arriendo de pastos y cultivo de cereal; también pastaban numerosas cabezas de ganado en la dehesa, se poblaba de gamuzas y de peces y cisnes los estanques. Otras actividades desarrolladas en La Fresneda fueron la cinegética y la pecuaria, pues, ya en el siglo XVIII, Carlos III creó un establecimiento ganadero destinado a la mejora de la raza ovina merina. Tras la desamortización de bienes públicos efectuada en 1870 y la exclaustración de los monjes jerónimos del monasterio, fue comprada La Fresneda por la familia Borrell. La Casa de los Frailes, que en 1946 estaba prácticamente en ruinas, fue restaurada para residencia de los propietarios; por otro lado, la Casa del Rey sufrió una desafortunada ampliación que reducía sustancialmente la lonja posterior al construirse un salón y un comedor separados por un vestíbulo; el arquitecto de la misma, Manuel Cabanyes Mata, estaba emparentado con la familia propietaria, los Aguirre-Borrell. En la actualidad sigue en manos privadas y se está llevando a cabo una restauración del conjunto. Recibió el Premio Carlo Scarpa de la Fundación Benetton en 1996 y fue incoado BIC como monumento en 2003 al no incluirse en 1984 dentro de la declaración de Patrimonio de la Humanidad del conjunto del monasterio.

Descripción general: La Fresneda, siglo XVI La finca de la Fresneda o La Granjilla se encuentra al Este del término, en la cañada real del camino de Madrid, actualmente propiedad de Santiago Aguirre Gil de Biedma. Felipe II decidió comprar los terrenos de la Fresneda (1563), para construir una finca de recreo donde descansar los monjes y los miembros de la familia real. El rey haría construir una serie de edificaciones: una Casa para los Frailes, otra Casa para el rey, claustro, jardines, estanques y dependencias auxiliares agropecuarias. Sus edificios principales fueron encargados por Felipe II al arquitecto Gaspar de Vega entre 1563 y 1569, que aprovechó diversos elementos de una antigua puebla para crear las Casas del Rey y de los Frailes.

Descripción del bien: Finca La Granjilla, Antigua Fresneda, siglo XVI; 1563 -1569 Gaspar de Vega Los edificios de la Casa del Rey y la de los Frailes se emplazan sobre dos lonjas, similares a las del Monasterio de San Lorenzo. Ambas construcciones se sitúan paralelas con un eje de simetría central longitudinal, formado por la escalera de acceso de la fachada principal a la casa de los frailes. La Casa del Rey es una construcción exenta de planta rectangular, de mampostería de granito. Dispone de dos plantas, la baja con acceso por las dos fachadas, compuesta de vestíbulo sala con chimenea y la escalera en lo que fue la casa de Alonso de Osorio. Esta construcción tiene una llamativa puerta principal en su fachada suroeste muy ornamentada, así como recercados de granito en todos sus huecos. La fachada opuesta presenta una composición similar aunque queda enmascarada por dos cuerpos de una planta y un pórtico con columnas toscanas, añadidos en el presente siglo. Su cubierta es de losas de pizarra a dos aguas, sobre un alero pétreo. En ambas fachadas laterales se adosan cuerpos de menor altura y factura tosca de mampostería, con refuerzo de sillarejo en sus esquinas y recercado de huecos; la cubierta es de teja curva a cuatro aguas, sobre alero de madera con canecillos. La Casa de los Frailes mayor a la anterior, pero de una única planta con buhardilla, está realizada íntegramente en sillería, tiene forma de C en planta, aunque su simetría queda rota por la torre conservada de F. Avendaño en su esquina noroeste. En su interior un claustro de columnas de piedra. Su cubierta es de pizarra. Existen una serie de edificaciones agropecuarias cercanas a la ermita, de planta rectangular, construidas en mampostería con cubiertas de teja curva a dos aguas. Otros elementos destacados incluidos en la finca: presas de la Granjilla, fuente de la Granjilla y Puente de la Reina. Expediente 223/08: realización de sondeos y catas murarías, llevadas a cabo en la ¿Casa del Rey¿ y ¿Casa de Frailes¿. El resultado de estas ha sido el siguiente: -En el interior del edificio se han documentado los empedrados que constituían las soleras del edificio en su etapa decimonónica, cuando fue una explotación agropecuaria. -En el exterior se han recuperado parte de los empedrados históricos del acceso Norte del edificio así como una fase de rellenos para nivelar una zona ajardinada. Se ha localizado, también, una estructura de cimentación del Camino Real que pasaba por este lugar. En la fachada Este, entre la Torre de Don Alonso Osorio y la Casa de Francisco de Pañalosa, ha aparecido un magnífico enlosado y un área empedrada que podría tener relación con los empedrados interiores. -En el denominado ¿edificio adosado o anexo¿ (junto a la Casa de Francisco de Pañalosa), se ha identificado una solera de losas de granito irregulares y un arco de ladrillo integrado en el paramento que separa el exterior de la Casa de los Frailes y el interior del pequeño ¿edificio adosado o anexo¿. El estudio arqueológico de ambos edificios y su entorno más inmediato, ha permitido ofrecer una visión general de las fábricas edilicias correspondientes a la primera fase de construcción de los edificios (siglo XVI), así como de una gran cantidad de material arqueológico, representativo de la ocupación del lugar entre los siglos XVI y XX.

Bienes muebles: Arboleda, pradera y cultivos.

Justificación: Textos de archivos y bibliografía
Fuentes de información del bien: Fuentes escritas: Mandamientos de 1563 A.G.P. Leg 1956 Escritura venta A.G.P. leg 1956 Tasación de las obras de la Fresneda A. M.E. Sección 1 nº 3. Fuentes cartográficas: Cartografía Militar de España 18-21 Escala: 1:50.000 San Lorenzo de El Escorial, mapa general serie L. Fuentes iconográficasTrabajo inédito ¿La Granjilla Embalses y Canales¿ Luis Cervera Vera. Conjunto Monacal y cartesiano de la Fresneda en El Escorial¿ Separata del Boletín de Bellas Artes de San Fernando nº 60 Madrid, 1985

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Finca El Enebral

Otro nombre del bien:
Municipio: El Escorial

Código: CM/0054/060
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 405508, UTM-Y: 4490270 / Longitud: -4º06´57´´, Latitud: 40º33´28´´

Nivel de protección: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Agropecuario y recreativo, en obras para convertirlo en hotel. Algunos edificios están bastante derruidos y necesitan ser rehabilitados. Parece se ha destruido el palomar, edificio más antiguo de la finca probablemente con algún interés histórico, se desconoce si la reforma aprobada, dejaba hacer esto, ya que cuenta con protección de grado 2º estructural y es suelo no urbanizable especialmente protegido de grado 1, con modificaciones puntuales.

Localización:
Acceso: M-600 en el kilometro 12,90 frente a la urbanización Pinosol. Por la M-600 en dirección hacia el Escorial desde el Alcor, pasar la entrada de la urbanización Pinosol a la izquierda, a 80 m. tomar desvío a la derecha tomar desvío por carretera hacia el Enebral, seguir unos 200 m.
Superficie: 267308 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: La finca del Enebral originariamente medía 3000 hectáreas, que fueron adquiridas por Felipe II para su propia expansión y la de los monjes del monasterio. Parte de estas tierras cambiaron de manos con la desamortización de 1870. El palacio construido según propietarios en SXVIII, fue un cuartel del ejército republicano en la guerra civil, pasando después a Pedro Larragoitia, los duques de la Seo de Urgel, y la familia de Fernández Sousa (vinculada a Pescanova). La actual finca del Enebral es el resultado de la compra de varias fincas que se anexaron a la antigua en 1965

Descripción del bien: La finca está compuesta por varios edificios que son: un Palacio (1836,73 m²+ 995,20 m² de terrazas), una Ermita (127,68 m²), 4 viviendas para servidumbre, ganaderos y agricultores (93,03 m², 157,61 m² adosadas, 111.84 m²), unas cochineras (186,83 m²), unos establos (712,28 m²), un granero (158,61 m²), una vaquería (364,24 m²), una casa de guardeses (212,69 m²), una casa-almacén (301,95 m²), una nave (121,34 m²), un gallinero (99,05 m²), un almacén de jardinería (31,64 m²), un invernadero actualmente derruido (75,73 m²), una nave de maquinaria(236,60 m²), 3 pozos con caseta (85,71 m²) y un palomar(33,92 m²) actualmente derruido. (Ver proyecto reforma adjunto). De estos, han sido reformados en 2005, la nave, el almacén de jardinería, la nave de maquinaria. Todas las construcciones se estaban sometiendo a un proceso de reconversión para transformar la finca en un complejo hotelero con restaurante. Parece ser que las obras se han paralizado, ya que como podemos ver se ha extinguido la sociedad limitada que pretendía explotarlo en 2003 (propiedad de Luis García Cereceda), comprándola después Inversiones y Adquisiciones Monte Hermoso del Grupo Guillamon (Conde de Guillamon) que lleva a la venta desde el año 2008 por un precio de 16,5 millones de Euros. Todavía dispone de las licencias y proyecto aprobado para la realización de las citadas obras de conversión, con las modificaciones que son posibles realizar en sus obras de conversión publicadas el 10/12/2008 en el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid, disponiendo de protección de grado 1º Integral. El palacio esta realizado en cajones de mampostería enmarcados por hiladas de ladrillos y tejados en pizarra, disponiendo de un patio interior. Las construcciones auxiliares de uso agropecuario son de mampostería en granito y cubiertas de teja plana a dos aguas.

Bienes muebles: Arboleda, monte bajo y pradera.

Justificación: El palacio fue construido en el SXVIII según sus propietarios y refromado en el primer tercio del S XX, según el catalogo de bienes de El Escorial es del S. XIX.
Fuentes de información del bien: Fuentes escritas: Artículo de prensa ¿El País¿, por Juan Carlos Martínez 30/01/2009 titulado: ¿Se vende palacio con vistas al Monasterio¿. Anuncio de venta publicado en internet Mayo 2009 Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid del 10 de diciembre de 2008, pág. 107 a 109http://es.negocius.com/venta-palacio-madrid-escorial-el_nv22882.html Información de Sociedades mercantiles: http://www.einforma.com/servlet/app/prod/DATOS_DE/EMPRESA/PALACIO-HOTEL-EL-ENEBRAL-S.L.-(EXTINGUIDA). Fuentes cartográficas: Cartografía Militar de España 18-21 Escala: 1:50.000 San Lorenzo de El Escorial, mapa general serie L. Planos en proyecto de reforma, Palacio de El Enebral. 2008.

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Monasterio de Prestado

Otro nombre del bien:
Municipio: El Escorial

Código: CM/0054/061
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 404343, UTM-Y: 4493277 / Longitud: -4º07´49´´, Latitud: 40º35´05´´

Nivel de protección: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: FUNDACIÓN FEDERICO FLIEDNER. SE ENCUENTRA BASTANTE BIEN CONSERVADO. SE CREE QUE EL EDIFICIO SUFRIÓ OBRAS DE MANTENIMIENTO A FINALES S XIX POR LA FAMILIA FLIEDNER, AUNQUE SE DESCONOCE SU MAGNITUD NO SE CREE QUE FUERAN IMPORTANTES.

