Fuente del Seminario

Otro nombre del bien:
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/012
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: I-26
Georeferencia: UTM-X: 402415, UTM-Y: 4493321 / Longitud: -4º09’11», Latitud: 40º35’05»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – . : . Otra figura:
Estado actual: -FUENTE EN ZONA DE RECREO -FUENTE ABREVADERO, EN ZONA AGRÍCOLA Y GANADERA.

Localización:
Acceso: DHESA DE LA HERRERÍA ENTRAR POR LA PUERTA DE ENTRADA PEATONAL A LA DEHESA DE LA HERRERÍA, EN PASEO DE CARLOS III, FRENTE AL NÚMERO 6. CAMINAR DURANTE 50 METROS EN DIRECCIÓN SUR EN LA BIFURCACIÓN TOMAR EL CAMINO DE LA DERECHA, SEGUIR DURANTE 400 M-
Superficie: 799 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: EL ELEMENTO VISUALIZADO EN LA LOCALIZACIÓN DE ESTE BIEN ES UN CONJUNTO DE SILLARES DE GRANITO AGRUPADOS QUE ENMARCAN EL CAMINO. LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS SILLARES LLEVAN A RELACIONAR ESTE ELEMENTO CON LA REFERENCIA, QUE EN «ARQUITECTURA Y DESARROLLO (1998)», HAY AL CLUB DE GOLF: «ASIMISMO EN 1950 SE PROYECTA EL CAMPO DE GOLF DE EL ESCORIAL EN TERRENOS CEDIDOS PARA ELLO POR PATRIMONIO NACIONAL; EN UN PRIMER MOMENTO SE ADJUDICARON 30 HA. LINDANTES CON LA TAPIA DE LA CASITA DEL PRÍNCIPE, LA LÍNEA DEL FERROCARRIL, EL ARROYO AULENCIA Y LA CARRETERA QUE VA AL CAMPAMENTO DEL BUEN AIRE, LO QUE SUPONÍA UN 10% DE LA EXTENSIÓN DE LA HERRERÍA. NO SE SABE CON CERTEZA PORQUÉ SE CAMBIÓ LA LOCALIZACIÓN PREVISTA A OTRO LUGAR DE LA FINCA, EN CONCRETO A LA ZONA NOROESTE, JUSTO AL LADO OPUESTO, PERO LO CIERTO ES QUE EN 1967 SE CONSTRUYE EL CLUB EN EL NUEVO EMPLAZAMIENTO, CUENTA CON UN CAMPO DE GOLF DE 18 HOYOS, ASÍ COMO UN EDIFICIO PARA CLUB SOCIAL. ESTE ÚLTIMO, PROYECTADO POR RAMÓN ANDRADA, JOSÉ LUIS MARTÍN Y MARIANO BAYÓN. ES UN SENCILLO EDIFICIO, A DECIR DE SUS AUTORES «SIN MAYORES PRETENSIONES, CON UNA ARQUITECTURA DE NUESTRO TIEMPO, EN UN COMPROMETIDO AMBIENTE ESCURIALENSE, CON UN EJEMPLAR EMPLEO DEL GRANITO, DE LA PIZARRA, DEL HIERRO Y DEL PLOMO, SIN CAER EN LA PIRUETA O EN EL BOBALICÓN FLORKLORE «. UN DATO CURIOSO SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DEL EDIFICIO ES QUE LOS SILLARES DE GRANITO USADOS EN ÉL SON LOS DE UN PUENTE SOBRE EL ARROYO DE TROFAS, EN EL MONTE DEL PARDO, QUE SE ARRUINÓ A CAUSA DE UNA RIADA Y FUE SUSTITUIDO POR OTRO DE HORMIGÓN. ASIMISMO Y SEGÚN INFORMACIÓN DEL HISTORIADOR DE PATRIMONIO NACIONAL, JOSÉ LUIS SANCHO, LA PUERTA DE ACCESO AL CLUB FUE CONSTRUIDA EN ESA MISMA ÉPOCA CON PARTE DE LOS CITADOS SILLARES.» «ARQUITECTURA Y DESARROLLO URBANO (1998)», PÁGINA 287. LA PORTADA DEL CLUB DE GOLF, QUE SE LOCALIZA SIGUIENDO EL CAMINO (CM/0131/013), ES UNA CONSTRUCCIÓN BIEN DEFINIDA Y, APARENTEMENTE VINCULADA AL ACCESO AL CLUB. POR ELLO, LA PUERTA DE ACCESO QUE DESCRIBE «ARQUITECTURA Y DESARROLLO (1998)», PODRÍA SER EL PRESENTE BIEN. NO SE DESCARTA, A PARTIR DE SU LOCALIZACIÓN, QUE EN ESTA UBICACIÓN SE LOCALICE UNO DE LOS ACCESOS HISTÓRICOS A LA DEHESA.

Descripción general: LA DEHESA DE LA HERRERÍA ACTUALMENTE PROPIEDAD DE PATRIMONIO NACIONAL, SE ENCUENTRA SITUADA AL SUR Y AL ESTE DE EL ESCORIAL, EN LOS TERRENOS DE AMBOS TÉRMINOS MUNICIPALES. LIMITA AL NORTE CON LA M-536 CARRETERA DE ROBLEDO Y AL SUR CON LAS LADERAS DE LAS MACHOTAS. SE TIENE CONSTANCIA DE SU EXISTENCIA EN ESTA ZONA DESDE EL SIGLO XIII, YA EN EL LIBRO DE MONTERÍA DE ALFONSO XI SE HABLA DE LA EXISTENCIA EN ESTA ZONA DE FERRERÍAS. DESPUÉS SE USARÍA COMO TIERRA PARA EL GANADO EXPLOTADO PARA SU PROPIETARIO POR FAMILIAS QUE VIVÍAN EN CASAS PAJIZAS O HERRENES. SE CONSTRUYÓ UNA IGLESIA PARA LOS SERVICIOS RELIGIOSOS MÍNIMOS DENOMINADA NUESTRA SEÑORA DE LA HERRERÍA EN LOS SIGLOS XV Y XVI. LA DEHESA PERTENECIÓ A JUAN GÓMEZ DE SAN ROMÁN. PASARON POR AÑOS DE MAYOR O MENOS ESPLENDOR HASTA QUE FELIPE II LAS COMPRARA EN 1562 PARA LA PROPIEDAD DE LA CORONA POR 15000 DUCADOS DE ORO. DE ESTA FORMA EL MONASTERIO QUEDARÍA RODEADO DE UNA MASA VEGETAL EXTENSA PARA RESALTAR SU BELLEZA. SE DISEÑAN LOS ESPACIOS QUE SERÍAN DEDICADOS A DIFERENTES ACTIVIDADES: LAS HUERTAS, LOS PRADOS Y EL APROVECHAMIENTO DE CURSOS DE AGUA. DURANTE EL SIGLO XIX LAS DIFERENTES FUENTES NATURALES QUE EXISTÍAN EN LA HERRERÍA SE CANALIZAN, REALIZANDO EN SU ENTORNO PEQUEÑAS CONSTRUCCIONES PARA EMBELLECERSE.

Descripción del bien: LA FUENTE DEL SEMINARIO FUE CONSTRUÍDA POR DESEO DE ISABEL II, SUS AGUAS VENÍAN DE MATALASFUENTES O RENIA DE LAS FUENTES, SITUADA EN EL MISMO MANANTIAL UN POCO MÁS ARRIBA. SE TRATA DE UNA CONSTRUCCIÓN FORMADA POR UN MURO DE SILLARES GRANÍTICOS EN FORMA DE U, REMATADO POR UN ZÓCALO DEL MISMO MATERIAL QUE CIERRA LOS LADOS MÁS CORTOS CON UNA PIEZA PÉTREA EN FORMA DE MÉNSULA. EN SU PARTE CENTRAL SE SITÚA UN CUERPO RESALTADO, CON SENCILLA ORNAMENTACIÓN, EN DONDE SE EMPLAZA EL CAÑO QUE VIERTE A UN PILÓN DE PEQUEÑAS DIMENSIONES.

Bienes muebles:

Justificación: -ISABEL II
Fuentes de información del bien: Fuentes cartográficas: -CARTOGRAFÍA MILITAR DE ESPAÑA, 18-21, E: 1:50.0000, San Lorenzo de El Escorial, mapa general serie L. -CARTOGRAFÍA MILITAR DE ESPAÑA, mapa especial, E: 1:10.000, San Lorenzo de El Escorial. Iconográficas: Plano de Rutas por San Lorenzo de El Escorial, «La Herrería y las Machotas», Plan de Excelencia Turística de San Lorenzo de El Escorial.

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Fuente nueva / Fuente del abrevadero

Otro nombre del bien:
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/019
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: I-35
Georeferencia: UTM-X: 405691, UTM-Y: 4496400 / Longitud: -4º06’53», Latitud: 40º36’46»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – . : . Otra figura:
Estado actual: -FUENTE Y ZONA DE RECREO -FUENTE EN LUGAR DE DESCANSO EN CARRETERA DE SAN LORENZO A NAVACERRADA. SE ENCUENTRA EN BUEN ESTADO DE CONSERVACIÓN AUNQUE ESTÁ LLENA DE PINTADAS POR LA PARTE POSTERIOR.