Localización: ALFONSO XII, 7
Acceso: CALLE SAN LORENZO C/V CALLE SAN LORENZO C/V PLAZA DE ESPAÑA C/V CALLE ALFOLI.
Superficie: 4068 m2

Cronología: 0-1567
Historia del bien: SE TRATA DE UNO DE LOS CONJUNTOS MÁS INTERESANTES DESDE EL PUNTO DE VISTA HISTÓRICO Y MONUMENTAL CONSERVADOS EN LA VILLA. LOS RESTOS ARQUITECTÓNICOS EXISTENTES, EN LA ACTUALIDAD COMPLETAMENTE TRANSFORMADOS, CORRESPONDEN A LO QUE FUE EL PRIMITIVO CONVENTO, OCUPADO POR LOS JERÓNIMOS DURANTE LA CONSTRUCCIÓN DEL MONASTERIO Y MÁS TARDE HOSPITAL DE LABORANTES. EL PADRE VILLACASTÍN DICE QUE CUANDO EN 1562 LOS MONJES LLEGAN A EL ESCORIAL ALQUILAN UNAS CASAS A CATALINA LA RUBIA Y ALONSO EL RUBIO ACONDICIONÁNDOLAS PARA ALBERGAR EL CONVENTO, ESTOS ARREGLOS CONSISTIERON EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA PEQUEÑA CAPILLA, ALGUNAS CELDAS Y LA PLANTACIÓN DE DIVERSOS FRUTALES EN EL HUERTO. MÁS TARDE, EN JUNIO DE 1567, SON ADQUIRIDOS LOS INMUEBLES EN 97.500 MR. JUNTAMENTE CON LAS CASAS QUE HABÍAN SERVIDO DE APOSENTO A JUAN BAUTISTA DE TOLEDO, EMPRENDIÉNDOSE NUEVAS OBRAS, TALES COMO LA AMPLIACIÓN DE LA CAPILLA EN 1565 Y TAL VEZ LA ELEVACIÓN DE UNA PLANTA AL AÑO SIGUIENTE, SIENDO TASADOS LOS TRABAJOS POR FRAY ANTONIO DE VILLACASTÍN, FRANCISCO GUTIÉRREZ Y GARCÍA QUESADA EN NOVIEMBRE DE ESE MISMO AÑO. POR OTRA PARTE, SEGÚN SE DESPRENDE DE LA CORRESPONDENCIA ENTRE EL SECRETARIO REAL Y EL ALCALDE MAYOR DE LA VILLA, EN 1567 SE ACOMETERÁN LAS OBRAS DE LA CASA DE SU MAJESTAD EN EL MONASTERIO DE PRESTADO, EL CUAL QUEDÓ TERMINADO ESE MISMO AÑO, LLEVÁNDOSE A CABO TAMBIÉN EL EMPEDRADO DEL PATIO. CUANDO EN 1571 LOS MONJES ABANDONAN EL INMUEBLE ESCURIALENSE PARA INSTALARSE EN EL NUEVO CONVENTO, EL EDIFICIO ESTABA COMPUESTO POR UNA CAPILLA DOTADA DE UNA AMPLIA SACRISTÍA, UN CONVENTO CON 18 CELDAS Y LOS APOSENTOS DEL REY, UNAS CABALLERIZAS, UNA CASA CON CHIMENEA DENOMINADA CASA DE LOS SERVICIOS DE SU MAJESTAD Y UN PATIO EMPEDRADO CON SU POZO, TODO ELLO CERRADO CON UNA CERCA CON ENTRADAS INDEPENDIENTES PARA LA VIVIENDA DEL REY Y EL CONVENTO. TRASLADADOS LOS FRAILES AL NUEVO MONASTERIO EL REY DISPONE QUE SE INSTALE EN EL EDIFICIO EL HOSPITAL QUE HASTA ENTONCES HABÍA OCUPADO UNA CASILLA CONTIGUA Y POSIBLEMENTE ENGLOBADA EN LA CERCA DEL CONJUNTO, ENCOMENDANDO LAS TRAZAS DE LA NUEVA CONSTRUCCIÓN A JUAN DE HERRERA. EN 1576 EL EDIFICIO ES REMODELADO TOTALMENTE, MODIFICANDO SU ANTIGUA PLANTA PARA DARLE MAYOR SALUBRIDAD. SE EDIFICARON DOS ENFERMERÍAS SOBRE UNAS CANTINAS PARA AISLAR LAS DEPENDENCIAS HOSPITALARIAS DE LA HUMEDAD DEL TERRENO AL TIEMPO QUE ERAN USADAS ÉSTAS PARA EL SERVICIO. SEGÚN LOS PLANOS, COMO SE HA INDICADO, CON PROBABILIDAD DE HERRERA, LOCALIZADOS POR MAGANTO PAVÓN EN EL ARCHIVO DE PALACIO, CONSTABA EL HOSPITAL DE DOS PLANTAS DIVIDIDAS EN VARIAS SALAS, SIENDO CUATRO LAS DEL PISO SUPERIOR; LA ORIENTADA AL MEDIO DÍA TENÍA CATORCE ALCOBAS SEPARADAS POR TABIQUES DE LADRILLO, EN CADA UNA DE LAS CUALES SE EMPLAZABA UNA CAMA; LA SALA ORIENTADA AL ESTE, QUE HACÍA ÁNGULO CON LA CAPILLA, POSEÍA OTRAS DOCE CAMAS; LA DEL PONIENTE DEDICADA A MUJERES TENÍA SOLO SEIS Y LA DEL NORTE CONTABA CON DOCE CELDAS, CON DOS CAMAS CADA UNA, DEDICADAS A ALBERGUE DE CLÉRIGOS, FRAILES Y POBRES TRANSEÚNTES; EN EL PISO BAJO HABÍA DOS SA LAS, UNA DE ELLAS USADA COMO ENFERMERÍA CON CATORCE CAMAS Y OTRA COMO REFECTORIO, COCINA Y CÁMARA DE OFICIALES; COMPLETABAN EL EDIFICIO DOS CORRALES SITUADOS A MEDIO DÍA. JUNTO A LA ENFERMERÍA SE EMPLAZABA LA CAPILLA, AMPLIADA Y ACONDICIONADA A SU NUEVA FUNCIÓN, PARA LA QUE EN 1579 SE ENCARGA A RODRIGO DE HOLANDA UN RETABLO DE 12 PIES DE ALTO POR 8 DE ANCHO, EN EL QUE SE REPRESENTABA LA FIGURA DE SAN LORENZO. ASIMISMO SE UBICÓ UN CEMENTERIO PARA POBRES. EL HOSPITAL DE LABORANTES SE LEVANTÓ EN EL LUGAR QUE OCUPARA EL ANTIGUO CONVENTO, ESTABLECIÉNDOSE EN LOS APOSENTOS DEL REY UN TALLER DE BORDADO DE ROPA RELIGIOSA Y EN LA PARTE TRASERA LAS CASILLAS DE SERVICIO, CUADRAS Y CABALLERIZAS, UN GRAN PATIO CON POZO Y UNA FUENTE CUYA TRAÍDA DE AGUAS SE EFECTUABA DESDE LA FUENTE DE LA CALLE DE LOS ALAMOS. EN 1578 EL REY COMPRA DOS CASAS COLINDANTES QUE CEDE AL MONASTERIO, EN LAS QUE SE INSTALAN EL MÉDICO Y EL CIRUJANO QUE ATENDÍAN EL HOSPITAL. TRAS LA MUERTE DE FELIPE II LA COMUNIDAD QUE DISPONE DE UN HOSPITAL EN LA COMPAÑA, INSTALA EN ESTAS DEPENDENCIAS UNA FÁBRICA DE VIDRIO, Y ADAPTA PARTE DEL EDIFICIO A VIVIENDAS DE LOS TRABAJADORES Y ALMACÉN DE LEÑA; EL RESTO DEL INMUEBLE PERMANECE OCUPADO POR CABALLERIZAS Y CUADRAS, INSTALÁNDOSE EN LO QUE FUE EL APOSENTO DEL REY EL PADRE CAMPERO ENCARGADO DE LA ADMINISTRACIÓN DE LAS FINCAS DE LA COMUNIDAD Y EN 1614 SON VENDIDAS POR LA COMUNIDAD LAS CASAS DEL MÉDICO Y DEL CIRUJANO POR LA ESCASA RENTA QUE LES PROPORCIONABAN AL CONVENTO. EL MONASTERIO DE PRESTADO ESTUVO EN PODER DE LA COMUNIDAD HASTA 1820, INSTALÁNDOSE POR ENTONCES UNA ESCUELA QUE PERVIVIÓ HASTA 1929. EN 1880 LA MAYOR PARTE DE LA MANZANA. JUNTO CON LO QUE HABÍA QUEDADO DE LAS EDIFICACIONES HISTÓRICAS DESPUÉS DE SER INCENDIADAS POR LAS TROPAS FRANCESAS. FUE ADQUIRIDA POR LA FAMILIA FLIEDNER, QUE RECONSTRUYÓ LA RUINOSA EDIFICACIÓN PRINCIPAL E INSTALÓ ALLÍ UN HOGAR, ALBERGUE Y COLEGIO DE HUÉRFANOS. TOMADO DE «ARQUITECTURA Y DESARROLLO (1998), PÁGINAS 127-129. EL CONJUNTO DE EDIFICIOS DEL MONASTERIO DE PRESTADO FUERON ALQUILADOS PARA SER OCUPADOS POR LOS JERÓNIMOS DURANTE LA CONSTRUCCIÓN DEL MONASTERIO A CATALINA LA RUBIA Y ALONSO EL RUBIO PARA ALBERGAR EL CONVENTO, UNA CAPILLA Y UN HUERTO EN 1562. POSTERIORMENTE EN 1567 SON COMPRADOS JUNTO A LAS CASAS QUE SERVÍAN DE APOSENTO A JUAN BAUTISTA DE TOLEDO, EMPRENDIENDOSE OBRAS DESDE 1565. SEGÚN LA CORRESPONDENCIA ENTRE EL SECRETARIO REAL Y EL ALCALDE DE LA VILLA, EN 1567 SE ACOMETEN LAS OBRAS DE LA CASA DE SU MAJESTAD EN ESTE MONASTERIO. ES EN ESTA ÉPOCA CUANDO LA CASA CON CHIMENEA DENOMINADA CASA DE LOS SERVICIOS DE SU MAJESTAD, DONDE SUS CRIADOS Y SERVIDORES ATENDÍAN LAS NECESIDADES INMEDIATAS DE SU MONARCA. Y ESTE SERÍA SU USO HASTA 1571 EN QUE LOS MONJES Y EL REY SE INSTALAN DEFINITIVAMENTE EN EL MONASTERIO ABANDONANDO EL EDIFICIO. EL REY DISPONE ENTONCES QUE SE INSTALE UN HOSPITAL EN EL MONASTERIO DE PRESTADO, ENCOMENDANDO LAS TRAZAS A JUAN DE HERRERA. EN 1576 SE REMODELA EL MONASTERIO PARA CONVERTIR EL EDIFICIO DEL CONVENTO EN HOSPITAL DE LABORANTES, LOS APOSENTOS DEL REY EN TALLER DE BORDADO DE ROPA RELIGIOSA Y LA CASA DE LOS SERVICIOS CON CHIMENEA SERVÍA DE COCINA DEL HOSPITAL. ENTORNO A 1598 AUNQUE SIN CONOCERSE CON EXACTITUD LA FECHA, EL HOSPITAL ES ABANDONADO POR DISPONER DE UNO EN LA COMPAÑA. LOS VENECIANOS DOMINGO Y JUAN DE BARROVIER Y HORACIO DIODATI ARRENDARON EL EDIFICIO A LOS MONJES PARA FABRICAR VIDRIO, REALIZANDO EN EL EDIFICIO ALGUNA OBRA. TRAS ESTO SIRVIÓ DE COCINA A LOS SUCESIVOS PADRES CAMPEROS. DE 1810 A 1814 SANTIAGO GARCÍA Y EZEQUIEL GARCÍA MARTIN LO UTILIZARON COMO HORNO DE PAN.

Descripción general: CONJUNTO DEL SIGLO XVI EMPLEADO, A LO LARGO DEL TIEMPO (SIGLOS XVI-XX), COMO RESIDENCIA MONÁRQUICA, COMPLEJO MONÁSTICO, HOSPITAL, FÁBRICA DE VIDRIO Y ESCUELA.

Descripción del bien: EN LA ACTUALIDAD LAS EDIFICACIONES MEJOR CONSERVADAS SON LAS QUE CORRESPONDIERON AL APOSENTO REGIO, DENOMINADA «EL CASTILLO» Y LAS DEPENDENCIAS QUE ALBERGARON PREVIAMENTE EL HOSPITAL, MÁS TARDE TRANSFORMADO EN FÁBRICA DE VIDRIO, EXISTIENDO TAMBIÉN EN EL JARDÍN EL POZO Y RESTOS DE LOS MUROS Y ARCOS DE LA CAPILLA. ESTAS CONSTRUCCIONES, AUNQUE PROFUNDAMENTE TRANSFORMADAS POR LAS SUCESIVAS INTERVENCIONES QUE HAN SOPORTADO A LO LARGO DEL TIEMPO SE ENCUENTRAN EN UN ESTADO DE CONSERVACIÓN ACEPTABLE. SITUADAS EN EL BORDE DE LA PARCELA, LA CIERRAN POR EL LADO QUE LINDA CON LA PLAZA DE ESPAÑA. CONSTAN DE UN CUERPO DE PLANTA CUADRADA Y T RES ALTURAS AL QUE SE ADOSA OTRO DE UNA SOLA PLANTA. EL CUERPO PRINCIPAL, EMPLAZADO EN EL EXTREMO DE LA MANZANA POR LA PARTE QUE DELIMITA LA CALLE ALFOLÍ, MÁS MODERNO QUE EL RESTO. POSIBLEMENTE SEA EL RESULTADO DE UNA RECONSTRUCCIÓN POSTERIOR, EN LA QUE SE APROVECHARÍAN LOS SILLARES DEL ARRANQUE DE LOS MUROS QUE HACEN EL OFICIO DE BASAMENTO. ESTÁ EJECUTADO EN LADRILLO, CON CAJONES DE MAMPOSTERÍA RECUBIERTOS POR ESGRAFIADOS GEOMÉTRICOS, QUE DIVIDEN LA FACHADA EN TRES PLANOS VERTICALES, SIENDO CIEGO EL CENTRAL Y PERFORADOS POR TRES VENTANAS RECERCADAS DE LADRILLO A SARDINEL, EN CADA UNO DE LOS PISOS, LOS LATERALES. SUS ESQUINAS SE REFUERZAN CON SILLARES Y SE CORONA MEDIANTE UNA SENCILLA CORNISA DE LADRILLO CORRESPONDIENTE A LA RECONSTRUCCIÓN REALIZADA A FINALES DEL XIX POR LA FAMILIA FLIEDNER, SOBRE LA QUE DESCANSA LA CUBIERTA DE TEJA CURVA A CUATRO AGUAS. ADOSADO A ESTE CUERPO POR SU PARTE OESTE SE SITÚA UNO MÁS ANTIGUO DE UNA SOLA PLANTA REALIZADO EN MAMPOSTERÍA Y REMATADO POR UNA CORNISA DE LADRILLO, POR EL QUE SE ACCEDE AL INMUEBLE MEDIANTE UNA PUERTA ADINTELADA ORNADA CON UN BAQUETÓN EN EL QUE SE LEE EL EMBLEMA DE LA VILLA «POST TATA RESURGO». AL NORTE DEL EDIFICIO PRINCIPAL SE UBICA LA NAVE QUE ALBERGÓ LA FÁBRICA DE VIDRIO, CONSTRUIDA EN SILLERÍA CON RECRECIDO DE LADRILLO Y REMATADA MEDIANTE UNA CORNISA DEL MISMO MATERIAL. SE CUBRE CON TEJA CURVA A DOS AGUAS Y SOBRE LA CUBIERTA SE YERGUE UNA CHIMENEA DE PROPORCIONES MONUMENTALES, FORMADA POR UNA BASA Y DOS CUERPOS, EL PRIMERO DE FORMA TRAPEZOIDAL Y EL SEGUNDO CÚBICO, ESTANDO REMATADA POR UNA PIRÁMIDE DE BASE CUADRANGULAR QUE CONFORMA EL TIRO DE LA CHIMENEA PROPIAMENTE DICHO.

Bienes muebles: Urbano

Justificación: DIVERSOS DOCUMENTOS DE ARCHIVO EN ARCHIVOS: GENERAL SIMANCAS, MUNICIPAL DE EL ESCORIAL, GENERAL DE PATRIMONIO DE SAN LORENZO, REAL BIBLIOTECA DEL MONASTERIO. VER DOCUMENTACIÓN
Fuentes de información del bien: Fuentes escritas: Venta de las casas¿ 29/10/1567 A.G.P de San Lorenzo Monasterio leg 1743. Carta del prior 25/6/1563. Archivo General Simancas Casas y sitios reales, leg 258, fol. 280. Tasación de la obra 3/11/1566. A.M.E. sección histórica Sig. 841. Carta de Fray Juan de Colmenar¿ 8/2/1567 A.G. Simancas Casas y Sitios reales leg 258. Cartas de Andrés de Almoguer Febrero a Abril 1567 A.G.S leg 260 fol. 402, 95,403 y 407. Documentos 1607 R.B.M.E. Doc. XV-14 y 16. Fuentes cartográficas: Cartografía Militar de España 18-21 Escala: 1:50.000 San Lorenzo de El Escorial, mapa general serie L. Fuentes iconográficas: Gregorio Sánchez Meco El Escorial: De comunidad de aldea a villa de realengo. El Escorial Ayuntamiento 1995. Pág. 586-595

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

Otro nombre del bien:
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/023
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: I-8
Georeferencia: UTM-X: 402943, UTM-Y: 4493603 / Longitud: -4º08’48», Latitud: 40º35’15»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural- BIC- (declarado); Monumento; ; Declaración de bien de interés cultural de PALACIO MONASTERIO Y JARDINES – 03/06/31; Estatal; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Religioso, Docente, Institucional, representativo.

Localización: Avenida Juan de Borbón y Battenberg, 1
Acceso:
Superficie: 319017 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Monasterio 1562-1584: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera siglo XVIII: Juan de Villanueva Felipe II concibe construir el Monasterio por el reconocimiento por la victoria de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557 y el deseo de erigir un mausoleo en memoria de sus padres y de él mismo, puesto bajo la advocación de San Lorenzo. También son conocidas las motivaciones que llevó a Felipe II la elección del lugar: la proximidad a la Corte en Madrid, la adecuación del entorno físico a las normas vitruvianas y por último, las condiciones que exigían los frailes jerónimos. El monasterio se plantea según un eje principal este-oeste y en el lugar donde los vientos dominantes no azotan directamente. Basándose en los deseos expresos de Felipe II, Juan Bautista de Toledo, nombrado arquitecto real, proyectó un edificio integrado por un palacio, una iglesia y un convento con capacidad para albergar inicialmente 50 religiosos, dividido en tres sectores. En el meriodional se sitúa el convento, organizado alrededor de un patio y claustro principal y de otros cuatro pequeños. En la parte central, tras el gran patio de acceso se dispone la Basílica y abrazando la cabecera, en el extremo oriental, las estancias privadas del palacio con los aposentos reales. Y finalmente , en el tercio norte, se sitúa la zona de palacio distribuida entorno a un gran patio principal y cuatro de servicios. Es decir, inicialmente no se contó con el colegio y el seminario, ni tampoco con las dependencias hospitalarias ni de servicio. En el proyecto inicial el edificio presentaba dos alturas diferentes, planteándose menor altura en la mitad occidental que en la oriental. El aspecto monacal se rompía con la ubicación de las dos torres palaciegas en los extremos de la fachada principal, mas bajas que las otras dos orientales. En cuanto al templo, Toledo lo concibió centralizado, con cinco cúpulas y flanqueado por dos torres. Sobre este modelo y trazas de 1562 Felipe II pidió consejo a varios arquitectos. Tras el fallecimiento de Juan Bautista de Toledo, en 1567, Juan de Herrera, su ayudante, es nombrado arquitecto real, aportando cambios en el sistema constructivo y en la organización, con innovaciones que acelerarían el ritmo de las obras. En 1571 llegaron al Monasterio el rey con su corte y parte de los religiosos y en 1583 se habían terminado las obras en la Basílica y Jacome da Trezzo comenzaría los trabajos de labrado del tabernáculo y las relacionadas con el marco arquitetónico del retablo mayor que Pompeo Leoni completaría con sus figuras de bronce. En 1584 se colocaba la última piedra del monasterio.