Localización:
Acceso: TOMANDO LA SALIDA 47 DE LA A-6 HACIA LA M-600 DIRECCIÓN EL ESCORIAL, SEGUIR POR LA CARRETERA M-600 DURANTE 5,8 KM. LA FUENTE SE ENCUENTRA A LA DERECHA PASADA LA ENTRADA A LA URBANIZACIÓN LA PIZARRA, FRENTE A LA ENTRADA A UNA FÁBRICA.
Superficie: 2497 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: LA DEHESA DE LA HERRERÍA ACTUALMENTE PROPIEDAD DE PATRIMONIO NACIONAL, SE ENCUENTRA SITUADA AL SUR Y AL ESTE DE EL ESCORIAL, EN LOS TERRENOS DE AMBOS TÉRMINOS MUNICIPALES. LIMITA AL NORTE CON LA M-536 CARRETERA DE ROBLEDO Y AL SUR CON LAS LADERAS DE LAS MACHOTAS. SE TIENE CONSTANCIA DE SU EXISTENCIA EN ESTA ZONA DESDE EL SIGLO XIII, YA EN EL LIBRO DE MONTERÍA DE ALFONSO XI SE HABLA DE LA EXISTENCIA EN ESTA ZONA DE FERRERÍAS. DESPUÉS SE USARÍA COMO TIERRA PARA EL GANADO EXPLOTADO PARA SU PROPIETARIO POR FAMILIAS QUE VIVÍAN EN CASAS PAJIZAS O HERRENES. SE CONSTRUYÓ UNA IGLESIA PARA LOS SERVICIOS RELIGIOSOS MÍNIMOS DENOMINADA NUESTRA SEÑORA DE LA HERRERÍA EN LOS SIGLOS XV Y XVI. LA DEHESA PERTENECIÓ A JUAN GÓMEZ DE SAN ROMÁN. PASARON POR AÑOS DE MAYOR O MENOS ESPLENDOR HASTA QUE FELIPE II LAS COMPRARA EN 1562 PARA LA PROPIEDAD DE LA CORONA POR 15000 DUCADOS DE ORO. DE ESTA FORMA EL MONASTERIO QUEDARÍA RODEADO DE UNA MASA VEGETAL EXTENSA PARA RESALTAR SU BELLEZA. SE DISEÑAN LOS ESPACIOS QUE SERÍAN DEDICADOS A DIFERENTES ACTIVIDADES: LAS HUERTAS, LOS PRADOS Y EL APROVECHAMIENTO DE CURSOS DE AGUA. DURANTE EL SIGLO XIX LAS DIFERENTES FUENTES NATURALES QUE EXISTÍAN EN LA HERRERÍA SE CANALIZAN, REALIZANDO EN SU ENTORNO PEQUEÑAS CONSTRUCCIONES PARA EMBELLECERSE.

Descripción general: FERNANDO VII MANDARÁ COLOCAR LA FUENTE NUEVA, QUE SE ENCUENTRA EN LAS INMEDIACIONES DEL SEMINARIO JUNTO A LA ENTRADA DE LA URBANIZACIÓN DE LA PIZARRA, FRENTE A LA ENTRADA A UNA FÁBRICA.

Descripción del bien: POSEE UN TRAZADO MUY ELEMENTAL A BASE DE SILLARES DE PIEDRA. UN ESTRECHO BLOQUE PRISMÁTICO SE ALZA SOBRE UN PILÓN MUY BAJO, DE DOS TRAMOS Y ENLOSADO DE GRANITO, CONTORNEANDO POR UN BORDILLO SIMPLE Y RECTO. TIENE DOS SENCILLOS CAÑOS Y LLEVA EN SU FRONTISPICIO UNA LÁPIDA EN LA QUE DICE: «DIOS HIZO QUE YO MANASE. FERNANDO QUE AQUÍ VINIESE PORQUE EL SEDIENTO BEBIESE. Y AL DIOS Y AL REY ALABASE». LA CORONACIÓN, SOBRE UNA FINA CORNISA CON UNA ESTRECHA MOLDURA, ESTÁ REALIZADA A BASE DE PIEZAS DE GRANITO TALLADAS, COMO UN TEJADILLO DE VERTIENTES CÓNCAVAS. SUPERFICIE: 6 M2.

Bienes muebles:

Justificación: -FERNANDO VII
Fuentes de información del bien: Fuentes cartográficas: -CARTOGRAFÍA MILITAR DE ESPAÑA 18-21, E: 1:50.000, San Lorenzo de El Escorial, mapa general serie L. -CARTOGRAFÍA MILITAR DE ESPAÑA, mapa especial, E: 1:10.000, San Lorenzo de El Escorial. e iconográficas-PLAN DEL CAMINO QUE SE PROYECTA EJECUTAR DESDE EL REAL SITIO DE SAN LORENZO A GUADARRAMA. PROYECTO DE JUAN DE VILLANUEVA, 1788. AGP. Plano 718.

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Monasterio de San Lorenzo de El Escorial

Otro nombre del bien:
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/023
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: I-8
Georeferencia: UTM-X: 402943, UTM-Y: 4493603 / Longitud: -4º08’48», Latitud: 40º35’15»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural- BIC- (declarado); Monumento; ; Declaración de bien de interés cultural de PALACIO MONASTERIO Y JARDINES – 03/06/31; Estatal; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Religioso, Docente, Institucional, representativo.

Localización: Avenida Juan de Borbón y Battenberg, 1
Acceso:
Superficie: 319017 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Monasterio 1562-1584: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera siglo XVIII: Juan de Villanueva Felipe II concibe construir el Monasterio por el reconocimiento por la victoria de San Quintín, que tuvo lugar el día de San Lorenzo de 1557 y el deseo de erigir un mausoleo en memoria de sus padres y de él mismo, puesto bajo la advocación de San Lorenzo. También son conocidas las motivaciones que llevó a Felipe II la elección del lugar: la proximidad a la Corte en Madrid, la adecuación del entorno físico a las normas vitruvianas y por último, las condiciones que exigían los frailes jerónimos. El monasterio se plantea según un eje principal este-oeste y en el lugar donde los vientos dominantes no azotan directamente. Basándose en los deseos expresos de Felipe II, Juan Bautista de Toledo, nombrado arquitecto real, proyectó un edificio integrado por un palacio, una iglesia y un convento con capacidad para albergar inicialmente 50 religiosos, dividido en tres sectores. En el meriodional se sitúa el convento, organizado alrededor de un patio y claustro principal y de otros cuatro pequeños. En la parte central, tras el gran patio de acceso se dispone la Basílica y abrazando la cabecera, en el extremo oriental, las estancias privadas del palacio con los aposentos reales. Y finalmente , en el tercio norte, se sitúa la zona de palacio distribuida entorno a un gran patio principal y cuatro de servicios. Es decir, inicialmente no se contó con el colegio y el seminario, ni tampoco con las dependencias hospitalarias ni de servicio. En el proyecto inicial el edificio presentaba dos alturas diferentes, planteándose menor altura en la mitad occidental que en la oriental. El aspecto monacal se rompía con la ubicación de las dos torres palaciegas en los extremos de la fachada principal, mas bajas que las otras dos orientales. En cuanto al templo, Toledo lo concibió centralizado, con cinco cúpulas y flanqueado por dos torres. Sobre este modelo y trazas de 1562 Felipe II pidió consejo a varios arquitectos. Tras el fallecimiento de Juan Bautista de Toledo, en 1567, Juan de Herrera, su ayudante, es nombrado arquitecto real, aportando cambios en el sistema constructivo y en la organización, con innovaciones que acelerarían el ritmo de las obras. En 1571 llegaron al Monasterio el rey con su corte y parte de los religiosos y en 1583 se habían terminado las obras en la Basílica y Jacome da Trezzo comenzaría los trabajos de labrado del tabernáculo y las relacionadas con el marco arquitetónico del retablo mayor que Pompeo Leoni completaría con sus figuras de bronce. En 1584 se colocaba la última piedra del monasterio.

Descripción del bien: Monasterio 1562-1584: Juan Bautista de Toledo, Juan de Herrera siglo XVIII: Juan de Villanueva El monasterio presenta una planta rectangular (207 x 162 m), siendo sus fachadas mayores del naciente y las del poniente. El acceso principal se encuentra en la fachada oeste del edificio. A esta fachada se abren tres puertas: el pórtico principal en el centro, resaltado por un frontispicio, y dos puertas laterales, a la derecha la del convento que es realmente la entrada a las cocinas, y a la izquierda, la del colegio de Alfonso XII. El pórtico principal consta de dos cuerpos o pisos claramente diferenciados. El inferior enlaza la cornisa de su entablamento con la general el edificio. Sobre la cornisa, a ambos extremos, se disponen dos parejas de pirámides rematadas con bolas, apoyadas sobre pedestales, situadas en la misma vertical de las columnas inferiores. El conjunto de la fachada oeste aparece flanqueado por las torres de la Botica en su extremo meridional, y del colegio. Las dos puertas laterales situadas a ambos lados de la puerta principal están enmarcadas por pilastras adosadas. La fachada norte, enmarcada por la torre de las damas y la del colegio, presentan dos pisos y esta articulada mediante pilastras superpuestas, al igual que la del poniente. Sus tres puertas adinteladas son del mismo tamaño, siendo la del extremo oriental la puerta principal del Palacio, la central la del acceso a las cocinas, y las mas occidental la comunica con el patio de servicios del colegio. La fachada oriental del monasterio se encuentra delimitada por la torre del prior en el ángulos sur, y la torre de las damas en el norte, dominados en el centro por la cabacera de la Basílica y la cúpula; al igual que en la fachada sur, de imponente dimensión horizontal, el arranque, como una fortificación, es en talud y a él se abren las ventanas de los sótanos. El monumento esta asentado sobre una plataforma, haciéndose mas evidente en las fachadas sur y este, en donde muestra su muro de contención, el Muro de los Nichos, construido con fábrica de sillería. Sobre ella y rodeando las zonas del Convento y Palacio, las mas privadas del Monasterio, se organizan los jardines, de los Frailes y del Palacio, y en los lados norte y oeste la Lonja o atrio de acceso al edificio. Las alas de mediodía y levante se apoyan en las bóvedas que cubren las cantinas iluminadas por las 99 ventanas dispuestas a los largo del talud de arranque de las fachadas. El jardín se comunica con la huerta por medio de tres escaleras, de dos tiros y tres tramos de gradas, situadas en cada uno de los lados, construidas en piedra berroqueña, coincidentes con ejes principales del edificio. En el ala oeste tras pasar la puerta principal se accede a un pórtico, cubierto con una bóveda escarzada de sillería presenta en sus testeros la puerta de entada a la Biblioteca, al patio del colegio, al claustro de la hospedería y al patio del convento. Desde aquí y atravesando una arquería de tres vanos de medio punto se accede al patio de los Reyes, verdadero atrio de la Basílica. La Biblioteca, consta de dos salones superpuestos, estructurada a base de pilastras, molduras y arcos fajones, y cubierta con una bóveda de cañón. El patio de los Reyes, delimitado por los muros del Convento y el Colegio, por el que se accede a aquella mediante siete gradas que remarcan la jerarquía del espacio siguiente. La fachada de la Basílica, la constituye un cuerpo central, flanqueado por dos torres en cada ángulo. Lo integran dos niveles decorados con columnas, uno inferior, hexástilo y dórico, y otro superior de orden toscazo, rematado con un frontón triangular. El espacio basilical se organiza en tres naves, la central mas ancha que las laterales. La jerarquía del crucero, como parte mas importante, queda remarcada por la utilización del orden dórico, de mayores proporciones, incluso que el de la fachada. Cuatro pilares torales constituyen el núcleo sobre el que se asienta la cúpula. Y delimitado por cuatro machones achaflanados en sus vértices exteriores con pilastras pareadas. Sobre el crucero propiamente dicho se asienta una cúpula, cuyo tambor en el que se abren ocho ventanales de medio punto, enlaza con la bóveda mediante pechinas, mientras que la semiesfera de la cúpula se organiza en gajos, rematándose con un óculo y una linterna. El presbiterio, destaca del resto de la iglesia por su ornamentación y materiales utilizados. Se accede a el mediante dos tramos de escalinatas, llegando por una tercera hasta el retablo mayor. Se organiza en torno a un claustro principal alrededor del patio de los Evangelistas y a otros cuatro patios mas pequeños en torno a los cuales se disponen los diferentes servicios. En su parte baja se agrupan la portería, de planta rectangular, cubierta con una bóveda escarzana de tres tramos; la iglesia vieja, también rectangular de otros tres tramos definidos por arcos rebajados y cubiertos con bóvedas vaídas; y la escalera principal, que es una de las piezas mas importantes del monasterio desde el punto de vista arquitectónico. Es de tipo imperial, siendo el tiro de ida mas ancho que los dos laterales de vuelta. Su iluminación se produce a través de vanos termales que enlazan mediante lunetos, con la bóveda. En la planta inferior, en la panda mas oriental del claustro, y unida a la Basílica, se encuentra la sacristía, precedida de un vestíbulo. Cubierta con bóveda rebajada y profusamente decorada, es una de las piezas mas lujosamente tratadas del convento. El claustro, consta de dos pisos de planta cuadrada, cubiertos con bóvedas rebajadas con lunetos, y rematándose en las esquinas con bóveda de aristas. En el piso inferior la bóveda es de fábrica de cantería mientras que en el superior esta hecha con ladrillo y enlucida con yeso blanco. Presenta dos órdenes de arquería de medio punto peraltadas, el inferior dórico, y el superior jónico, separadas mediante una cornisa, resolviéndose las esquinas mediante un cuarto de columna. En su centro se levanta un templete de planta cuadrada con los ángulos achaflanados, cubierto con una cúpula asentada sobre un anillo de modo de tambor. En el sector sureste del convento se abren los cuatro patios chicos, alrededor de cuyos claustros se alojan las celdas y dependencias de los frailes, cuyo nexo de unión lo constituye el patio de luces del convento, siendo éste el centro de iluminación de la zona. Los cuatro patios de servicios constan de tres pisos; las cubiertas de los corredores inferiores se resuelven mediante bóvedas vaídas, mientras que los superiores se cubren con techados de viguería de madera y entrevigado de yeso, solucionándose las esquinas mediante arcos perpiaños. Cada uno de ellos tiene siete vanos por panda, los cuales se marcan mediante arcos rebajados apoyados sobre pilares que en las esquinas toman forma cruciforme. Sobre las cubiertas se alinean dos hileras de buhardillas y en el centro de cada patio se dispone una fuente. En el tercio norte del Monasterio se disponen el Colegio, el Seminario, y el Palacio. El colegio y el seminario ocupan la mitad noroeste y presentan cuatro patios: el del seminario, junto a la torre de los Doctores; el primer y segundo patio del Colegio, lindando con el patio de Reyes, y un cuarto patio dividido a su vez en dos: uno de servicios y otro conocido como el patio del Peladero. Al colegio se accede por la puerta norte del nártex basílical, y su organización en muy semejante a la del convento. El seminario cuenta con su propio refectorio y aula en el oeste, desde donde se puede acceder a la biblioteca. En el Palacio se pueden distinguir dos zonas claramente diferenciadas, el palacio público en el sector noreste, y otra, el palacio privado con los aposentos del Rey, alrededor de la cabecera de la Basílica. Lo único de todo el conjunto palaciego que continua casi intacto es la Sala de las Batallas. Construida por una galería abovedada, con nueve ventanales. Todas las cubiertas del Convento, colegio y Palacio fueron reformadas, cambiando las armaduras de madera. La Biblioteca posee uno de los fondos bibliográficos más valiosos del mundo, no por la cantidad ya que hay alrededor de 50.000 volúmenes, sino por su calidad, siendo especialmente valiosas sus colecciones de manuscritos árabes, hebreos y latinos. La sala abierta al público es una galería abovedada de 54 metros de longitud por 9 de ancho. Está decorada con pinturas de Tibaldi y Carducci, del siglo XVI. El programa iconográfico es muy interesante, en el testero norte está representada la Filosofía, en el opuesto la Teología y entre ambos las siete Artes Liberales: la Gramática, la Retórica, la Dialéctica, la Aritmética, la Música, la Geometría y la Astronomía. El Panteón de Reyes está ubicado justo debajo del Altar Mayor, en él están enterrados prácticamente todos los reyes de España a partir de Carlos I, excepto Felipe V, Fernando VI y Amadeo de Saboya. El Panteón es una sala octogonal, en uno de sus lados está la entrada y en el de enfrente se sitúa un altar con un Cristo en bronce dorado de Domenico Guido. La estancia está decorada con mármoles granates y grises y bronce dorado a fuego. El Panteón de Infantes se realizó a mediados del siglo XIX, en el reinado de Isabel II, y finalizaron las obras en 1886. Construido en mármol blanco de Carrara, está compuesto por nueve salas. En la primera está la escultura en bronce de Isabel II, en actitud orante. La tumba que más destaca de este panteón es la de don Juan de Austria, hijo natural de Carlos V. En otra de las salas hay una gran tumba colectiva en forma de tarta donde, están enterrados algunos de los niños de las familias reales que murieron antes de la Primera Comunión. Los Palacios ocupan parte de la fachada Norte y de la Este, además del saliente de la basílica. Las estancias palaciegas del siglo XVI fueron ocupadas por Felipe II. La primera de ellas se conoce como la Sala de las Batallas, decorada con pinturas realizadas por artistas genoveses: Oracio Cambiaso, Fabricio Castello, Nicolás Granello y Lázaro Tavarone. Se representan escenas de batallas, entre ellas las de la Higueruela y la de San Quintín. En otra de las habitaciones se puede ver la silla litera que transportaba a Felipe II al final de su vida, cuando, por culpa de la enfermedad de la gota apenas podía andar. La Sala de los retratos, la de Cartografía y la del Trono nos llevan hasta el dormitorio donde murió el Rey, caracterizado por su sencillez. El Palacio de los Borbones está decorado a finales del siglo XVIII, con Carlos III y su hijo Carlos IV. Juan de Villanueva interviene en la fachada norte para dotar de acceso a la parte del Monasterio que los borbones habilitan para residencia real, consistiendo principalmente en la apertura de una nueva puerta y en la escalera de comunicación. En el interior destaca la influencia del gusto francés en el estilo de los muebles, porcelanas, lámparas y todo tipo de objetos decorativos. Lo más importante de estas habitaciones es la colección de tapices cuyo diseño está realizado por artistas como Goya, Bayeu y Tenniers, entre otros.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Teatro Real Coliseo de Carlos III

Otro nombre del bien:
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/024
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 402926, UTM-Y: 4493986 / Longitud: -4º08’49», Latitud: 40º35’27»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto 300/1995, de 27 de diciembre, por el que se declara Bien de Interés Cultura en la categoría de Monumento a favor del teatro Real Coliseo de Carlos III, en el municipio de San Lorenzo de El Escorial (Madrid). (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid de 11 de enero de 1996). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural- BIC- (declarado); Monumento; Declaración de bien de interés cultural de TEATRO REAL COLISEO DE CARLOS III – 30/03/95; Declaración de bien de interés cultural de TEATRO REAL COLISEO DE CARLOS III – 27/12/95; Comunidad de Madrid; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Recreativo-Cultural

Localización: Calle Floridablanca, 20
Acceso:
Superficie: 476 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Teatro barroco clasicista; 1771- 1772; S. XVIII Jaime Marquet Obra de Jaime Marquet construida en 1770 por iniciativa de Carlos III, sobre esquema de teatro a la italiana: patio de butacas con dos pisos de palcos y un anfiteatro precedidos de vestíbulos que abrían a la calle. Las fachadas siguen una composición herreriana con muros revocados y recercados de granito con un pasadizo techado entre dos grandes arcos de sillería que conectaba directamente con la Primera Casa de Oficios para proporcionar una entrada discreta para la Corte. En 1869, pasa a manos privadas, se demolió el pasadizo y se remodeló la fachada. Tras años de abandono, se rehabilitó en 1978 con un proyecto de Mariano Bayón, añadiendo un pórtico de acceso de estilo neoclásico a la fachada.

Descripción del bien: Teatro barroco clasicista; 1771- 1772; S. XVIII Jaime Marquet Se construyó entre 1770 y 1771 por iniciativa del rey Carlos III. Su autor será Jaime Marquet, arquitecto francés establecido en España desde los años de Fernando VI y al que el nuevo rey le vinculo a su servicio en la dirección de Correos, donde construiría la Real Casa de Correos de Madrid y varias Casas de Postas , y en los Sitios Reales donde llegó a construir diversas obras, entre las que destacan los teatros de Aranjuez, El Pardo y San Lorenzo. Se sitúa en la calle de los Doctores ( Floridablanca ), mas allá de los Cuarteles de Infantería, en un solar rectangular que hace esquina con la Plaza de la Verdura ( Jacinto Benavente ). Su esquema es de teatro a la italiana, con patio de butacas sobre el que se montaban dos pisos de palcos y uno de anfiteatro, precedidos de vestíbulos que abrían a la calle, y en donde se sitúan dos escaleras laterales. La caja escénica es de dimensiones considerables al igual que la embocadura el escenario. El techo de la sala es plano colgado de la estructura de la cubierta y su sencilla decoración pompeyana se centra en el mecanismo que esconde la lámpara central. Las fachadas seguían la composición herreriana de muros enfoscados, en que los huecos se recercan de granito, y cubierta de pizarra sobre canecillos. En la fachada principal se construyó un paso elevado a la Primera Casa de Oficios para proporcionar una entrada discreta para la Corte, que consistía según el grabado de 1862 del libro de Antonio Rotondo, en un pasadizo techado entre dos grandes arcos de sillería. Completaban al teatro una serie de edificaciones a su servicio entre las que destacaba la trasera Casa de los Cómicos para los aposentos de los actores. Durante los años ochenta Juan de Villanueva realiza diversas reformas. En la Guerra de la Independencia se utilizara como cuartel de las tropas napoleónicas y sufrirá considerables desperfectos, que obligaran a su restauración en 1824. Después de muchas vicisitudes la Corona vende el edificio en 1869, manteniéndose desde entonces como propiedad particular. Su primera transformación será la demolición del pasadizo real sobre la calle remodelándose la fachada al parecer con poco acierto. En el siglo XX, además de cambiar su nombre por el Teatro de Lope de Vega, sufrirá el expolio del techo de la sala y otros daños en su remodelación como salón de cine. Hacia 1970 se producen una cadena de hechos, tanto desde la propiedad como desde el Ayuntamiento de San Lorenzo, que perseguirán la demolición del edificio. Poco después de creara la Sociedad de Fomento y Reconstrucción del Coliseo Real, que adquiere el edificio, segregado de la Casa de Cómicos que se derriba, y comienza su restauración realizada por Mariano Bayón y José Luis Marín que se termina en 1978, inaugurándose como teatro el 30 de abril por la Reina Doña Sofía. En esta restauración además de recuperar los espacios interiores devolviéndoles su esplendor original se construye un pórtico de acceso de estilo neoclásico. Estas obras recibirán en 1978 el Premio de Europa Nostra y en 1980 en premio Nacional de Restauración del Ministerio de Cultura.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casa de Peláez o del Infante Don Gabriel