Descripción del bien: Monasterio 1562-1584: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera siglo XVIII: Juan de Villanueva El monasterio presenta una planta rectangular (207 x 162 m), siendo sus fachadas mayores del naciente y las del poniente. El acceso principal se encuentra en la fachada oeste del edificio. A esta fachada se abren tres puertas: el pórtico principal en el centro, resaltado por un frontispicio, y dos puertas laterales, a la derecha la del convento que es realmente la entrada a las cocinas, y a la izquierda, la del colegio de Alfonso XII. El pórtico principal consta de dos cuerpos o pisos claramente diferenciados. El inferior enlaza la cornisa de su entablamento con la general el edificio. Sobre la cornisa, a ambos extremos, se disponen dos parejas de pirámides rematadas con bolas, apoyadas sobre pedestales, situadas en la misma vertical de las columnas inferiores. El conjunto de la fachada oeste aparece flanqueado por las torres de la Botica en su extremo meridional, y del colegio. Las dos puertas laterales situadas a ambos lados de la puerta principal están enmarcadas por pilastras adosadas. La fachada norte, enmarcada por la torre de las damas y la del colegio, presentan dos pisos y esta articulada mediante pilastras superpuestas, al igual que la del poniente. Sus tres puertas adinteladas son del mismo tamaño, siendo la del extremo oriental la puerta principal del Palacio, la central la del acceso a las cocinas, y las mas occidental la comunica con el patio de servicios del colegio. La fachada oriental del monasterio se encuentra delimitada por la torre del prior en el ángulos sur, y la torre de las damas en el norte, dominados en el centro por la cabacera de la Basílica y la cúpula; al igual que en la fachada sur, de imponente dimensión horizontal, el arranque, como una fortificación, es en talud y a él se abren las ventanas de los sótanos. El monumento esta asentado sobre una plataforma, haciéndose mas evidente en las fachadas sur y este, en donde muestra su muro de contención, el Muro de los Nichos, construido con fábrica de sillería. Sobre ella y rodeando las zonas del Convento y Palacio, las mas privadas del Monasterio, se organizan los jardines, de los Frailes y del Palacio, y en los lados norte y oeste la Lonja o atrio de acceso al edificio. Las alas de mediodía y levante se apoyan en las bóvedas que cubren las cantinas iluminadas por las 99 ventanas dispuestas a los largo del talud de arranque de las fachadas. El jardín se comunica con la huerta por medio de tres escaleras, de dos tiros y tres tramos de gradas, situadas en cada uno de los lados, construidas en piedra berroqueña, coincidentes con ejes principales del edificio. En el ala oeste tras pasar la puerta principal se accede a un pórtico, cubierto con una bóveda escarzada de sillería presenta en sus testeros la puerta de entada a la Biblioteca, al patio del colegio, al claustro de la hospedería y al patio del convento. Desde aquí y atravesando una arquería de tres vanos de medio punto se accede al patio de los Reyes, verdadero atrio de la Basílica. La Biblioteca, consta de dos salones superpuestos, estructurada a base de pilastras, molduras y arcos fajones, y cubierta con una bóveda de cañón. El patio de los Reyes, delimitado por los muros del Convento y el Colegio, por el que se accede a aquella mediante siete gradas que remarcan la jerarquía del espacio siguiente. La fachada de la Basílica, la constituye un cuerpo central, flanqueado por dos torres en cada ángulo. Lo integran dos niveles decorados con columnas, uno inferior, hexástilo y dórico, y otro superior de orden toscazo, rematado con un frontón triangular. El espacio basilical se organiza en tres naves, la central mas ancha que las laterales. La jerarquía del crucero, como parte mas importante, queda remarcada por la utilización del orden dórico, de mayores proporciones, incluso que el de la fachada. Cuatro pilares torales constituyen el núcleo sobre el que se asienta la cúpula. Y delimitado por cuatro machones achaflanados en sus vértices exteriores con pilastras pareadas. Sobre el crucero propiamente dicho se asienta una cúpula, cuyo tambor en el que se abren ocho ventanales de medio punto, enlaza con la bóveda mediante pechinas, mientras que la semiesfera de la cúpula se organiza en gajos, rematándose con un óculo y una linterna. El presbiterio, destaca del resto de la iglesia por su ornamentación y materiales utilizados. Se accede a el mediante dos tramos de escalinatas, llegando por una tercera hasta el retablo mayor. Se organiza en torno a un claustro principal alrededor del patio de los Evangelistas y a otros cuatro patios mas pequeños en torno a los cuales se disponen los diferentes servicios. En su parte baja se agrupan la portería, de planta rectangular, cubierta con una bóveda escarzana de tres tramos; la iglesia vieja, también rectangular de otros tres tramos definidos por arcos rebajados y cubiertos con bóvedas vaídas; y la escalera principal, que es una de las piezas mas importantes del monasterio desde el punto de vista arquitectónico. Es de tipo imperial, siendo el tiro de ida mas ancho que los dos laterales de vuelta. Su iluminación se produce a través de vanos termales que enlazan mediante lunetos, con la bóveda. En la planta inferior, en la panda mas oriental del claustro, y unida a la Basílica, se encuentra la sacristía, precedida de un vestíbulo. Cubierta con bóveda rebajada y profusamente decorada, es una de las piezas mas lujosamente tratadas del convento. El claustro, consta de dos pisos de planta cuadrada, cubiertos con bóvedas rebajadas con lunetos, y rematándose en las esquinas con bóveda de aristas. En el piso inferior la bóveda es de fábrica de cantería mientras que en el superior esta hecha con ladrillo y enlucida con yeso blanco. Presenta dos órdenes de arquería de medio punto peraltadas, el inferior dórico, y el superior jónico, separadas mediante una cornisa, resolviéndose las esquinas mediante un cuarto de columna. En su centro se levanta un templete de planta cuadrada con los ángulos achaflanados, cubierto con una cúpula asentada sobre un anillo de modo de tambor. En el sector sureste del convento se abren los cuatro patios chicos, alrededor de cuyos claustros se alojan las celdas y dependencias de los frailes, cuyo nexo de unión lo constituye el patio de luces del convento, siendo éste el centro de iluminación de la zona. Los cuatro patios de servicios constan de tres pisos; las cubiertas de los corredores inferiores se resuelven mediante bóvedas vaídas, mientras que los superiores se cubren con techados de viguería de madera y entrevigado de yeso, solucionándose las esquinas mediante arcos perpiaños. Cada uno de ellos tiene siete vanos por panda, los cuales se marcan mediante arcos rebajados apoyados sobre pilares que en las esquinas toman forma cruciforme. Sobre las cubiertas se alinean dos hileras de buhardillas y en el centro de cada patio se dispone una fuente. En el tercio norte del Monasterio se disponen el Colegio, el Seminario, y el Palacio. El colegio y el seminario ocupan la mitad noroeste y presentan cuatro patios: el del seminario, junto a la torre de los Doctores; el primer y segundo patio del Colegio, lindando con el patio de Reyes, y un cuarto patio dividido a su vez en dos: uno de servicios y otro conocido como el patio del Peladero. Al colegio se accede por la puerta norte del nártex basílical, y su organización en muy semejante a la del convento. El seminario cuenta con su propio refectorio y aula en el oeste, desde donde se puede acceder a la biblioteca. En el Palacio se pueden distinguir dos zonas claramente diferenciadas, el palacio público en el sector noreste, y otra, el palacio privado con los aposentos del Rey, alrededor de la cabecera de la Basílica. Lo único de todo el conjunto palaciego que continua casi intacto es la Sala de las Batallas. Construida por una galería abovedada, con nueve ventanales. Todas las cubiertas del Convento, colegio y Palacio fueron reformadas, cambiando las armaduras de madera. La Biblioteca posee uno de los fondos bibliográficos más valiosos del mundo, no por la cantidad ya que hay alrededor de 50.000 volúmenes, sino por su calidad, siendo especialmente valiosas sus colecciones de manuscritos árabes, hebreos y latinos. La sala abierta al público es una galería abovedada de 54 metros de longitud por 9 de ancho. Está decorada con pinturas de Tibaldi y Carducci, del siglo XVI. El programa iconográfico es muy interesante, en el testero norte está representada la Filosofía, en el opuesto la Teología y entre ambos las siete Artes Liberales: la Gramática, la Retórica, la Dialéctica, la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astronomía. El Panteón de Reyes está ubicado justo debajo del Altar Mayor, en él están enterrados prácticamente todos los reyes de España a partir de Carlos I, excepto Felipe V, Fernando VI y Amadeo de Saboya. El Panteón es una sala octogonal, en uno de sus lados está la entrada y en el de enfrente se sitúa un altar con un Cristo en bronce dorado de Domenico Guido. La estancia está decorada con mármoles granates y grises y bronce dorado a fuego. El Panteón de Infantes se realizó a mediados del siglo XIX, en el reinado de Isabel II, y finalizaron las obras en 1886. Construido en mármol blanco de Carrara, está compuesto por nueve salas. En la primera está la escultura en bronce de Isabel II, en actitud orante. La tumba que más destaca de este panteón es la de don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V. En otra de las salas hay una gran tumba colectiva en forma de tarta donde, están enterrados algunos de los niños de las familias reales que murieron antes de la Primera Comunión. Los Palacios ocupan parte de la fachada Norte y de la Este, además del saliente de la basílica. Las estancias palaciegas del siglo XVI fueron ocupadas por Felipe II. La primera de ellas se conoce como la Sala de las Batallas, decorada con pinturas realizadas por artistas genoveses: Oracio Cambiaso, Fabricio Castello, Nicolás Granello y Lázaro Tavarone. Se representan escenas de batallas, entre ellas las de la Higueruela y la de San Quintín. En otra de las habitaciones se puede ver la silla litera que transportaba a Felipe II al final de su vida, cuando, por culpa de la enfermedad de la gota apenas podía andar. La Sala de los retratos, la de Cartografía y la del Trono nos llevan hasta el dormitorio donde murió el Rey, caracterizado por su sencillez. El Palacio de los Borbones está decorado a finales del siglo XVIII, con Carlos III y su hijo Carlos IV. Juan de Villanueva interviene en la fachada norte para dotar de acceso a la parte del Monasterio que los borbones habilitan para residencia real, consistiendo principalmente en la apertura de una nueva puerta y en la escalera de comunicación. En el interior destaca la influencia del gusto francés en el estilo de los muebles, porcelanas, lámparas y todo tipo de objetos decorativos. Lo más importante de estas habitaciones es la colección de tapices cuyo diseño está realizado por artistas como Goya, Bayeu y Tenniers, entre otros.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casa de Peláez o del Infante Don Gabriel

Otro nombre del bien: Casa del Infante Don Gabriel
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/025
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403200, UTM-Y: 4493876 / Longitud: -4º08’38», Latitud: 40º35’24»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Real Decreto 3456/1983, de 14 de diciembre, por el que se declara monumento histórico – artístico, de carácter nacional, la Casa de Peláez o del Infante don Gabriel, en San Lorenzo de El Escorial (Madrid). (Boletín Oficial del Estado de 14 de febrero de 1984). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural- BIC- (declarado); Monumento; Declaración de Bien de Interés Cultural de CASA DE PELAEZ O DEL INFANTE – 13/10/82; Declaración de bien de interés cultural de CASA DE PELAEZ O DEL INFANTE – 14/12/83; Comunidad de Madrid; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Residencial, educativo