Otro nombre del bien: Casa del Infante Don Gabriel
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/025
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403200, UTM-Y: 4493876 / Longitud: -4º08’38», Latitud: 40º35’24»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Real Decreto 3456/1983, de 14 de diciembre, por el que se declara monumento histórico – artístico, de carácter nacional, la Casa de Peláez o del Infante don Gabriel, en San Lorenzo de El Escorial (Madrid). (Boletín Oficial del Estado de 14 de febrero de 1984). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural- BIC- (declarado); Monumento; Declaración de Bien de Interés Cultural de CASA DE PELAEZ O DEL INFANTE – 13/10/82; Declaración de bien de interés cultural de CASA DE PELAEZ O DEL INFANTE – 14/12/83; Comunidad de Madrid; Normas Subsidiarias y catálogo; Bueno; Residencial, educativo

Localización: Calle del Rey, 38
Acceso:
Superficie: 3871 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: La torre-fortaleza de Campillo parece remontarse al siglo XV, cuando a instancia del rey Enrique IV se levanta como bastión defensivo ante la presión de sus poderosos vecinos: la Casa de Mendoza, condes del referido Real de Manzanares y marqueses de Santillana. Esto explica su imagen original, que en parte se conoce por vistas pictóricas fechadas al poco de su adquisición real, consistiendo en un volumen potente y cúbico, de planta cuadrada de (23 x 23) m y altura similar a la actual. Su aspecto defensivo se lo proporcionaba una gran solidez constructiva, con gruesos muros de 2 m de espesor y fábrica de mampostería concertada con sillares en los ángulos, así como las garitas cilíndricas, que en éstos sobresalían, y los matacanes en los centros de cada lado, ambos a la altura de la cornisa, sobre la que pudo levantarse un perfil almenado. En el centro de la severa casa fuerte de la ¿fresca y llana dehesa¿ de Campillo existiría un patio de armas, tal vez cubierto y rodeado por una crujía de dependencias, al modo de otras torres del homenaje castellanas de su centuria con las que se relaciona, como las de Oropesa y Guadamur, Arenas de San Pedro, Belmonte de Campos, Sobradillo, Iscar, etc La composición actual de Campillo, no obstante, es fruto de las reformas promovidas en el cruce de los siglos XVI y XVII, ya siendo posesión de la Corona, cuando se pretendió despojarla de su pasado medieval, conservándose de entonces, como elemento más reconocible, su fábrica y su portada, situada en el centro del alzado sur y configurada por un arco de medio punto, con grandes dovelas de piedra y alfiz remarcándolo. El primer arquitecto encargado de intervenir en la fortaleza fue el maestro mayor de las obras reales Francisco de Mora, quién en 1595 proponía: la supresión en el piso bajo de las caballerizas y el mantenimiento de su sala para los criados, ejecutando una chimenea, que se conserva; la adecuación de la habitación cuadrada del nivel primero para la capilla de S.M., suprimiendo la doble altura del zaguán; y la distribución de los cuartos reales privados en el segundo o principal, los de Felipe II posiblemente en la crujía del mediodía y los de la infanta Isabel Clara Eugenia, su hija, mirando al cierzo. En el centro de este nivel, y en toda la altura restante del edificio, se mantendría el referido patio cuadrado, seguramente cubriéndolo con un forjado horizontal, que ocultaba la armadura del tejado, sustituyendo a otra solución, pues en los documentos se menciona la existencia de un cimborrio en el último nivel. Las cinco alturas quedaban comunicadas por una elegante escalera, toda de piedra, situada en el ángulo sureste, próxima a la entrada, la cual habría de ser reparada o reconstruida por Mora, de modo que resultaría su planta cuadrada y de cuatro tramos sobre zancas abovedadas, alrededor de un gran ojo central, del que se protege con un antepecho ciego labrado, existiendo en su arranque un pozo que comunica con largas galerías subterráneas, sin duda para la traída de agua. Además, cerca del ángulo noreste, adosó el arquitecto a la fachada un curioso cubo semicircular de cantería, de escasa sección y macizo, excepto a cota inferior, con tres puertas que abren al exterior, y en el tejado, el cual es posible que tuviera otras conexiones en las demás plantas, hoy cegadas, pues como algún autor sugiere podría haber sido usado como montacargas para las viandas En cuanto a los alzados, Francisco de Mora los reformaría siguiendo cánones clásicos, horadándoles hasta hacerles perder su carácter masivo y cerrado, propio de toda torre fortificada. De este modo, habría de crear tres ejes verticales de huecos en cada frente, con nuevas ventanas abalconadas, rectangulares, bien proporcionadas, aunque aprovechando en parte las antiguas, al aumentar el ancho de las medievales o saeteras, y tapiando las discordes con la composición. Va a ser un nuevo rey, Felipe III, el que encargue a su arquitecto Juan Gómez de Mora, sobrino y sucesor del precedente, nuevas reformas notables en Campillo a partir de 1612, que básicamente consistieron en la reforma de los frentes del patio interior y la supresión de los garitones o matacanes medievales de los exteriores, contradictorios y faltos de armonía con la solución clasicista, unas obras que, por falta de liquidez, se prolongarían hasta 1624. De las dos, la más importante sería la primera actuación, aun cuando su diseño pudo recoger lo hecho por su tío cuatro lustros antes, resultando un magnífico espacio, a modo de sala de armas o representaciones, obra singularísima de la escuela herreriana configurada por dobles arcos de medio punto, de piedra, adovelados y superpuestos en los lados oriental y occidental, con puertas adinteladas en los restantes, con guarniciones sencillas de cantería y destinadas a las diferentes habitaciones. Como el piso intermedio o tercero se abría al vacío, se rodeó su perímetro con un forjado de madera volado, que haría las veces de corredor, cerrado por una baranda del mismo material, mientras que el cuarto quedo conformado en todas su orientaciones con un triforio con triples arcos de piedra de medio punto, en armonía con los inferiores. A juicio del propio Gómez de Mora, Campillo habría de acabar resultando una casa fuerte, adaptada a los nuevos usos sociales, para que los reyes, su séquito y sus criados pudieran residir en ella cuando acudían a disfrutar de las actividades cinegéticas, logrando en ¿poco sitio¿. mucha comodidad¿. A ello también habría de contribuir el levantamiento entre 1612 y 1613, y en las proximidades de la torre, de una fuente rústica de piedra junto a la colada que unía aquélla y la iglesia, al parecer ahora bajo la advocación de Santa Filomena, y que se dirigía a Monesterio, así como unas casas de oficios y caballerizas. Éstas constan de un solo piso y planta en U, con una interesante solución en la fachada del brazo central y mayor, ocupado por las segundas, a base de puertas y huecos cuadrados superiores para ventilación e iluminación, que se repiten uniformemente. El interior lo conformaba una gran nave abovedada, amplia y despejada, cerrada por los dos brazos extremos, que se destinaban a viviendas. Se convirtió así esta posesión en lugar del favor real, por ser mucha su caza mayor y menor, eligiéndola simbólicamente Felipe IV para despedir en uno de sus altozanos al Príncipe de Gales, tras su visita a la corte española, encomendándole en 1623 al mismo Gómez de Mora la erección en este punto de una columna trofeo a modo de remembranza, que se conserva en gran medida. Es una afición por Campillo que permanece constante en la dinastía sucesora, la Casa de Borbón, hasta el punto de ser muchas veces preferida por sus príncipes e infantes en vez del palacio del Monasterio como sitio de pernocta, especialmente en sus desplazamientos a La Granja y Madrid durante el siglo XVIII.

Descripción general: Casa palacio:1770- 1776; S. XVIII De autor desconocido, esta casa-palacio se construyó para alojamiento de las familias de los infantes, hijos de Carlos IV. Se organiza entorno a dos patios alargados, con fachadas de sillería, combinado con revocos en la última planta, en las que destacan las esquinas curvas. En la fachada principal a la lonja, se conserva el orden de las casas de oficios y el monasterio, con un ritmo continuo y uniforme de huecos, cuyas guarniciones resaltan sobre el paramento liso de piedra. Ha sido objeto de una profunda reforma para centro de estudios universitarios.

Descripción del bien: Casa palacio:1792-1803-1808; S. XVIII-XIX El proyecto de este edificio es de 1792, pero su propietario no puede llevar a cabo las obras y en 1803 se pone a la venta. Se interesan por ella los Infantes Carlos María Isidro y Francisco de Paula, hijos de Carlos IV para el alojamiento de sus familias en su estancia del Sitio Real. Se atribuye al arquitecto Juan de Villanueva su reforma y ampliación entre 1803 y 1808. Después de la Guerra de la Independencia, sigue un periodo de abandono hasta finales del siglo XIX, que pasa a propiedad municipal. En 1909 es adquirida por el abogado José Peláez Urquina y será conocida como ¿Casa de Peláez¿. Se trata de un caserón de planta mas bien rectangular, excepto en el frente al Camino de Madrid con el que se alinea, organizado en torno a dos largos patios paralelos. El fuerte desnivel del terreno existente entre sus dos frentes hace que el principal a la calle Infantes tenga una planta baja de gran altura, con entreplanta y dos plantas superiores, y en el frente posterior solo asomen estas dos, perfilándose en los frentes laterales. Sus fachadas son de sillería, completa la principal y las plantas bajas de las demás, siendo la ultima planta revocada, con huecos recercados, una potente cornisa y cubierta de pizarra con buhardillas. Una peculiaridad de este edificio es que tiene las esquinas redondeadas, motivo infrecuente en San Lorenzo y en las obras de Juan de Villanueva. Hacia 1980 se realizan unas importantes obras dirigidas por Miguel Oriol para su conversión en un centro de estudios universitarios en las que prácticamente se vaciara el edificio y se reedificará de nueva planta. (Edificio Euroforum). Descripción constructiva: La casa tiene planta rectangular, con su lado mayor casi cinco veces el menor, y tres niveles, semisótano de acceso, bajo y principal, además de las buhardillas, por lo que presenta una imagen muy horizontal. La gran pendiente del terreno provoca diferencias de alturas entre la fachada principal y posterior, debiendo situarse el piso bajo en la cota superior, al que se puede acceder directamente del patio largo, estrecho y de servicios que separa, que separa el edificio del nuevo muro de contención del plantel, provocando la aparición de un semisótano, visible en los frentes laterales, y fundamentalmente hacia la lonja, a modo de basamento ciego sobre el que se apoya el edificio, solo roto en el extremo con los accesos; dispuestos simétricamente creando ejes compositivos perpendiculares a la fachada. En la fachada principal a la lonja, se conserva el orden de las casas de oficios y el monasterio, con un ritmo continuo y uniforme de huecos, cuyas guarniciones resaltan sobre el paramento liso de piedra. También las líneas de imposta altean su desnudez, dividiendo las tres alturas, y la sencilla cornisa que le separa de la cubierta abuhardillada. El frente posterior, de solo dos pisos, debido al desnivel, el muro esta enfoscado y se reserva las piedras para las impostas, cornisas, recercados de huecos y cadenas de las esquinas, lo que acentúa la intención de tratar este alzado como secundario, nunca visto frontalmente de forma completa.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Finca Monesterio

Otro nombre del bien: Casas Reales de Campillo y Monesterio
Municipio: San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0131/027
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico: I-86
Georeferencia: UTM-X: 411057, UTM-Y: 4499135 / Longitud: -4º03’06», Latitud: 40º38’17»

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – . Incoación: Resolución de 30 de octubre de 2003.. Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual: Bien de interés cultural -BIC- (incoado); Monumento; Declaración de Bien de Interés Cultural de FINCA «MONESTERIO» – 30/10/03; ; Comunidad de Madrid; Normas Subsidiarias y catálogo; Ruina parcial; Agropecuario

Localización: Polígono 3 Parcela 3. El Porche.,
Acceso:
Superficie: 233451 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: LA DEHESA DE LA HERRERÍA ACTUALMENTE PROPIEDAD DE PATRIMONIO NACIONAL, SE ENCUENTRA SITUADA AL SUR Y AL ESTE DE EL ESCORIAL, EN LOS TERRENOS DE AMBOS TÉRMINOS MUNICIPALES. LIMITA AL NORTE CON LA M-536 CARRETERA DE ROBLEDO Y AL SUR CON LAS LADERAS DE LAS MACHOTAS. SE TIENE CONSTANCIA DE SU EXISTENCIA EN ESTA ZONA DESDE EL SIGLO XIII, YA EN EL LIBRO DE MONTERÍA DE ALFONSO XI SE HABLA DE LA EXISTENCIA EN ESTA ZONA DE FERRERÍAS. DESPUÉS SE USARÍA COMO TIERRA PARA EL GANADO EXPLOTADO PARA SU PROPIETARIO POR FAMILIAS QUE VIVÍAN EN CASAS PAJIZAS O HERRENES. SE CONSTRUYÓ UNA IGLESIA PARA LOS SERVICIOS RELIGIOSOS MÍNIMOS DENOMINADA NUESTRA SEÑORA DE LA HERRERÍA EN LOS SIGLOS XV Y XVI. LA DEHESA PERTENECIÓ A JUAN GÓMEZ DE SAN ROMÁN. PASARON POR AÑOS DE MAYOR O MENOS ESPLENDOR HASTA QUE FELIPE II LAS COMPRARA EN 1562 PARA LA PROPIEDAD DE LA CORONA POR 15000 DUCADOS DE ORO. DE ESTA FORMA EL MONASTERIO QUEDARÍA RODEADO DE UNA MASA VEGETAL EXTENSA PARA RESALTAR SU BELLEZA. SE DISEÑAN LOS ESPACIOS QUE SERÍAN DEDICADOS A DIFERENTES ACTIVIDADES: LAS HUERTAS, LOS PRADOS Y EL APROVECHAMIENTO DE CURSOS DE AGUA. DURANTE EL SIGLO XIX LAS DIFERENTES FUENTES NATURALES QUE EXISTÍAN EN LA HERRERÍA SE CANALIZAN, REALIZANDO EN SU ENTORNO PEQUEÑAS CONSTRUCCIONES PARA EMBELLECERSE.

Descripción general: Finca Monesterio: siglos XVI-XVII Campillo y Monesterio son testimonios de un poblamiento medieval desaparecido por los deseos de su reconversión del rey Felipe II y del gusto generalizado de los Austrias y Borbones por el contacto con la naturaleza escurialense. Son, además, piezas únicas de arquitectura que reflejan el pensamiento herreriano, de Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez de Mora, todas condiciones suficientes que exigirían su permanente protección y la de su entorno, indisociablemente. Los restos de la Casa de Monesterio se fechan a finales del siguiente XVI, siendo la imagen actual fruto de las actuaciones de los arquitectos Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez de Mora. El edifico consta de dos plantas y tres crujías paralelas a las fachadas laterales y dos galerías en las en la fachada principal y posterior. La primera planta a la que se llegaba por sendas escaleras, una en la crujía norte y la otra en el sur, contaba con dos galerías en las fachadas mas cortas. Su fábrica de sillería perfectamente labrada y encajada, y su cubierta posiblemente en su origen de pizarra, en la actualidad es de teja curva, y hoy en día en estado ruinoso. Quedan así mismo restos de la puerta de acceso perteneciente posiblemente a la casona edificada por Don Gutierre de Cárdenas, formada por un arco de medio punto con largas dovelas rematado por alfiz. La ocupación de la Casa durante la Invasión Francesa y el abandono sufrido desde 1839, han supuesto el desmoronamiento de sus pórticos. Ambas, Campillo y Monesterio, permanecieron vinculadas a los bienes de la Corona hasta la desamortización de 1868, en que habrían de pasar a manos privadas. Además de la Casa, se conservan los tres puentes que salvaban el Guadarrama, y los dos Guateles en el camino que enlazaban Campillo con Monesterio. Construidos inicialmente en madera con pilas pétreas, se sustituyeron por unos más sólidos en sillería coronados por un chapitel, un pináculo y una bola, también pétreos. Los puentes que salvaban los Guateles son en sillería, de un solo arco, con pretil, presentando un muro que sirve de apoyo al tablero, construido en sillares finamente labrados.

Descripción del bien: Finca Monesterio: siglos XVI-XVII Francisco de Mora, Juan Gómez de Mora La Finca Monesterio, al igual que Campillo tuvieron como origen común el haber pertenecido de antiguo al Real de Manzanares, segregados y adquiridos después para señorío del linaje de los Cárdenas y vendidos finalmente por su titular el Duque de Maqueda al rey Felipe II en 1595. No queriendo el Monarca otro vecindario en el Real Sitio de San Lorenzo, al que se incorporaron, que el existente en la cercana villa de El Escorial, decidió nombrar una comisión en la Junta de Reales Bosques para la adquisición de todas las casas, su desalojo y consiguiente derribo, a excepción de las dos citadas principales, y en Campillo además la iglesia de la Santísima Trinidad. Este fin no era otro que convertir los antaño lugares y sus términos en dehesas dedicadas especialmente a la caza y sus casas-fuertes a actividades lúdicas y de descanso de la familia real, cercando a aquéllas y uniendo éstas con una calle recta plantada de olmos. Su custodia fue entregada a los monjes jerónimos del Real Monasterio. El camino de unión con Campillo se acondiciona a partir de 1606, a la par que se produce el derribo definitivo, en uno y otro lugar, de las antiguas casas vecinales. Sin embargo, las actuaciones que en ella realizan los Habsburgo coinciden en el tiempo con las de la segunda, pero no en cuantía. Y es que pasaron de la rehabilitación de lo existente, es decir, del caserón levantado en 1503 por el Comendador Mayor de León don Gutierre de Cárdenas, quién atendía así a una orden de Isabel la Católica para que pudiera ser utilizado por la corte como residencia en sus periplos castellanos, a su ampliación con un nuevo palacio. Sin embargo, no se conocen bien los límites de la intervención que en esta casa realizan Francisco de Mora y su sobrino Juan Gómez en poco más de dos décadas, pues si el primero no veía necesario en 1596, el año de su adquisición, más que obras para su buen funcionamiento, como el retejado y la colocación de puertas, al siguiente se ocupaba de trazar dos escaleras de piedra para el interior, las cuales podrían coincidir con las únicas que muestran las trazas conservadas. En este caso, Mora podría haber iniciado por orden de Felipe II el nuevo palacete de Monesterio, más quizás una ampliación de la antigua casa-fuerte, según lo expresado en dicha documentación gráfica, donde los muros parecen prolongarse, mientras que a Juan Gómez de Mora se debería su finalización a partir de 1613, tras el regreso de la Corte a Madrid siete años antes. Así se desprende de una concisa orden de Felipe III, mandándole ejecutar la planta de la referida casa y aderezar la de Campillo, por lo que en el primer caso podría intuirse una actuación sobre trazas existentes, las de su tío, que el sobrino pudo perfeccionar y mejorar. Incluso este mismo parece desvincularse de la autoría de Monesterio cuando en su célebre Relación de las Casas de S.M. de 1626 señala que la hizo Felipe II, es decir, en el reinado anterior. Así también parece desprenderse de la realización por parte de Juan Gómez del desembarazo del terreno de toda antigua construcción, seguramente derribando los restos de la vieja casa de los Cárdenas, excepto su portada gótica adovelada, que se integró en la cerca, y la apertura de un explanada ante la fachada oeste, pues se corresponde con la antigua orden recibida por Mora en 1603, pidiéndole la eliminación de todas las paredes viejas que había alrededor de la edificación de Monesterio, sino fuere a la entrada principal de las misma, que mira a la fortaleza del Campillo, donde podría quedar una como ¿placeta¿. Además, se replantearía una huerta y un jardín al mediodía. A poniente situó, por tanto, la entrada pública, mediante un cuerpo constituido por cinco arcos sobre pilares cuadrados de orden toscano en el piso bajo y otros tantos balcones rasgados en correspondencia en el superior, resaltando levemente las líneas de imposta y cornisa y los encadenados de las esquinas, y rematado por un frontón recto, cuyo centro se horadaba con un óculo para ventilación. En cambio, en el frente opuesto, se exigió una puerta secundaria para que S.M. pudiera ¿salir sin que le viera la gente¿, manteniendo así su privacidad, una solución en quiebro, similar a la de otras residencias reales, que supone una pervivencia de raíz mudéjar. Aquí, para lograrlo, Mora, o Gómez de Mora, va a dar una respuesta de fuerte acento manierista, pues sin renunciar a la simetría decide crear una falsa fachada, un telón que se adosa a la fábrica exterior, al menos en el piso inferior, de modo que usando los mismos recursos compositivos oculta la salida del rey que se esconde. Es un efecto fingido, además acentuado con el claroscuro y el sutil movimiento de las masas. Las referencias formales palladianas son inmediatas, Saraceno, Zen, y Monesterio tiene, en este sentido, mucho de ejercicio compositivo de un arquitecto que ha aprendido y continua aprendiendo de los tratados de la época y de sus contactos con los artistas italianos de la Corte, pero reinterpretados con libertad. El tema de la galería porticada será recurrente en las conexiones que Juan Gómez de Mora establece entre la arquitectura y la naturaleza, una simbiosis sumamente interesante en esta casa de Monesterio, que se refleja también en su planta rectangular (120 x 60) m, organizada por tres crujías paralelas longitudinales y dos transversales extremas de menor luz, cuyo esquema repite tanto en el nivel inferior como en el superior. Para comunicarlos existían las dos referidas escaleras, en posición equidistante y diagonal, la occidental de tres tramos y la oriental de dos, quedando justo en el centro un gran salón rectangular, representativo o festivo, sin luz natural pero abierto a las distintas salas que lo rodeaban y comunicado con los pórticos por sendos zaguanes cuadrados. Maltratada la casa de Monesterio durante la Invasión Francesa, que la dejó sin puertas y ventanas, y abandonada desde 1839, estos hechos supondrían el desmoronamiento de sus pórticos, pero permanecería vinculada a los bienes de la Corona, como Campillo, hasta la desamortización de los mismos durante la Revolución de 1868, en que habrían de pasar a manos privadas.