Localización: Calle del Rey, 38
Acceso:
Superficie: 3871 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: La torre-fortaleza de Campillo parece remontarse al siglo XV, cuando a instancia del rey Enrique IV se levanta como bastión defensivo ante la presión de sus poderosos vecinos: la Casa de Mendoza, condes del referido Real de Manzanares y marqueses de Santillana. Esto explica su imagen original, que en parte se conoce por vistas pictóricas fechadas al poco de su adquisición real, consistiendo en un volumen potente y cúbico, de planta cuadrada de (23 x 23) m y altura similar a la actual. Su aspecto defensivo se lo proporcionaba una gran solidez constructiva, con gruesos muros de 2 m de espesor y fábrica de mampostería concertada con sillares en los ángulos, así como las garitas cilíndricas, que en éstos sobresalían, y los matacanes en los centros de cada lado, ambos a la altura de la cornisa, sobre la que pudo levantarse un perfil almenado. En el centro de la severa casa fuerte de la ¿fresca y llana dehesa¿ de Campillo existiría un patio de armas, tal vez cubierto y rodeado por una crujía de dependencias, al modo de otras torres del homenaje castellanas de su centuria con las que se relaciona, como las de Oropesa y Guadamur, Arenas de San Pedro, Belmonte de Campos, Sobradillo, Iscar, etc La composición actual de Campillo, no obstante, es fruto de las reformas promovidas en el cruce de los siglos XVI y XVII, ya siendo posesión de la Corona, cuando se pretendió despojarla de su pasado medieval, conservándose de entonces, como elemento más reconocible, su fábrica y su portada, situada en el centro del alzado sur y configurada por un arco de medio punto, con grandes dovelas de piedra y alfiz remarcándolo. El primer arquitecto encargado de intervenir en la fortaleza fue el maestro mayor de las obras reales Francisco de Mora, quién en 1595 proponía: la supresión en el piso bajo de las caballerizas y el mantenimiento de su sala para los criados, ejecutando una chimenea, que se conserva; la adecuación de la habitación cuadrada del nivel primero para la capilla de S.M., suprimiendo la doble altura del zaguán; y la distribución de los cuartos reales privados en el segundo o principal, los de Felipe II posiblemente en la crujía del mediodía y los de la infanta Isabel Clara Eugenia, su hija, mirando al cierzo. En el centro de este nivel, y en toda la altura restante del edificio, se mantendría el referido patio cuadrado, seguramente cubriéndolo con un forjado horizontal, que ocultaba la armadura del tejado, sustituyendo a otra solución, pues en los documentos se menciona la existencia de un cimborrio en el último nivel. Las cinco alturas quedaban comunicadas por una elegante escalera, toda de piedra, situada en el ángulo sureste, próxima a la entrada, la cual habría de ser reparada o reconstruida por Mora, de modo que resultaría su planta cuadrada y de cuatro tramos sobre zancas abovedadas, alrededor de un gran ojo central, del que se protege con un antepecho ciego labrado, existiendo en su arranque un pozo que comunica con largas galerías subterráneas, sin duda para la traída de agua. Además, cerca del ángulo noreste, adosó el arquitecto a la fachada un curioso cubo semicircular de cantería, de escasa sección y macizo, excepto a cota inferior, con tres puertas que abren al exterior, y en el tejado, el cual es posible que tuviera otras conexiones en las demás plantas, hoy cegadas, pues como algún autor sugiere podría haber sido usado como montacargas para las viandas En cuanto a los alzados, Francisco de Mora los reformaría siguiendo cánones clásicos, horadándoles hasta hacerles perder su carácter masivo y cerrado, propio de toda torre fortificada. De este modo, habría de crear tres ejes verticales de huecos en cada frente, con nuevas ventanas abalconadas, rectangulares, bien proporcionadas, aunque aprovechando en parte las antiguas, al aumentar el ancho de las medievales o saeteras, y tapiando las discordes con la composición. Va a ser un nuevo rey, Felipe III, el que encargue a su arquitecto Juan Gómez de Mora, sobrino y sucesor del precedente, nuevas reformas notables en Campillo a partir de 1612, que básicamente consistieron en la reforma de los frentes del patio interior y la supresión de los garitones o matacanes medievales de los exteriores, contradictorios y faltos de armonía con la solución clasicista, unas obras que, por falta de liquidez, se prolongarían hasta 1624. De las dos, la más importante sería la primera actuación, aun cuando su diseño pudo recoger lo hecho por su tío cuatro lustros antes, resultando un magnífico espacio, a modo de sala de armas o representaciones, obra singularísima de la escuela herreriana configurada por dobles arcos de medio punto, de piedra, adovelados y superpuestos en los lados oriental y occidental, con puertas adinteladas en los restantes, con guarniciones sencillas de cantería y destinadas a las diferentes habitaciones. Como el piso intermedio o tercero se abría al vacío, se rodeó su perímetro con un forjado de madera volado, que haría las veces de corredor, cerrado por una baranda del mismo material, mientras que el cuarto quedo conformado en todas su orientaciones con un triforio con triples arcos de piedra de medio punto, en armonía con los inferiores. A juicio del propio Gómez de Mora, Campillo habría de acabar resultando una casa fuerte, adaptada a los nuevos usos sociales, para que los reyes, su séquito y sus criados pudieran residir en ella cuando acudían a disfrutar de las actividades cinegéticas, logrando en ¿poco sitio¿. mucha comodidad¿. A ello también habría de contribuir el levantamiento entre 1612 y 1613, y en las proximidades de la torre, de una fuente rústica de piedra junto a la colada que unía aquélla y la iglesia, al parecer ahora bajo la advocación de Santa Filomena, y que se dirigía a Monesterio, así como unas casas de oficios y caballerizas. Éstas constan de un solo piso y planta en U, con una interesante solución en la fachada del brazo central y mayor, ocupado por las segundas, a base de puertas y huecos cuadrados superiores para ventilación e iluminación, que se repiten uniformemente. El interior lo conformaba una gran nave abovedada, amplia y despejada, cerrada por los dos brazos extremos, que se destinaban a viviendas. Se convirtió así esta posesión en lugar del favor real, por ser mucha su caza mayor y menor, eligiéndola simbólicamente Felipe IV para despedir en uno de sus altozanos al Príncipe de Gales, tras su visita a la corte española, encomendándole en 1623 al mismo Gómez de Mora la erección en este punto de una columna trofeo a modo de remembranza, que se conserva en gran medida. Es una afición por Campillo que permanece constante en la dinastía sucesora, la Casa de Borbón, hasta el punto de ser muchas veces preferida por sus príncipes e infantes en vez del palacio del Monasterio como sitio de pernocta, especialmente en sus desplazamientos a La Granja y Madrid durante el siglo XVIII.

Descripción general: Casa palacio:1770- 1776; S. XVIII De autor desconocido, esta casa-palacio se construyó para alojamiento de las familias de los infantes, hijos de Carlos IV. Se organiza entorno a dos patios alargados, con fachadas de sillería, combinado con revocos en la última planta, en las que destacan las esquinas curvas. En la fachada principal a la lonja, se conserva el orden de las casas de oficios y el monasterio, con un ritmo continuo y uniforme de huecos, cuyas guarniciones resaltan sobre el paramento liso de piedra. Ha sido objeto de una profunda reforma para centro de estudios universitarios.

Descripción del bien: Casa palacio:1792-1803-1808; S. XVIII-XIX El proyecto de este edificio es de 1792, pero su propietario no puede llevar a cabo las obras y en 1803 se pone a la venta. Se interesan por ella los Infantes Carlos María Isidro y Francisco de Paula, hijos de Carlos IV para el alojamiento de sus familias en su estancia del Sitio Real. Se atribuye al arquitecto Juan de Villanueva su reforma y ampliación entre 1803 y 1808. Después de la Guerra de la Independencia, sigue un periodo de abandono hasta finales del siglo XIX, que pasa a propiedad municipal. En 1909 es adquirida por el abogado José Peláez Urquina y será conocida como ¿Casa de Peláez¿. Se trata de un caserón de planta mas bien rectangular, excepto en el frente al Camino de Madrid con el que se alinea, organizado en torno a dos largos patios paralelos. El fuerte desnivel del terreno existente entre sus dos frentes hace que el principal a la calle Infantes tenga una planta baja de gran altura, con entreplanta y dos plantas superiores, y en el frente posterior solo asomen estas dos, perfilándose en los frentes laterales. Sus fachadas son de sillería, completa la principal y las plantas bajas de las demás, siendo la ultima planta revocada, con huecos recercados, una potente cornisa y cubierta de pizarra con buhardillas. Una peculiaridad de este edificio es que tiene las esquinas redondeadas, motivo infrecuente en San Lorenzo y en las obras de Juan de Villanueva. Hacia 1980 se realizan unas importantes obras dirigidas por Miguel Oriol para su conversión en un centro de estudios universitarios en las que prácticamente se vaciara el edificio y se reedificará de nueva planta. (Edificio Euroforum). Descripción constructiva: La casa tiene planta rectangular, con su lado mayor casi cinco veces el menor, y tres niveles, semisótano de acceso, bajo y principal, además de las buhardillas, por lo que presenta una imagen muy horizontal. La gran pendiente del terreno provoca diferencias de alturas entre la fachada principal y posterior, debiendo situarse el piso bajo en la cota superior, al que se puede acceder directamente del patio largo, estrecho y de servicios que separa, que separa el edificio del nuevo muro de contención del plantel, provocando la aparición de un semisótano, visible en los frentes laterales, y fundamentalmente hacia la lonja, a modo de basamento ciego sobre el que se apoya el edificio, solo roto en el extremo con los accesos; dispuestos simétricamente creando ejes compositivos perpendiculares a la fachada. En la fachada principal a la lonja, se conserva el orden de las casas de oficios y el monasterio, con un ritmo continuo y uniforme de huecos, cuyas guarniciones resaltan sobre el paramento liso de piedra. También las líneas de imposta altean su desnudez, dividiendo las tres alturas, y la sencilla cornisa que le separa de la cubierta abuhardillada. El frente posterior, de solo dos pisos, debido al desnivel, el muro esta enfoscado y se reserva las piedras para las impostas, cornisas, recercados de huecos y cadenas de las esquinas, lo que acentúa la intención de tratar este alzado como secundario, nunca visto frontalmente de forma completa.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Real Sitio de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II

Otro nombre del bien:
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Santa María de la Alameda, Zarzalejo

Código: CM/0000/093
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 406269, UTM-Y: 4495353 / Longitud: -4º06´28´´, Latitud: 40º36´13´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Sitio o Territorio Histórico. Declaración: Decreto 52/2006, de 15 de junio, por el que se declara bien de interés cultural, en la categoría de territorio histórico, el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II. (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid de 21 de junio de 2006). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización:
Acceso: El Real Sitio de El Escorial se encuentra sobre una pequeña loma cerrada por el río Aulencia de un lado, y el arroyo de Lavar por otro.
Superficie: 98015719 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: Desde el primer momento, Felipe II tuvo la intención de dotar al monasterio de recursos propios, al mismo tiempo que deseaba crear un entorno agradable con la finalidad de que fuera un lugar de reposo donde pudiera retirarse y practicar la caza, una de sus aficiones preferidas; en ese sentido, el lugar escogido reunía las condiciones de riqueza paisajística y cinegética requeridas. Con esa intención, el monarca comenzó a comprar tierra y fincas de los alrededores desde muy pronto, antes incluso del inicio de la construcción del monasterio. La primera de estas fincas fue «La Herrería», a la que siguirían «La Fresneda», «La Granjilla» (formando parte de la Granjilla) , Campillo y Monesterio, completándose el conjunto con la agregación del núcleo poblacional de El Escorial: Estos cinco elementos formaban el señorío de abadengo que regían los jerónimos. El territorio resultante, como suma de todas estas propiedades, evidencia la complejidad del sistema jurisdiccional de esta época y su enorme diversidad geográfica, que se encontraba perfectamente delimitado y protegido por una Cerca que aún conserva en gran parte su trazado

Descripción general: Real Sitio de El Escorial: ámbito delimitado por los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial, El Escorial, y una pequeña parte de Zarzalejo y Santa María de la Alameda. S XVI-XVIII

Descripción del bien: El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial está constituido por un territorio histórico bien delimitado por la Cerca propiamente dicha , comprendiendo la casi totalidad de los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, y una pequeña parte de Zarzalejo y Santa María de la Alameda. S XVI-XVIII La elección de Felipe II de este paraje en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama para levantar un conjunto que sirviera de monasterio y residencia real en conmemoración de la batalla de San Quintín, dió lugar a todo un programa de infraestructuras de manera que el monasterio no se concibe como un elemento aislado en el paisaje, si no que pasase a ser la pieza principal de un complejo sistema al que pertenecen, tanto las numerosas edificaciones relacionadas con el conjunto principal, como las estructuras viarias que comunican, ya sea las diferentes áreas que componen el sistema escurialense entre sí, ya sea éstas con Madrid. Este gran territorio destinado al monasterio abarcaba las grandes fincas de La Herrería, La Fresneda o Granjilla, Campillo, Monesterio y el núcleo poblacional de El Escorial, y se justificaba por la intención de Felipe II de dotar al monasterio de recursos propios, y de un entorno agradable, que fuera un lugar de reposo donde pudiera retirarse y practicar la caza. EL MONASTERIO: En 1563 comienzan las obras del monasterio, que se convertirá en el eje central de todo un complejo y vasto entramado de posesiones que contribuían al mantenimiento y solaz de la corte. El proyecto del complejo del palacio y el monasterio fue planteado por Juan Bautista de Toledo en 1563, fecha en que también se coloca la primera piedra, en 1586 se terminaban las obras con el concurso de Juan de Herrera tras la muerte de Juan Bautista de Toledo. El diseño corresponde a una planta que toma como modelo la parrilla donde recibió martirio San Lorenzo. El estilo con que realizó la obra creó escuela, pasando a conocerse como estilo herreriano. El espacio se organiza en base a patios interiores y queda dividido simétricamente por el cuerpo de la iglesia y el gran patio que la precede, lo que permite situar a un lado la residencia del rey, y al otro las dependencias del Monasterio. Este complejo queda rodeado por jardines y huertas y un amplio estanque. Paralelamente a la construcción y ornato, el Rey se preocupó de dotar de importantes infraestructuras que permitieran la comunicación y un buen nivel de abastecimiento. Hasta la llegada de Carlos III no se intervino en el Real Sitio desde la perspectiva del urbanismo, quien vio la necesidad de dotar al asentamiento de un trazado urbano y de un reglamento que permitiera la construcción de edificios residenciales aptos para satisfacer la demanda de alojamiento de una población creciente. Para ello, el Rey recurrió al arquitecto Juan de Villanueva, quien, partiendo del esquema que ya hubiera creado Juan de Herrera en las casas de oficios, creó un ingenioso entramado de plazas y calles que jugaban con el desnivel del terreno. Villanueva tomó también el modelo herreriano para la arquitectura doméstica y monumental, de manera que el resultado ha sido totalmente armónico con el conjunto del monasterio. EL ENTORNO DE LA CERCA: Según una antigua descripción, el muro de la Cerca abarcaba 10 leguas de circunferencia (unos 55 kilómetros) y de 10 a 12 pies de alto (entre 3 y 3,5 metros). Está realizada en piedra seca, y en ella se abrían 10 puertas que comunicaban el terreno acotado con el entorno, algunas de las cuales estaban reservadas sólo para el monarca. El monarca se quedaba para su único disfrute la riqueza cinegética del señorío, mientras que la comunidad de religiosos detentaba la explotación agrícola y ganadera, aunque no podía acrecentar su patrimonio adquiriendo más terrenos. Todo ese territorio estaba perfectamente delimitado y protegido por una Cerca que aún conserva en gran parte su trazado. El perímetro acotado se extendía desde las Navas, situada encima del Batán, siguiendo por la cañada hasta el arroyo del Cascajal, de aquí se dirigía hacia la sierra, llegando al Barracón, para subir hasta cerca del Risco Benito, coronando la cumbre por la cuerda hasta la Naranjera y, tras hacer un quiebro, llegar a la Portera del Cura y al Pico de Tres Cruces. De aquí bajaba en línea recta hasta la carretera de Guadarrama y continuaba por el llano separando los términos de Guadarrama y Villalba del de El Escorial, llegando al Puente del Herreño, desde donde se dirigía a las Zorreras y Navalquejigo, encaminándose después hacia el Tercio, para, desde aquí, ir hacia el camino de Valdemorillo, el Chicharrón, Prado de los Reyes y los Ermitaños, subiendo finalmente a Entrecabezas y, tras hacer un quiebro, cerrar el coto en el Batán. ELEMENTOS QUE COMPONEN Y COMPLETAN EL REAL SITIO Se considera que también forman parte del Territorio Histórico cuantos bienes inmuebles componen el rico patrimonio arqueológico existente. Aunque no estén directamente relacionados con el complejo escurialense. Especialmente relevante se muestra el conjunto de yacimientos de la finca Monesterio, situado en la ribera norte del río Guadarrama. Han aparecido restos diversos de cronología romana, algunos de carácter monumental. Se conocen además, asociados a la calzada del ¿Camino de Monesterio¿ o ¿Colada de Villalba¿, numerosos restos arqueológicos, o elementos relacionados con el complejo escurialense. En el interior de este perímetro se localizan, el propio monasterio con sus espacios y edificaciones anejas: la Lonja, el Salón, la Botica, la Galería de Convalecientes, el Paso a la Compaña, la Compaña y las Casas de Oficios, la Casa de los Doctores, la Casa de Jacometrezo y los cerramientos y puertas de los jardines y huertas del S.XVI, los jardines de los Frailes y del Palacio, el Estanque Grande, la Cachicanía y el Pozo de nieve, todo lo cual data del S.XVI, y, la Casa de Infantes, de la Reina y la Tercera Casa de Oficios, La Cantina, la Casa de las Pizarras y la Casa de los Infantes hijos de Carlos IV, del S. XVIII. Conjuntos anejos del S.XVI: la finca de La Herrería con sus puertas, casas de Guarda, puentes, fuentes, Batán y Molinos, Ermita de la Virgen de Gracia, ¿Silla de Felipe II¿ y ¿Púlpito¿; la finca Granjilla ¿antigua finca Fresneda- con sus cerramientos de puertas, Iglesia de San Juan, Casa del Rey, Casa de los Frailes y construcciones auxiliares, puentes, jardines y estanques,; la finca Campillo con las ruinas de la casa principal, Torre-Palacio (caballerizas, fuente y Ermita de Santa Filomena), La Solana y La Pizarra, y la finca Monesterio con su construcción principal, la portada del antiguo Palacio y el Molino de Papel en Monesterio. También los elementos, hitos y construcciones del Real Coto de Caza: el Mirador del Rey, el Mirador de la Reina y el Canto de Castejón. Conjuntos anejos del S. XVIII: la Casita de Arriba o del Infante y La Casita del Príncipe o de Abajo, con sus parques y elementos principales. En los núcleos urbanos de San Lorenzo de El Escorial con su conjunto histórico y El Escorial se encuentran otros bienes de interés cultural: la Colonia Pinar de Abantos, el Teatro Real Coliseo de Carlos III la Casa Peláez o del Infante, la iglesia parroquial de San Bernabé y el Monasterio de Prestado. Así mismo, se encuentran las construcciones auxiliares de abastecimientos de aguas de los siglos XVI y XVIII. Traída del S.XVI, Canal de El Escorial con dos viajes: Viaje Arca de San Juan-Arcadel Romeral y Viaje del Arroyo del Romeral; y traída del S.XVIII: Presa vieja del Romeral y Arca de Carlos III, Presa del Infante, Viaje y Acueductos y Presa del Batán. Aparte de estas construcciones se deben señalar los tres pozos de nieve en Cuelgamuros, el pozo de nieve de la Pizarra, el de Santa María de la Alameda y Batán y molinos. De igual modo, los Caminos del Sitio Real con los elementos que los constituyen que se encuentran dentro del ámbito de la Cerca: el Camino de Madrid a El Escorial y al Monasterio, por Torrelodones, S. XVI-XVII, el Camino de Madrid a El Escorial y al Monasterio, por Brunete y Valdemorillo, S. XVI-XVIII, el Camino del Monasterio a Campillo y Monesterio, S. XVI-XVIII, el Camino de Madrid a El Escorial y San Lorenzo, por Las Rozas y Galapagar, S.XVIII y el Camino del Real Sitio de San Lorenzo al Real Sitio de San Ildefonso, S. XVIII.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casita del Príncipe de Asturias o Casita de Abajo, los Jardines

Otro nombre del bien: Casita del Príncipe o de Abajo de El Escorial
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/131
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403580, UTM-Y: 4493429 / Longitud: -4º08´21´´, Latitud: 40º35´09´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización: Avda Reyes Católicos, 1
Acceso:
Superficie: 449727 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Casita del Principe. Neoclasicismo. 1771-1784. siglo XVIII Juan de Villanueva La Casita del Príncipe o de Abajo y sus jardines fueron construidos para el futuro Carlos IV por el arquitecto Juan de Villanueva entre 1771 y 1784, a unos 750 m al sudeste del Monasterio en unos terrenos de fuerte pendiente. El conjunto se ordena mediante el gran eje longitudinal que, desde los pabellones de acceso, recorre el jardín delantero, la Casita y el jardín trasero, con su tratamiento aterrazado, para entroncar por el norte con el viario de acceso desde el Monasterio. El palacete se construyó en dos fases: entre 1771 y 1773. A la primera fase corresponde el cuerpo principal, de planta rectangular y con una única altura, excepto en su núcleo central, donde hay dos. Éste integra un pórtico de cuatro columnas dóricas y cornisamento, sobre el que descansan una balconada y dos pequeñas columnas dóricas, que dan forma a la elegante fachada principal, orientada al este. En la segunda etapa, Villanueva ideó un eje perpendicular, que, partiendo de la cara posterior del citado núcleo central, se prolonga hacia el oeste, configurándose una planta con forma de T invertida. La ampliación supuso integrar dos nuevas dependencias, denominadas Salón Grande y Sala Ovalada, y un pórtico con dos columnas jónicas. Los jardines, responden a la traza de Villanueva que recupera el tipo aterrazado del Renacimiento italiano, ayudado en una primera etapa por el florentino Luis Lemmi en calidad de jardinero mayor. Se distribuyen en dos zonas: la primera de ellas se extiende alrededor de la fachada principal, orientada al este, e integra una plaza circular, decorada con una fuente, de la que parten ocho calles radiales. La segunda, realizada durante la segunda fase se sitúa en la parte posterior del edificio, al oeste, y presenta un trazado hipodámico, estructurado a partir de un gran estanque.