Bienes muebles:

Justificación: GÓMEZ DE MORA, Juan (1586-1648)
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Real Sitio de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II

Otro nombre del bien:
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial, Santa María de la Alameda, Zarzalejo

Código: CM/0000/093
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 406269, UTM-Y: 4495353 / Longitud: -4º06´28´´, Latitud: 40º36´13´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Sitio o Territorio Histórico. Declaración: Decreto 52/2006, de 15 de junio, por el que se declara bien de interés cultural, en la categoría de territorio histórico, el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial constituido por el ámbito delimitado por la Cerca Histórica de Felipe II. (Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid de 21 de junio de 2006). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización:
Acceso: El Real Sitio de El Escorial se encuentra sobre una pequeña loma cerrada por el río Aulencia de un lado, y el arroyo de Lavar por otro.
Superficie: 98015719 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien: Desde el primer momento, Felipe II tuvo la intención de dotar al monasterio de recursos propios, al mismo tiempo que deseaba crear un entorno agradable con la finalidad de que fuera un lugar de reposo donde pudiera retirarse y practicar la caza, una de sus aficiones preferidas; en ese sentido, el lugar escogido reunía las condiciones de riqueza paisajística y cinegética requeridas. Con esa intención, el monarca comenzó a comprar tierra y fincas de los alrededores desde muy pronto, antes incluso del inicio de la construcción del monasterio. La primera de estas fincas fue «La Herrería», a la que siguirían «La Fresneda», «La Granjilla» (formando parte de la Granjilla) , Campillo y Monesterio, completándose el conjunto con la agregación del núcleo poblacional de El Escorial: Estos cinco elementos formaban el señorío de abadengo que regían los jerónimos. El territorio resultante, como suma de todas estas propiedades, evidencia la complejidad del sistema jurisdiccional de esta época y su enorme diversidad geográfica, que se encontraba perfectamente delimitado y protegido por una Cerca que aún conserva en gran parte su trazado

Descripción general: Real Sitio de El Escorial: ámbito delimitado por los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial, El Escorial, y una pequeña parte de Zarzalejo y Santa María de la Alameda. S XVI-XVIII

Descripción del bien: El Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial está constituido por un territorio histórico bien delimitado por la Cerca propiamente dicha , comprendiendo la casi totalidad de los términos municipales de San Lorenzo de El Escorial y El Escorial, y una pequeña parte de Zarzalejo y Santa María de la Alameda. S XVI-XVIII La elección de Felipe II de este paraje en las estribaciones de la Sierra de Guadarrama para levantar un conjunto que sirviera de monasterio y residencia real en conmemoración de la batalla de San Quintín, dió lugar a todo un programa de infraestructuras de manera que el monasterio no se concibe como un elemento aislado en el paisaje, si no que pasase a ser la pieza principal de un complejo sistema al que pertenecen, tanto las numerosas edificaciones relacionadas con el conjunto principal, como las estructuras viarias que comunican, ya sea las diferentes áreas que componen el sistema escurialense entre sí, ya sea éstas con Madrid. Este gran territorio destinado al monasterio abarcaba las grandes fincas de La Herrería, La Fresneda o Granjilla, Campillo, Monesterio y el núcleo poblacional de El Escorial, y se justificaba por la intención de Felipe II de dotar al monasterio de recursos propios, y de un entorno agradable, que fuera un lugar de reposo donde pudiera retirarse y practicar la caza. EL MONASTERIO: En 1563 comienzan las obras del monasterio, que se convertirá en el eje central de todo un complejo y vasto entramado de posesiones que contribuían al mantenimiento y solaz de la corte. El proyecto del complejo del palacio y el monasterio fue planteado por Juan Bautista de Toledo en 1563, fecha en que también se coloca la primera piedra, en 1586 se terminaban las obras con el concurso de Juan de Herrera tras la muerte de Juan Bautista de Toledo. El diseño corresponde a una planta que toma como modelo la parrilla donde recibió martirio San Lorenzo. El estilo con que realizó la obra creó escuela, pasando a conocerse como estilo herreriano. El espacio se organiza en base a patios interiores y queda dividido simétricamente por el cuerpo de la iglesia y el gran patio que la precede, lo que permite situar a un lado la residencia del rey, y al otro las dependencias del Monasterio. Este complejo queda rodeado por jardines y huertas y un amplio estanque. Paralelamente a la construcción y ornato, el Rey se preocupó de dotar de importantes infraestructuras que permitieran la comunicación y un buen nivel de abastecimiento. Hasta la llegada de Carlos III no se intervino en el Real Sitio desde la perspectiva del urbanismo, quien vio la necesidad de dotar al asentamiento de un trazado urbano y de un reglamento que permitiera la construcción de edificios residenciales aptos para satisfacer la demanda de alojamiento de una población creciente. Para ello, el Rey recurrió al arquitecto Juan de Villanueva, quien, partiendo del esquema que ya hubiera creado Juan de Herrera en las casas de oficios, creó un ingenioso entramado de plazas y calles que jugaban con el desnivel del terreno. Villanueva tomó también el modelo herreriano para la arquitectura doméstica y monumental, de manera que el resultado ha sido totalmente armónico con el conjunto del monasterio. EL ENTORNO DE LA CERCA: Según una antigua descripción, el muro de la Cerca abarcaba 10 leguas de circunferencia (unos 55 kilómetros) y de 10 a 12 pies de alto (entre 3 y 3,5 metros). Está realizada en piedra seca, y en ella se abrían 10 puertas que comunicaban el terreno acotado con el entorno, algunas de las cuales estaban reservadas sólo para el monarca. El monarca se quedaba para su único disfrute la riqueza cinegética del señorío, mientras que la comunidad de religiosos detentaba la explotación agrícola y ganadera, aunque no podía acrecentar su patrimonio adquiriendo más terrenos. Todo ese territorio estaba perfectamente delimitado y protegido por una Cerca que aún conserva en gran parte su trazado. El perímetro acotado se extendía desde las Navas, situada encima del Batán, siguiendo por la cañada hasta el arroyo del Cascajal, de aquí se dirigía hacia la sierra, llegando al Barracón, para subir hasta cerca del Risco Benito, coronando la cumbre por la cuerda hasta la Naranjera y, tras hacer un quiebro, llegar a la Portera del Cura y al Pico de Tres Cruces. De aquí bajaba en línea recta hasta la carretera de Guadarrama y continuaba por el llano separando los términos de Guadarrama y Villalba del de El Escorial, llegando al Puente del Herreño, desde donde se dirigía a las Zorreras y Navalquejigo, encaminándose después hacia el Tercio, para, desde aquí, ir hacia el camino de Valdemorillo, el Chicharrón, Prado de los Reyes y los Ermitaños, subiendo finalmente a Entrecabezas y, tras hacer un quiebro, cerrar el coto en el Batán. ELEMENTOS QUE COMPONEN Y COMPLETAN EL REAL SITIO Se considera que también forman parte del Territorio Histórico cuantos bienes inmuebles componen el rico patrimonio arqueológico existente. Aunque no estén directamente relacionados con el complejo escurialense. Especialmente relevante se muestra el conjunto de yacimientos de la finca Monesterio, situado en la ribera norte del río Guadarrama. Han aparecido restos diversos de cronología romana, algunos de carácter monumental. Se conocen además, asociados a la calzada del ¿Camino de Monesterio¿ o ¿Colada de Villalba¿, numerosos restos arqueológicos, o elementos relacionados con el complejo escurialense. En el interior de este perímetro se localizan, el propio monasterio con sus espacios y edificaciones anejas: la Lonja, el Salón, la Botica, la Galería de Convalecientes, el Paso a la Compaña, la Compaña y las Casas de Oficios, la Casa de los Doctores, la Casa de Jacometrezo y los cerramientos y puertas de los jardines y huertas del S.XVI, los jardines de los Frailes y del Palacio, el Estanque Grande, la Cachicanía y el Pozo de nieve, todo lo cual data del S.XVI, y, la Casa de Infantes, de la Reina y la Tercera Casa de Oficios, La Cantina, la Casa de las Pizarras y la Casa de los Infantes hijos de Carlos IV, del S. XVIII. Conjuntos anejos del S.XVI: la finca de La Herrería con sus puertas, casas de Guarda, puentes, fuentes, Batán y Molinos, Ermita de la Virgen de Gracia, ¿Silla de Felipe II¿ y ¿Púlpito¿; la finca Granjilla ¿antigua finca Fresneda- con sus cerramientos de puertas, Iglesia de San Juan, Casa del Rey, Casa de los Frailes y construcciones auxiliares, puentes, jardines y estanques,; la finca Campillo con las ruinas de la casa principal, Torre-Palacio (caballerizas, fuente y Ermita de Santa Filomena), La Solana y La Pizarra, y la finca Monesterio con su construcción principal, la portada del antiguo Palacio y el Molino de Papel en Monesterio. También los elementos, hitos y construcciones del Real Coto de Caza: el Mirador del Rey, el Mirador de la Reina y el Canto de Castejón. Conjuntos anejos del S. XVIII: la Casita de Arriba o del Infante y La Casita del Príncipe o de Abajo, con sus parques y elementos principales. En los núcleos urbanos de San Lorenzo de El Escorial con su conjunto histórico y El Escorial se encuentran otros bienes de interés cultural: la Colonia Pinar de Abantos, el Teatro Real Coliseo de Carlos III la Casa Peláez o del Infante, la iglesia parroquial de San Bernabé y el Monasterio de Prestado. Así mismo, se encuentran las construcciones auxiliares de abastecimientos de aguas de los siglos XVI y XVIII. Traída del S.XVI, Canal de El Escorial con dos viajes: Viaje Arca de San Juan-Arcadel Romeral y Viaje del Arroyo del Romeral; y traída del S.XVIII: Presa vieja del Romeral y Arca de Carlos III, Presa del Infante, Viaje y Acueductos y Presa del Batán. Aparte de estas construcciones se deben señalar los tres pozos de nieve en Cuelgamuros, el pozo de nieve de la Pizarra, el de Santa María de la Alameda y Batán y molinos. De igual modo, los Caminos del Sitio Real con los elementos que los constituyen que se encuentran dentro del ámbito de la Cerca: el Camino de Madrid a El Escorial y al Monasterio, por Torrelodones, S. XVI-XVII, el Camino de Madrid a El Escorial y al Monasterio, por Brunete y Valdemorillo, S. XVI-XVIII, el Camino del Monasterio a Campillo y Monesterio, S. XVI-XVIII, el Camino de Madrid a El Escorial y San Lorenzo, por Las Rozas y Galapagar, S.XVIII y el Camino del Real Sitio de San Lorenzo al Real Sitio de San Ildefonso, S. XVIII.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Paseo de los Álamos