Descripción del bien: Casita del Principe. Neoclasicismo. 1771-1784. siglo XVIII Juan de Villanueva El conjunto, en un terreno en fuerte pendiente segregado de la Dehesa de la Herrería, se compone de cuatro partes diferenciadas, cada una de ellas dispuesta en una terraza: el jardín focalizado con los pabellones de acceso desde la carretera de Madrid, el palacete y dependencias de servicio con el jardín posterior de cuadros con arbolado, otro jardín de cuadros bajo la alberca o reservado y el jardín superior ¿estos dos últimos dentro de un mismo ámbito, el nuevo jardín de poniente. La Casita de Abajo, que sustituyó a unas barracas existentes en ese punto, fue construida para el futuro Carlos IV por su arquitecto Juan de Villanueva entre 1771 y 1784, en dos fases sucesivas: la primera, entre 1771 y 1775, en la que se erigieron el cuerpo principal y las dependencias de servicio, así como la ordenación primitiva del entorno, y de 1781 a 1784, la segunda, con el salón posterior y los jardines definitivos. Su composición arquitectónica recuerda al Museo del Prado en Madrid. En el acceso principal se disponen los pabellones de entrada y unas garitas con fuentes y pórticos laterales que enmarcan el ingreso, con una puerta de rejería que permite el paso al primer jardín de trazado radial de cuadros bajos ¿con coníferas de plantación posterior- y fuente circular en el eje longitudinal, que lleva a una terraza o lonja donde se encuentran las edificaciones principales; dos puertas de hierro de doble hoja de carácter monumental permiten el acceso lateral a dicha lonja y constituía la oriental la entrada más habitual al conjunto. El cambio de nivel se salva con un muro de contención que incorpora unos magníficos canapés de granito y rampas italianas. El palacete original organiza, de forma transversal al eje de entrada, un cuerpo de configuración ternaria y simétrica: una parte central de dos alturas más dos laterales con una y ático, prolongadas mediante dos pequeños pabellones adintelados con columnas toscanas que sirven de paso a las dependencias de servicio extremas y, a su vez, conectan la lonja de acceso con el jardín posterior; estas edificaciones laterales presentan una sola planta sobre un terreno en pendiente descendente hacia las puertas del jardín. Se accede a la residencia por la parte central de más altura a través de un pórtico tetrástilo de orden toscano dispuesto sobre unas gradas; dicho pórtico sostiene una terraza con barandillas de hierro que sirve a la planta alta, rematada con una cubierta de cinc de ligero carácter rococó que enfatiza el eje principal. La puerta de entrada se acompaña de dos huecos rehundidos con un pequeño banco, mientras que en planta alta, como en la vecina Casita de Arriba, introduce el arquitecto dos columnas jónicas dispuestas in antis. En los cuerpos laterales y de forma simétrica aparecen dos huecos con guardapolvos y alféizar de granito, material utilizado en la totalidad de la fachada, y, sobre la imposta que separa el ático, se abren pequeños huecos de sencilla factura similares a los de las dependencias secundarias. La planta de la Casita, como se ha dicho, responde a una organización tripartita y tiene forma de ¿T¿ invertida: el área central, con el pórtico de acceso que contiene el vestíbulo y un paso hacia la ampliación, comunicado a su vez con la escalera de mármol que lleva a la primera planta ¿preparada en Madrid y trasladada y montada en El Escorial- y, continuando por el eje de entrada, se dispone el nuevo salón de baile y una saleta ovalada que sirve de vestíbulo al ingresar desde el pórtico posterior del jardín; a ambos lados del sector central se desarrollan los dos cuerpos laterales, de carácter privado y destinados a las habitaciones independientes del príncipe y su esposa, cada uno compuesto de dos habitaciones rectangulares y otra menor cuadrada, más una correspondiente a la escalera en el lateral norte. Desde el nivel superior, de planta simétrica, se accede a la terraza desde la sala principal. El cuadrilongo original realizado en la primera fase fue incrementado, entonces, con el cuerpo perpendicular del salón de baile formando dicha figura de ¿T¿, por lo que se trasladó el pórtico primitivo de salida al jardín trasero -que aparecía encajado en el edificio y hoy es una habitación de paso-, hasta la fachada posterior tras el vestíbulo ovalado. La planta, relacionada con la obra de Palladio, parece tener una clara conexión con la del edificio corintio que representa Robert Morris en su publicación Select Architecture. La superposición de las dependencias de servicio formando un amplio cuerpo transversal con alzado de disposición triangular proviene, asimismo, de las villas palladianas, esquema utilizado ya en el palacio de la Zarzuela. De exquisita decoración, estos interiores responden al estilo Carlos IV de fin del siglo XVIII combinado con rasgos pompeyanos; requirió un importante trabajo de canteros y marmolistas, así como pintores -los techos están ejecutados por Maella, además de Juan Duque, Jacinto Gómez y Felipe López-, mueblistas y todo tipo de artesanos, así como se introdujo una rica colección pictórica y de objetos ornamentales, muchos perdidos en la Guerra de la Independencia. Además, el famoso decorador Dugourc realizó una serie de proyectos para tres salas de la Casita del Príncipe en 1786. En la parte trasera, un cuerpo de una sola altura que contiene un amplio salón de baile más una salita y pórtico también in antis de órdenes jónicos se adosa al bloque de dos niveles y se introduce en el jardín posterior; ocho huecos laterales se abren a los cuadros de vegetación, más otros dos que acompañan la puerta con arco de medio punto que sirve de salida al exterior, ya dentro del pórtico. El resto del palacete original incluye huecos similares a los de la fachada de acceso. Los alzados en el casino se realizan de cantería granítica, de gran tamaño en los zócalos, con un cuidado trabajo en las cornisas y huecos; en los pabellones de servicio, la piedra berroqueña se utiliza para el zócalo, esquinales, cornisas, impostas y recercado de huecos, con los entrepaños enfoscados. JARDINES: El conjunto, que presenta una extraordinaria unidad, se ordena mediante el gran eje longitudinal que, desde los pabellones de acceso, recorre el jardín delantero, la Casita y el jardín trasero, con su tratamiento aterrazado, para entroncar por el norte con el viario de acceso desde el Monasterio de El Escorial. Los jardines, uno de los principales ejemplos de la recuperación en España del tipo aterrazado del Renacimiento italiano, presentan una dualidad fomentada por la disposición central de la casa, hecho inaudito en España, pues se introduce un jardín anterior en vez de la típica plaza de acceso. Ésta debió ser la disposición original: un ámbito de entrada con la casa y un pequeño jardín trasero, sin el añadido aterrazado; al ampliar el salón se ajardinaría la plaza de acceso, se añadía la parte en ladera y reordenaba el jardín posterior primitivo. Por tanto, el conjunto ajardinado se divide en dos fragmentos unidos por un único eje longitudinal: el primero en la parte anterior y de trama, focalizada y otro ortogonal en la posterior, que se prolonga estrechándose para integrarse mejor con el entorno boscoso donde se asienta. Recursos de carácter hispano ¿entradas quebradas, rupturas axiales- y rasgos de carácter paisajístico enriquecen el complejo trazado del jardín. El jardín posterior, ejecutado en la segunda fase a la misma cota que la edificación, se organiza mediante una malla ortogonal de intervalos irregulares que contrasta con la planta focalizada del jardín de acceso. Los cuadros bajos se jalonan con árboles frutales, hoy tristemente secundados por las inevitables coníferas decimonónicas; una plaza con fuente circular indica el punto medio del pórtico de salida al jardín y el siguiente elemento, la pequeña terraza con la fuente del Mascarón. De formalización regular, pero barroca, se delimita esta plataforma por dos rampas que suben hacia la parte posterior y un fuerte muro de contención que no es más que el dique de la alberca superior, aprovechado para introducir dicha fuente del Mascarón, granítica y de carácter rústico. Este sector, que sube por la pendiente hacia el Monasterio de El Escorial, presenta un ancho de un tercio respecto a los jardines inferiores, y se remata, tras la alberca, con otro jardín de cuadros bajos de dinámico trazado que forma un hemiciclo con una puerta central que dirige el recorrido, por un brazo del tridente dibujado por Villanueva, hacia la lonja del monasterio; la construcción de muros de cerramiento de escasa altura permite la máxima relación entre el jardín y la dehesa aneja. El autor fue Juan de Villanueva, arquitecto del Real Sitio y del príncipe de Asturias y los infantes, que proyectó y dirigió la obra, además de, seguramente, trazar los jardines, donde trabajó en una primera etapa el florentino Luis Lemmi en calidad de jardinero mayor. Declarado Monumento Nacional en 1931, fue restaurado en los años sesenta del siglo pasado por el arquitecto de Patrimonio Ramón Andrada, que también intervino en los jardines y pabellones de acceso. Una actuación reciente de Pedro Moleón ha permitido recuperar varios elementos del conjunto

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Determinadas zonas del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial

Otro nombre del bien: Conjunto Histórico de San Lorenzo de El Escorial.
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/132
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403028, UTM-Y: 4493702 / Longitud: -4º08´45´´, Latitud: 40º35´18´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Conjunto Histórico. Declaración: Decreto 1857/1971, de 8 de julio, por el que se declara conjunto histórico-artístico determinadas zonas del Real Sitio de san Lorenzo de El Escorial (B.O.E de 28 de julio de 1971). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización:
Acceso:
Superficie: 1042626 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Conjunto Histórico: siglos XVI, XVIII, XIX La presencia del Monasterio actúa como baricentro del conjunto histórico conformado por él mismo, los jardines, las huertas y las dependencias concebidas en el siglo XVI, cuya ampliación no se llevaría a cabo hasta el siglo XVIII, continuando la ortogonalidad del Monasterio, adaptándose a los desniveles del terreno y configurando una cuadrícula articulada por dos calles, Floridablanca y del Rey, y por tres plazas. A ellos se incorporan los nuevos ensanches del XIX ligados fundamentalmente a las casas de recreo.

Descripción del bien: Conjunto Histórico: siglos XVI, XVIII, XIX La fundación del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por Felipe II para ser un lugar de reposo y oración, vino acompañada de la construcción de un gran complejo de edificaciones e infraestructuras que resolviesen las necesidades del Real Sitio. Esta circunstancia contribuyó a que se estableciese gente cuya finalidad era dar servicio al Monasterio en las inmediaciones. En principio eran construcciones temporales, como hornos, fraguas, etc. Las primeras construcciones de importancia se dispondrán por Juan de Herrera formalizando una incipiente organización urbana: La casa de los Doctores y las dos primeras Casas de Oficios. El edificio de la Compaña terminado por Francisco de Mora en 1597 supondrá el inicio de la urbanización enla zona oeste, quien también proyectará el paseo de los Alamos, de unión entre la la villa de El escorial y el Real Monasterio. Sin embargo, no será hasta la llegada de Carlos III cuando se intervenga en el Real Sitio desde la perspectiva del urbanismo. Este fue uno de los Reales Sitios de su preferencia, dado su carácter austero y su afición a la caza. El criterio de la actuación fue el de dotar, al núcleo de palacio y monasterio, de un entramado urbano que permitiera la construcción de edificios de vivienda para alojar a la Corte. Para ello acudió al arquitecto Juan Esteban, quien partiendo del esquema ortogonal del Monasterio que ya hubiera creado Juan de Herrera en las Casas de Oficios, creó un ingenioso entramado de plazas y calles que jugaban con el desnivel del terreno y se adaptaba a los edificios de mayor entidad construidos hasta entonces. Esta cuadrícula se articula por dos calles, Floridablanca y del Rey, y por tres plazas; Mayor, de la Verdura y la antigua de la Parada. A Juan Esteban se deben los edificios de la Real Ballestería, las cocheras de su majestad, el conjunto de Cocheras y Caballerizas y alojamiento de criados del Secretario de Estado en la calle Juan de Toledo, las casas del Cardenal Patriarca, etc.. Otros arquitectos también tendrán su oportunidad en San Lorenzo, como Jaime Marquet que construirá la Casa de Postas y el Real Coliseo. Sin embargo será Juan de Villanueva el arquitecto que proporcione su decisiva configuración a la nueva población. La primera edificación se construirá en 1769, la Casa de la familia del infante Don Gabriel, Don Antonio Pascual y Don Francisco Javier, cerrando el frente de la Lonja Oeste. Poco despúes construirá la Casita de Abajo pra el prícipe Don Carlos y la Casita de Arriba para el Infante Don Gabriel. Villanueva completa la lonja con la Terceras Casa de Oficios, tomando el modelo herreriano para la arquitectura doméstica y monumental, de manera que el resultado ha sido totalmente armónico con el conjunto del Monasterio. En 1775 ya se ha consolidado la parte oriental del casco. Villanueva internviene también en casas particulares como en la Casa del Cónsul de Francia,, la Casa del marqués de Campo Villar o la Casa del duque de Medinaceli. En 1781 Villnaueva es nombrado Arquitecto del Palacio y Común del Real Sitio de San Lorenzo y remodela el área de palacio y la fachada norte para adecuarla a las necesidades de la nueva corte.eros En 1792 se produce la segregación de San Lorenzo de la Villa de El Escorial, y por lo tanto la formación de dos poblaciones distintas. A mediados del siglo XIX se producen algunas iniciativas en el casco: la apertura de los corrales de la calle de los Doctores entre ésta y la casa de las Columnas y fuera de él, el inicio del parque de los Terreros y el inicipiente ensanche en cuadrícula en el camino de Guadarrama que luego será el barrio de Terreros. Con la llegada del ferrocarril a la villa de El Escorial a finales del siglo XIX, se experimenta un aumento de población y el casco histórico de San Lorenzo se transforma a partir de los edificios existentes, se eleva el número de plantas y se incorporan balcones y miradores. Continúa su expansión en la zona de Terreros y se crea un barrio de «casas de recreo» en el antiguo ejido, entre la carretera y el paseo de la estación de El Escorial.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casita del Infante o de Arriba, los Jardines