Otro nombre del bien: CAMINO REAL DE MADRID A EL ESCORIAL-PASEO REAL DE LOS OLMOS
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/102
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403627, UTM-Y: 4493657 / Longitud: -4º08´19´´, Latitud: 40º35´17´´

Nivel de protección: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización: PASEO DEL ÁLAMO,
Acceso:
Superficie: 11844 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: FORMA PARTE DEL CAMINO REAL DE MADRID A EL ESCORIAL Y SAN LORENZO. DISCURRE A LO LARGO DE LA TAPIA NORTE DE LOS JARDINES DE LA CASITA DEL PRÍNCIPE, ENTRE ESTA Y LAS COLONIAS DE EL ESCORIAL Y SAN LORENZO

Descripción del bien: SE TRATA DE PARTE DE UNA VÍA ARBOLADA, DE AMPLIO Y REGULAR TRAZADO, CONCEBIDA PARA USO PRIVADO DE LA FAMILIA REAL, COMO ACCESO DESDE LA VILLA DE EL ESCORIAL AL MONASTERIO, Y MODIFICADA POSIBLEMENTE EN EL SIGLO XVIII AL CERCARSE EL PARQUE DE LA CASITA DEL PRÍNCIPE. AUNQUE LA IDEA ORIGINAL PARECE QUE SE DEBIÓ AL ARQUITECTO JUAN BAUTISTA DE TOLEDO, FALLECIDO EN 1567, LA TRAZA DEFINITIVA SERÍA OBRA DE ALGUNO DE SUSU DISCÍPULOS, JUAN DE HERRERA O PEDRO DE TOLOSA. LA APROBACIÓN DE FELIPE II PARA LLEVAR A CABO LAS OBRAS SE PRODUJO EN 1751. EN SU ORIGEN SE DENOMINÁ PASEO DE LOS ÁLAMOS, AUNQUE ES PROBABLE QUE NO FUESEN ÁLAMOS LOS PLANTADOS, SINO OLMOS, CONOCIDOS TAMBIÉN COMO ÁLAMOS NEGROS

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Casita del Príncipe de Asturias o Casita de Abajo, los Jardines

Otro nombre del bien: Casita del Príncipe o de Abajo de El Escorial
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/131
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403580, UTM-Y: 4493429 / Longitud: -4º08´21´´, Latitud: 40º35´09´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Monumento. Declaración: Decreto de 3 de junio de 1931 declarando monumentos Históricos-Artísticos, pertenecientes al Tesoro Artístico Nacional, los que se indican. (Gaceta de Madrid de 4 de junio de 1931) «Artículo 2. Se declaran igualmente como comprendidos en esta relación los Palacios y Jardines que pertenecieron al Patrimonio de la Corona, hayan sido, o no, entregados a los Ayuntamientos respectivos». Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización: Avda Reyes Católicos, 1
Acceso:
Superficie: 449727 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Casita del Principe. Neoclasicismo. 1771-1784. siglo XVIII Juan de Villanueva La Casita del Príncipe o de Abajo y sus jardines fueron construidos para el futuro Carlos IV por el arquitecto Juan de Villanueva entre 1771 y 1784, a unos 750 m al sudeste del Monasterio en unos terrenos de fuerte pendiente. El conjunto se ordena mediante el gran eje longitudinal que, desde los pabellones de acceso, recorre el jardín delantero, la Casita y el jardín trasero, con su tratamiento aterrazado, para entroncar por el norte con el viario de acceso desde el Monasterio. El palacete se construyó en dos fases: entre 1771 y 1773. A la primera fase corresponde el cuerpo principal, de planta rectangular y con una única altura, excepto en su núcleo central, donde hay dos. Éste integra un pórtico de cuatro columnas dóricas y cornisamento, sobre el que descansan una balconada y dos pequeñas columnas dóricas, que dan forma a la elegante fachada principal, orientada al este. En la segunda etapa, Villanueva ideó un eje perpendicular, que, partiendo de la cara posterior del citado núcleo central, se prolonga hacia el oeste, configurándose una planta con forma de T invertida. La ampliación supuso integrar dos nuevas dependencias, denominadas Salón Grande y Sala Ovalada, y un pórtico con dos columnas jónicas. Los jardines, responden a la traza de Villanueva que recupera el tipo aterrazado del Renacimiento italiano, ayudado en una primera etapa por el florentino Luis Lemmi en calidad de jardinero mayor. Se distribuyen en dos zonas: la primera de ellas se extiende alrededor de la fachada principal, orientada al este, e integra una plaza circular, decorada con una fuente, de la que parten ocho calles radiales. La segunda, realizada durante la segunda fase se sitúa en la parte posterior del edificio, al oeste, y presenta un trazado hipodámico, estructurado a partir de un gran estanque.