Otro nombre del bien: Casita de Arriba
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/010
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 402077, UTM-Y: 4493284 / Longitud: -4º09’25», Latitud: 40º35’04»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización: Carretera Robledo, 2
Acceso:
Superficie: 87871 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: ESTA PORTADA PODRÍA ESTAR VINCULADA AL CLUB DE GOLF, DATADO A MEDIADOS DEL SIGLO XX. CLUB DE GOLF: «ASIMISMO EN 1950 SE PROYECTA EL CAMPO DE GOLF DE EL ESCORIAL EN TERRENOS CEDIDOS PARA ELLO POR PATRIMONIO NACIONAL; EN UN PRIMER MOMENTO SE ADJUDICARON 30 HA. LINDANTES CON LA TAPIA DE LA CASITA DEL PRÍNCIPE, LA LÍNEA DEL FERROCARRIL, EL ARROYO AULENCIA Y LA CARRETERA QUE VA AL CAMPAMENTO DEL BUEN AIRE, LO QUE SUPONÍA UN 10% DE LA EXTENSIÓN DE LA HERRERÍA. NO SE SABE CON CERTEZA PORQUÉ SE CAMBIÓ LA LOCALIZACIÓN PREVISTA A OTRO LUGAR DE LA FINCA, EN CONCRETO A LA ZONA NOROESTE, JUSTO AL LADO OPUESTO, PERO LO CIERTO ES QUE EN 1967 SE CONSTRUYE EL CLUB EN EL NUEVO EMPLAZAMIENTO, CUENTA CON UN CAMPO DE GOLF DE 18 HOYOS, ASÍ COMO UN EDIFICIO PARA CLUB SOCIAL. ESTE ÚLTIMO, PROYECTADO POR RAMÓN ANDRADA, JOSÉ LUIS MARTÍN Y MARIANO BAYÓN. ES UN SENCILLO EDIFICIO, A DECIR DE SUS AUTORES «SIN MAYORES PRETENSIONES, CON UNA ARQUITECTURA DE NUESTRO TIEMPO, EN UN COMPROMETIDO AMBIENTE ESCURIALENSE, CON UN EJEMPLAR EMPLEO DEL GRANITO, DE LA PIZARRA, DEL HIERRO Y DEL PLOMO, SIN CAER EN LA PIRUETA O EN EL BOBALICÓN FLORKLORE «. UN DATO CURIOSO SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO ES QUE LOS SILLARES DE GRANITO USADOS EN ÉL SON LOS DE UN PUENTE SOBRE EL ARROYO DE TROFAS, EN EL MONTE DEL PARDO, QUE SE ARRUINÓ A CAUSA DE UNA RIADA Y FUE SUSTITUIDO POR OTRO DE HORMIGÓN. ASIMISMO Y SEGÚN INFORMACIÓN DEL HISTORIADOR DE PATRIMONIO NACIONAL, JOSÉ LUIS SANCHO, LA PUERTA DE ACCESO AL CLUB FUE CONSTRUIDA EN ESA MISMA ÉPOCA CON PARTE DE LOS CITADOS SILLARES (VER FICHA CM/0131/014).» «ARQUITECTURA Y DESARROLLO URBANO (1998)», PÁGINA 287.

Descripción general: Palacete neoclásico: 1771-1773 Juan de Villanueva Jardines: 1774 Juan de Villanueva, Luis Lemmi La Casita del Infante (conocida también como la Casita de Arriba) es un edificio neoclásico, construido en el último tercio del siglo XVIII, en un promontorio al sur del Monasterio de El Escorial. Debe su nombre al infante Gabriel de Borbón, hijo de Carlos III, que la concibió para albergar conciertos de música de cámara, una de sus grandes aficiones. Se llevó a cabo entre 1771 y 1773, a partir de un diseño de Juan de Villanueva, el mismo arquitecto que trazó la Casita del Príncipe o de Abajo, que se encuentra en sus inmediaciones, dentro del término municipal de El Escorial. Tiene jardines de estilo italiano en terrazas descendentes y era posible escuchar la música desde el interior y el exterior. La decoración original se perdió y la que puede observarse corresponde a los reinados de Carlos IV y Fernando VII. Vicente Gómez pintó la bóveda con un fresco de Las Cuatro Estaciones. Su gestión corresponde a Patrimonio Nacional, organismo estatal del que dependen los bienes del Estado a disposición de la Corona Española.

Descripción del bien: Palacete neoclásico: 1771-1773 Juan de Villanueva Jardines: 1774 Juan de Villanueva, Luis Lemmi Construida por Juan de Villanueva, arquitecto real, entre 1771 y 1773, la Casita de Arriba -destinada al infante don Gabriel de Borbón, hermano del futuro Carlos IV- se localiza en el entorno del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, a escasos 800 m del mismo en la carretera que se dirige a Robledo de Chavela. La Casita de Arriba se extiende sobre una ladera de fuerte pendiente en orientación noroeste-sudeste, con la vivienda en la cota más elevada, a 1.025 m, y acceso en este punto desde la carretera de Robledo; los jardines, desplegados en varias terrazas a sus pies, constituyen un magnífico belvedere del cercano monasterio. Su erección formaba parte de una amplia operación que comprendía la creación de un conjunto de edificios de recreo en torno a los Sitios Reales destinado a los dos varones primogénitos de Carlos III, que permitían una relajación de la etiqueta cortesana al alejarse de la residencia permanente; se rodeaban de jardines y carecían del aparato edilicio habitual, pues sólo contaban con pequeños pabellones de servicio y escasos cuartos, generalmente sin dormitorios, dada la cercanía al núcleo principal y su carácter de recreo o descanso eventual. Compañera de la colindante Casita del Príncipe o de Abajo, su origen es común, tanto en su destino real, autoría -Juan de Villanueva, arquitecto de los infantes-, y construcción, pues son estrictamente contemporáneas y realizadas entre 1771 y 1773 ¿aunque la de Abajo sufrió una ampliación-. La fachada de acceso presenta, por primera vez, la solución vilanovina después vista en El Pardo y el Museo del Prado consistente en un oscuro hueco de entrada en el eje de simetría contrastado con las columnas jónicas in antis que lo flanquean entre pilonos, partes laterales de un cuerpo discretamente adelantado respecto de la línea de fachada en el cual se horadan, además, dos pequeñas puertas con arco de medio punto; otras dos ventanas, con su guardapolvo, completan la pétrea fachada. Toda de granito, con zócalo y cornisamento, hoy están revocados los paños centrales de los cuerpos laterales, como en el resto del edificio, aunque no son originales. Se remata con un ático y dos pequeños torreones que permiten la iluminación de la planta superior y óculo central que rasga la cúpula del salón principal. La compleja cubierta ¿hoy de pizarra- se eleva con tres grupos de faldones: el inferior, de pendiente curva, con huecos; el intermedio y el que cubre el espacio central. En la parte trasera el arquitecto repite el mismo esquema triangular y el plano ligeramente avanzado con su puerta de medio punto y frontón superior, dos pequeñas ventanas laterales, y los huecos extremos con sus guardapolvos, similares a los de la fachada principal. Los alzados laterales, sin retranqueos, tienen una puerta central también adintelada y dos sencillas ventanas a cada lado. El edificio, desarrollado básicamente en un nivel, presenta un pequeño ático perimetral. La planta baja, prácticamente cuadrada y de fuertes resonancias palladianas, se organiza en tres bandas longitudinales, más ancha y larga la central al ser la principal, donde se ubica el acceso in antis con su profundo atrio y la escalera de caracol que comunica con la primera planta, un salón central cupulado sobre pechinas ¿que propician el paso del cuadrado de la planta al octógono de la cúpula- que alojaba a los oyentes de las veladas musicales y otra sala, seguramente el comedor, abierta al jardín posterior, que constituyen las estancias más públicas y representativas; en las dos bandas laterales se disponen las habitaciones privadas para el infante don Gabriel y su esposa, cada una con su desarrollo independiente, con dos cuartos y una salida central al jardín, correspondientes a las puertas de las fachadas laterales. Si bien funcionalmente las habitaciones se agrupan en estas tres bandas paralelas, visualmente existe una relación transversal de otras tres franjas con el jardín: entre las habitaciones septentrionales y el acceso, el salón central y las dos salidas al jardín y entre los tres cuartos meridionales, que Sambricio denominó ejes de luz. Esta compacta planta se repite en el piso superior alrededor del gran hueco del salón central ¿excepto en el vestíbulo, con una terraza-, rodeado por pequeños cuartos con bóveda de cañón que se abren a dicho espacio y que permitían albergar a una pequeña orquesta de cámara. El interior, aunque variado en parte, conserva todavía su espléndida decoración ¿menos elaborada que la de la Casita de Abajo-, entre la que destacan los frisos pompeyanos con motivos musicales de la cúpula principal. Ha sido considerado este conjunto como el ejemplo máximo del Neoclasicismo español, en referencia a un grupo de obras que recuperan los principios renacentistas italianos de la jardinería de Felipe II en la España de la segunda mitad del siglo XVIII en franca contraposición al modelo francés imperante. Pero estos jardines, tradicionalmente atribuidos al propio Villanueva, presentan, además de dispositivos de proyecto clásicos, fuertes rasgos hispanos que tienden a la fragmentación del conjunto y a la ruptura de la visión perspectiva: mientras que un importante eje longitudinal ordena todo el conjunto, incluido el acceso, el casino y la terraza superior ajardinada, el arquitecto dispone dos jardines de cuadros simétricos y paralelos a este eje central, de mayor longitud pero a una cota más baja; estos dos desarrollos laterales compiten con la axialidad principal y genera recorridos acodados típicos del mundo español; además, el habitual gradiente entre Arquitectura y Naturaleza, tan desarrollado en la jardinería renacentista en nuestro país, se perturba al eliminar el selvático entre el jardín de cuadros y el bosque de caza, pues el huerto se introduce lateralmente. Tras la transformación de este coto de caza en parque para la reina María Josefa Amalia desde 1824, el edificio y jardines cayeron en una etapa de decadencia, hasta que fue arrendado a la Escuela de Ingenieros de Montes en 1878, época en la que se plantaron las coníferas y sufrió el jardín importantes cambios. En 1931, cuando era la Estación de Ensayo de Semillas, fue declarada Monumento Histórico-Artístico junto a los jardines y tuvo que ser restaurada tres años después por el arquitecto Miguel Durán tras sufrir un incendio; de nuevo intervino en ella Fernando Chueca en 1947 y en 1960 Ramón Andrada, esta vez para albergar la residencia del entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. Los jardines de la Casita del Infante: Los jardines, terminados un año después, en 1774, fueron plantados por el florentino Luis Lemmi sobre la traza de Villanueva. El conjunto se compone de cuatro partes asociadas a diferentes niveles y unidas por un eje de simetría longitudinal: una primera de acceso, la de mayor cota, que contiene dos pabellones de servicio, separados por una exedra con dos garitones anejos donde se abre la puerta de entrada; la segunda, que alberga la residencia, desplazada hacia el norte para favorecer el desarrollo del jardín en la terraza meridional superior; la tercera, con unos jardines dispuestos en un plano inferior que rodea por tres de sus lados a la anterior, y, por último, el soto de caza. En la prolongación de este eje principal se desarrolla la terraza superior del jardín; en ella de dispone un elegante comedor pétreo al aire libre, rodeado de cuadros bajos ¿todas las coníferas son posteriores y ajenas al proyecto inicial-, rematado con una fuente que organiza un hemiciclo introducido en la terraza inferior y a la que se llega mediante una escalinata. Otros dos pequeños grupos de peldaños laterales llevan en el eje transversal de la Casita a dicho plano aterrazado, compuesto por dos franjas asimismo de cuadros bajos con sencillas fuentes romboidales que discurren paralelas al eje longitudinal y que terminan en un amplio espacio enarenado abierto con una barandilla de hierro al soto de caza; esta barandilla, que rodea toda la terraza inferior, se abre también lateralmente para alcanzar la naturaleza exterior. La Casita de Arriba constituye un espléndido ejemplo de implantación de la arquitectura en su entorno inmediato, donde la integración entre la residencia y los jardines aterrazados que le acompañan refleja una coherencia y unidad de ambos hechos arquitectónicos conjugados en la villa, la Arquitectura y la Naturaleza artificial, manifestadas a su vez en la organización jerárquica tanto de la casa como del jardín en bandas paralelas al eje principal.

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Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

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