Descripción del bien: Casita del Principe. Neoclasicismo. 1771-1784. siglo XVIII Juan de Villanueva El conjunto, en un terreno en fuerte pendiente segregado de la Dehesa de la Herrería, se compone de cuatro partes diferenciadas, cada una de ellas dispuesta en una terraza: el jardín focalizado con los pabellones de acceso desde la carretera de Madrid, el palacete y dependencias de servicio con el jardín posterior de cuadros con arbolado, otro jardín de cuadros bajo la alberca o reservado y el jardín superior ¿estos dos últimos dentro de un mismo ámbito, el nuevo jardín de poniente. La Casita de Abajo, que sustituyó a unas barracas existentes en ese punto, fue construida para el futuro Carlos IV por su arquitecto Juan de Villanueva entre 1771 y 1784, en dos fases sucesivas: la primera, entre 1771 y 1775, en la que se erigieron el cuerpo principal y las dependencias de servicio, así como la ordenación primitiva del entorno, y de 1781 a 1784, la segunda, con el salón posterior y los jardines definitivos. Su composición arquitectónica recuerda al Museo del Prado en Madrid. En el acceso principal se disponen los pabellones de entrada y unas garitas con fuentes y pórticos laterales que enmarcan el ingreso, con una puerta de rejería que permite el paso al primer jardín de trazado radial de cuadros bajos ¿con coníferas de plantación posterior- y fuente circular en el eje longitudinal, que lleva a una terraza o lonja donde se encuentran las edificaciones principales; dos puertas de hierro de doble hoja de carácter monumental permiten el acceso lateral a dicha lonja y constituía la oriental la entrada más habitual al conjunto. El cambio de nivel se salva con un muro de contención que incorpora unos magníficos canapés de granito y rampas italianas. El palacete original organiza, de forma transversal al eje de entrada, un cuerpo de configuración ternaria y simétrica: una parte central de dos alturas más dos laterales con una y ático, prolongadas mediante dos pequeños pabellones adintelados con columnas toscanas que sirven de paso a las dependencias de servicio extremas y, a su vez, conectan la lonja de acceso con el jardín posterior; estas edificaciones laterales presentan una sola planta sobre un terreno en pendiente descendente hacia las puertas del jardín. Se accede a la residencia por la parte central de más altura a través de un pórtico tetrástilo de orden toscano dispuesto sobre unas gradas; dicho pórtico sostiene una terraza con barandillas de hierro que sirve a la planta alta, rematada con una cubierta de cinc de ligero carácter rococó que enfatiza el eje principal. La puerta de entrada se acompaña de dos huecos rehundidos con un pequeño banco, mientras que en planta alta, como en la vecina Casita de Arriba, introduce el arquitecto dos columnas jónicas dispuestas in antis. En los cuerpos laterales y de forma simétrica aparecen dos huecos con guardapolvos y alféizar de granito, material utilizado en la totalidad de la fachada, y, sobre la imposta que separa el ático, se abren pequeños huecos de sencilla factura similares a los de las dependencias secundarias. La planta de la Casita, como se ha dicho, responde a una organización tripartita y tiene forma de ¿T¿ invertida: el área central, con el pórtico de acceso que contiene el vestíbulo y un paso hacia la ampliación, comunicado a su vez con la escalera de mármol que lleva a la primera planta ¿preparada en Madrid y trasladada y montada en El Escorial- y, continuando por el eje de entrada, se dispone el nuevo salón de baile y una saleta ovalada que sirve de vestíbulo al ingresar desde el pórtico posterior del jardín; a ambos lados del sector central se desarrollan los dos cuerpos laterales, de carácter privado y destinados a las habitaciones independientes del príncipe y su esposa, cada uno compuesto de dos habitaciones rectangulares y otra menor cuadrada, más una correspondiente a la escalera en el lateral norte. Desde el nivel superior, de planta simétrica, se accede a la terraza desde la sala principal. El cuadrilongo original realizado en la primera fase fue incrementado, entonces, con el cuerpo perpendicular del salón de baile formando dicha figura de ¿T¿, por lo que se trasladó el pórtico primitivo de salida al jardín trasero -que aparecía encajado en el edificio y hoy es una habitación de paso-, hasta la fachada posterior tras el vestíbulo ovalado. La planta, relacionada con la obra de Palladio, parece tener una clara conexión con la del edificio corintio que representa Robert Morris en su publicación Select Architecture. La superposición de las dependencias de servicio formando un amplio cuerpo transversal con alzado de disposición triangular proviene, asimismo, de las villas palladianas, esquema utilizado ya en el palacio de la Zarzuela. De exquisita decoración, estos interiores responden al estilo Carlos IV de fin del siglo XVIII combinado con rasgos pompeyanos; requirió un importante trabajo de canteros y marmolistas, así como pintores -los techos están ejecutados por Maella, además de Juan Duque, Jacinto Gómez y Felipe López-, mueblistas y todo tipo de artesanos, así como se introdujo una rica colección pictórica y de objetos ornamentales, muchos perdidos en la Guerra de la Independencia. Además, el famoso decorador Dugourc realizó una serie de proyectos para tres salas de la Casita del Príncipe en 1786. En la parte trasera, un cuerpo de una sola altura que contiene un amplio salón de baile más una salita y pórtico también in antis de órdenes jónicos se adosa al bloque de dos niveles y se introduce en el jardín posterior; ocho huecos laterales se abren a los cuadros de vegetación, más otros dos que acompañan la puerta con arco de medio punto que sirve de salida al exterior, ya dentro del pórtico. El resto del palacete original incluye huecos similares a los de la fachada de acceso. Los alzados en el casino se realizan de cantería granítica, de gran tamaño en los zócalos, con un cuidado trabajo en las cornisas y huecos; en los pabellones de servicio, la piedra berroqueña se utiliza para el zócalo, esquinales, cornisas, impostas y recercado de huecos, con los entrepaños enfoscados. JARDINES: El conjunto, que presenta una extraordinaria unidad, se ordena mediante el gran eje longitudinal que, desde los pabellones de acceso, recorre el jardín delantero, la Casita y el jardín trasero, con su tratamiento aterrazado, para entroncar por el norte con el viario de acceso desde el Monasterio de El Escorial. Los jardines, uno de los principales ejemplos de la recuperación en España del tipo aterrazado del Renacimiento italiano, presentan una dualidad fomentada por la disposición central de la casa, hecho inaudito en España, pues se introduce un jardín anterior en vez de la típica plaza de acceso. Ésta debió ser la disposición original: un ámbito de entrada con la casa y un pequeño jardín trasero, sin el añadido aterrazado; al ampliar el salón se ajardinaría la plaza de acceso, se añadía la parte en ladera y reordenaba el jardín posterior primitivo. Por tanto, el conjunto ajardinado se divide en dos fragmentos unidos por un único eje longitudinal: el primero en la parte anterior y de trama, focalizada y otro ortogonal en la posterior, que se prolonga estrechándose para integrarse mejor con el entorno boscoso donde se asienta. Recursos de carácter hispano ¿entradas quebradas, rupturas axiales- y rasgos de carácter paisajístico enriquecen el complejo trazado del jardín. El jardín posterior, ejecutado en la segunda fase a la misma cota que la edificación, se organiza mediante una malla ortogonal de intervalos irregulares que contrasta con la planta focalizada del jardín de acceso. Los cuadros bajos se jalonan con árboles frutales, hoy tristemente secundados por las inevitables coníferas decimonónicas; una plaza con fuente circular indica el punto medio del pórtico de salida al jardín y el siguiente elemento, la pequeña terraza con la fuente del Mascarón. De formalización regular, pero barroca, se delimita esta plataforma por dos rampas que suben hacia la parte posterior y un fuerte muro de contención que no es más que el dique de la alberca superior, aprovechado para introducir dicha fuente del Mascarón, granítica y de carácter rústico. Este sector, que sube por la pendiente hacia el Monasterio de El Escorial, presenta un ancho de un tercio respecto a los jardines inferiores, y se remata, tras la alberca, con otro jardín de cuadros bajos de dinámico trazado que forma un hemiciclo con una puerta central que dirige el recorrido, por un brazo del tridente dibujado por Villanueva, hacia la lonja del monasterio; la construcción de muros de cerramiento de escasa altura permite la máxima relación entre el jardín y la dehesa aneja. El autor fue Juan de Villanueva, arquitecto del Real Sitio y del príncipe de Asturias y los infantes, que proyectó y dirigió la obra, además de, seguramente, trazar los jardines, donde trabajó en una primera etapa el florentino Luis Lemmi en calidad de jardinero mayor. Declarado Monumento Nacional en 1931, fue restaurado en los años sesenta del siglo pasado por el arquitecto de Patrimonio Ramón Andrada, que también intervino en los jardines y pabellones de acceso. Una actuación reciente de Pedro Moleón ha permitido recuperar varios elementos del conjunto

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Determinadas zonas del Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial

Otro nombre del bien: Conjunto Histórico de San Lorenzo de El Escorial.
Municipio: El Escorial, San Lorenzo de El Escorial

Código: CM/0000/132
Referencia catastral:
Referencia del catálogo urbanístico:
Georeferencia: UTM-X: 403028, UTM-Y: 4493702 / Longitud: -4º08´45´´, Latitud: 40º35´18´´

Nivel de protección: Bien de Interés Cultural – Conjunto Histórico. Declaración: Decreto 1857/1971, de 8 de julio, por el que se declara conjunto histórico-artístico determinadas zonas del Real Sitio de san Lorenzo de El Escorial (B.O.E de 28 de julio de 1971). Otra figura: Yacimiento arqueológico o paleontológico documentado
Estado actual:

Localización:
Acceso:
Superficie: 1042626 m2

Cronología: 0-0
Historia del bien:

Descripción general: Conjunto Histórico: siglos XVI, XVIII, XIX La presencia del Monasterio actúa como baricentro del conjunto histórico conformado por él mismo, los jardines, las huertas y las dependencias concebidas en el siglo XVI, cuya ampliación no se llevaría a cabo hasta el siglo XVIII, continuando la ortogonalidad del Monasterio, adaptándose a los desniveles del terreno y configurando una cuadrícula articulada por dos calles, Floridablanca y del Rey, y por tres plazas. A ellos se incorporan los nuevos ensanches del XIX ligados fundamentalmente a las casas de recreo.

Descripción del bien: Conjunto Histórico: siglos XVI, XVIII, XIX La fundación del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial por Felipe II para ser un lugar de reposo y oración, vino acompañada de la construcción de un gran complejo de edificaciones e infraestructuras que resolviesen las necesidades del Real Sitio. Esta circunstancia contribuyó a que se estableciese gente cuya finalidad era dar servicio al Monasterio en las inmediaciones. En principio eran construcciones temporales, como hornos, fraguas, etc. Las primeras construcciones de importancia se dispondrán por Juan de Herrera formalizando una incipiente organización urbana: La casa de los Doctores y las dos primeras Casas de Oficios. El edificio de la Compaña terminado por Francisco de Mora en 1597 supondrá el inicio de la urbanización enla zona oeste, quien también proyectará el paseo de los Alamos, de unión entre la la villa de El escorial y el Real Monasterio. Sin embargo, no será hasta la llegada de Carlos III cuando se intervenga en el Real Sitio desde la perspectiva del urbanismo. Este fue uno de los Reales Sitios de su preferencia, dado su carácter austero y su afición a la caza. El criterio de la actuación fue el de dotar, al núcleo de palacio y monasterio, de un entramado urbano que permitiera la construcción de edificios de vivienda para alojar a la Corte. Para ello acudió al arquitecto Juan Esteban, quien partiendo del esquema ortogonal del Monasterio que ya hubiera creado Juan de Herrera en las Casas de Oficios, creó un ingenioso entramado de plazas y calles que jugaban con el desnivel del terreno y se adaptaba a los edificios de mayor entidad construidos hasta entonces. Esta cuadrícula se articula por dos calles, Floridablanca y del Rey, y por tres plazas; Mayor, de la Verdura y la antigua de la Parada. A Juan Esteban se deben los edificios de la Real Ballestería, las cocheras de su majestad, el conjunto de Cocheras y Caballerizas y alojamiento de criados del Secretario de Estado en la calle Juan de Toledo, las casas del Cardenal Patriarca, etc.. Otros arquitectos también tendrán su oportunidad en San Lorenzo, como Jaime Marquet que construirá la Casa de Postas y el Real Coliseo. Sin embargo será Juan de Villanueva el arquitecto que proporcione su decisiva configuración a la nueva población. La primera edificación se construirá en 1769, la Casa de la familia del infante Don Gabriel, Don Antonio Pascual y Don Francisco Javier, cerrando el frente de la Lonja Oeste. Poco despúes construirá la Casita de Abajo pra el prícipe Don Carlos y la Casita de Arriba para el Infante Don Gabriel. Villanueva completa la lonja con la Terceras Casa de Oficios, tomando el modelo herreriano para la arquitectura doméstica y monumental, de manera que el resultado ha sido totalmente armónico con el conjunto del Monasterio. En 1775 ya se ha consolidado la parte oriental del casco. Villanueva internviene también en casas particulares como en la Casa del Cónsul de Francia,, la Casa del marqués de Campo Villar o la Casa del duque de Medinaceli. En 1781 Villnaueva es nombrado Arquitecto del Palacio y Común del Real Sitio de San Lorenzo y remodela el área de palacio y la fachada norte para adecuarla a las necesidades de la nueva corte.eros En 1792 se produce la segregación de San Lorenzo de la Villa de El Escorial, y por lo tanto la formación de dos poblaciones distintas. A mediados del siglo XIX se producen algunas iniciativas en el casco: la apertura de los corrales de la calle de los Doctores entre ésta y la casa de las Columnas y fuera de él, el inicio del parque de los Terreros y el inicipiente ensanche en cuadrícula en el camino de Guadarrama que luego será el barrio de Terreros. Con la llegada del ferrocarril a la villa de El Escorial a finales del siglo XIX, se experimenta un aumento de población y el casco histórico de San Lorenzo se transforma a partir de los edificios existentes, se eleva el número de plantas y se incorporan balcones y miradores. Continúa su expansión en la zona de Terreros y se crea un barrio de «casas de recreo» en el antiguo ejido, entre la carretera y el paseo de la estación de El Escorial.

Bienes muebles:

Justificación:
Fuentes de información del bien:

Fuente general: Sistema INPHIS de la Dirección General de Patrimonio Histórico de la  Comunidad de Madrid y elaboración propia.

Ir al contenido